Fue una noche agitada.
Nuestras almas hicieron el amor con tanta intensidad,
que la pasión se desbordó
y buscó salir de mi piel.
Aún puedo sentir como impregnados de sensualidad,
nuestros cuerpos se expresaron con gemidos.
Se entregaron por completo.
Aún siento tus manos apretando las mías.
Aún siento a mi cuerpo cediendo sutilmente a la ansiedad y la pasión contenida,
cayendo presa de tus ardientes labios que recorren cada parte de mí,
llenándose con el dulce sabor que emana de mi ser.
El sentir vivamente como tus caricias y tus fuertes brazos me tomaron con desenfrenado amor, fue lo más excitante;
y entregar el control de mi cuerpo a tus intenciones;
dejarme llevar,
dejarme guiar por tu calor, por tus palabras de amor;
dejarme arrastrar hasta el límite del deleite,
y que al culminar el éxtasis,
nos encontrásemos envueltos entre jadeos plácidamente vívidos,
fue lo más hermoso que me ha podido pasar.
Bibi
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