Sin embargo, nací sin horizonte,
y anduve mucho tiempo perdido entre la especie;
tropezando con cada piedra,
huyendo de cada problema.
He cruzado incontables infiernos;
he apagado miles de incendios;
todos ellos aquí adentro,
todos ellos tras una cortina de cemento.
He perdido mucho tiempo por no obedecer a mi intuición;
y dejándome llevar por la razón, cada tiro cayó a metros de la diana;
no sabía a dónde apuntaba,
tal vez esperaba que la fortuna de casualidad llegara.
Y hasta el sol de hoy, no he sabido qué decir;
pero si cada quien hace con su vida lo que quiere,
solo espero su perdón cuando mis letras los ofendan,
porque esta vez pienso hacerlo a mi manera.
Y si me faltan fuerzas,
tendré que robarlas;
y si me quedo sin ideas, hurtaré al mundo platónico cuanto haga falta;
y si muero en el proceso y en el infierno acabo durmiendo,
no se sientan decepcionados,
porque desde el más hondo de los abismos,
hallaré la forma de encontrar las palabras,
las más adecuadas;
las que sepan curar un alma envenenada.
Malaya
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