miércoles, 20 de mayo de 2020

UN REGALO SENCILLO

Sí, es cierto, no tengo dinero, y hasta el día de hoy, no sé qué sea gastar en cantidad.
Y tal vez muera siendo igual de pobre.
Tampoco poseo riquezas ni mayores cualidades que me den alto valor,
y mucho menos una presencia imponente.

Quizá no sepa nada de lo que ocurre en el globo,
y tal vez no llegue a ser un gran erudito. 
Quizás se me quede grande mejorar al mundo con mis palabras tan simples,
y tal vez muera cuando no sepa callar por gritar en contra de la injusticia.

Sin embargo, tengo un pequeño corazón con la fragilidad del cristal, 
y unas manos que plasman en el papel, lo que este siente,
y aunque está presto a romperse a la más leve caída,
te lo entrego a ti.
Sé bien que no es mucho, y que realmente no vale tanto, 
pero no tengo nada más que ofrecer. 

Solo debes saber que si en un descuido le dejas caer, se romperá, 
y mi vida se dará por terminada;
pero si por el contrario, lo cuidas y le brindas un poco de amor, 
harás de su debilidad una fortaleza,
y ganará la dureza del diamante y la resistencia del acero;
y con ello podrá proteger un amor tan grande como el mismo universo, 
cuyo único fin, será el de hacer que de tu rostro, 
no se vuelvan a borrar las sonrisas ni un solo día.


Yerbita


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