domingo, 31 de julio de 2022

NO ES QUE HAYA PERDIDO UNA PARECIDA, ES QUE ME GUSTA PERDERME EN TUS OJOS

La tenía tan cerca y a la vez tan lejos,
joder, 
qué horrible. 

¿Cuánta fuerza de voluntad se requiere para contener las ganas de abrazarla y sentir su aroma?
¿Cuánta para reprimir las ganas de besarla estando a centímetros de su cara?
¿Cuánta para no perder los estribos cuando me abraza y en un susurro soltarle un «te quiero» que lo sienta en el alma?

Hay un experimento sencillo en el que se pone a un niño frente a un pastel y le dicen, no te lo comas y lo dejan solo con la torta, mientras por un lente observan su comportamiento. Importando nada lo que ha futuro venga y viviendo solo el presente, el infante arrasa con el bocadillo sin más, no sabe si ha hecho lo correcto o no, solo se enfoca en la gloria de no quedarse con las ganas.

Y entonces me siento de una manera similar, salvo que ella no es comida (aunque también), pero en todo caso, lo importante es que no quiero perderla por nada del mundo y no creo tener los huevos para hacer estupideces.
Tengo miedo al castigo que pueda provocar su enojo,
a que sus ojos me miren con desprecio,
o a que me elimine de su vida.

Quizá soy demasiado cobarde para arriesgarme a cometer el delito de saltarme la norma.
O quizá solo soy demasiado cobarde con lo que a ella respecta, y no lo entiendo, como si hubiese algo que me impidiese hacerlo;
si tan solo mi corazón no le diese tanta importancia...

En fin, la cosa es que 
estaba ahí, Watson, estaba ahí, tan cerca y a la vez tan lejos;
joder, qué feo caso... 
de seguro que debo verme como un imbécil al disfrutar de tan encantadora tortura.
Pero ¿qué hacer? soy así y no me apetece cambiar ahora, me gusta esta sensación que de alguna forma encuentro inspiradora, aunque el costo al final lo reciba dentro del pecho al reprimir tantos sentimientos y tantas ganas de demostrarle que verla sonreír es lo más valioso que hay en estos tiempos.

Malayerba

martes, 19 de julio de 2022

MONÓLOGO DE UN BUFÓN

Hay días en los que el cariño que te tienes no es suficiente y deseas poder contar con alguien más, de preferencia, la persona que más te importa, y esperar que te arrope en sus brazos y te diga que no pasa nada, que todo estará bien, y con un beso en la frente y una sonrisa en la boca, te devuelva la tranquilidad.
Pero esas cosas no pasan ¿verdad?, al menos no le pasan a la gente como nosotros.

Podría parecer que somos dignos de recibir amor, pero jamás llega y si llega son solo retazos, residuos, migajas de algo que le sobró a alguien más y para no tirarlo, te lo regala, y eres tan poca cosa que con eso te contentas, pese a tener un corazón tan grande, te llenas con poco.

Vaya mierda ¿eh, cabrón? Ya andas triste de nuevo, ¿qué pasa, ah? Hoy estuvo tranquilo el día, ¿entonces?... Oh, lo siento, olvidé que tenías que estar ocupado, con la mente revuelta, tener días tranquilos te hace mal, ¿no es así?
¿Pero hasta cuándo?
El pasado ya se ha ido, no volverá jamás, ella se fue y te dejó su bendición, te deseó felicidad, ¿por qué no la complaces entonces? Al menos como su última voluntad.

Con recordarla no lograrás nada, solo sentirte peor, has obrado mal y ella murió, por tu culpa sí, pero ya el daño está hecho, de nada sirve lamentarse, todos hacemos daño, a veces sin querer, a veces lo hacemos con la mejor intención,
pero somos humanos, torpes por naturaleza y claro, tú más, pero ya pasó.
Y ella te espera, sin afán y sin prisas, pero no puedes pretender llegar siendo el mismo palurdo que la abandonó cuando más lo necesitaba; te entiende y sabe bien porqué actuaste de tal manera, lo sabe, lo comprende y te ha perdonado...

—¿Estás seguro?

—No, qué va. Ni siquiera existo, sólo soy tu mente soltando estupideces pa darte ánimos a ver si de una puta vez te armas de valor y le pones punto final al asunto. Solo es un corte y todo acabará. Pero eres demasiado cobarde, ingenuo, tal vez iluso, creyendo que algún día las cosas puedan cambiar. Naa naa, la gente como nosotros solo tiene un propósito y te aseguro que el camino por el cual llegar es el más solitario y sombrío. Todos se rinden antes de la mitad.
¿Hasta dónde llegarás tú, eh? ¿Hasta dónde crees que podrás llegar sin armas, sin protección, sin fuerzas y cargando entre las manos ese trozo de carne putrefacto al que le llamas corazón?

—No sé, joder... No lo sé.

—Así es, no lo sabes, ni confianza posees, vaya mierda de vida. Agarra el cuchillo, anda, puede que hoy sea el día, ¿qué dices? Volver a casa... a donde sonreír era sencillo.


Yerbita


domingo, 17 de julio de 2022

ESTRELLAS EN FORMA DE GIRASOL

Es tan helada la noche que ni el humo es capaz de combatirla. Es tan fría que mi mente congela mis recuerdos, la deja en blanco, y solo me queda reflexionar sobre la existencia y sus propósitos absurdos.

Como entender que todos buscamos algo sin saber a ciencia cierta de qué se trata. Como yo que busco en tu mirada esa señal de que me amas y luego veo tus labios y me embarga el deseo de devorarlos, olvidando así lo primordial.

Y es que quiero sentirte cerca,
que me abraces,
que me beses,
y si no es mucho pedir, que me des tu cariño.

Porque, amigo lector, esa hembra trae consigo el infierno sin que se dé cuenta.
Y no se imagina cómo me gustaría abrirle el pecho y arrancarle el amor a la fuerza; pero aunque suene lindo, no es correcto, porque la cosa es ir paso a paso, conociéndola sin afán y sin pisar en falso.
Porque quizá el método no es perder el impulso,
sino mantener la paciencia y ganarme los besos de sus labios por el gusto de su corazón al darlos.

Solo un par de estrellas en forma de girasol me acompañan esta noche,
estrellas a las que pido que la cuiden cuando ya no esté;
que la cuiden cuando me haya quedado sordo,
cuando me haya quedado ciego,
cuando me haya quedado sin voz y sin palabras.

De Malayerba pa ti


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domingo, 10 de julio de 2022

SUSURROS AL CIELO

Y solo me queda fumar,
fumar para recordar nuestro encuentro nocturno mirando las estrellas y cantándole oscuros versos a un dios que no tiene oídos.
Junto al fuego burlándonos de las masas, de su evidente igualdad que los hace creerse únicos, inteligentes, especiales; 
sintiéndonos diferentes nosotros y riendo porque al final éramos parte de lo mismo.
Pasar la noche abrazándonos para generar el calor de los que se saben amados y protegidos por el otro.
Contándonos historias hasta conciliar el sueño y hallar en él, la más tierna paz y la seguridad de continuar el camino la siguiente mañana.

Pero todo se quedó en promesas al viento que se rompieron al ser volátiles como él, rotas por factores que no son posibles controlar.
Mas aún mantengo mi palabra de convertirme en un gran ingeniero de las letras,
aquél que diseñe la estructura que una las diferentes realidades para conseguir la promesa de los siglos.

Si tan solo siguieras aquí, las cosas serían mucho más fáciles.
Si tan solo siguieras aquí, conmigo, esta vida tendría más color y no tanto dolor.
Pero mirando hacia abajo no se remedia nada, 
solo queda remendar mi corazón a golpes a ver si por fin se hace fuerte un día de estos y logro concretar el sueño de los dos...


Yerbita