miércoles, 28 de diciembre de 2022

—¿Por qué dices esas cosas? 
—Porque a nadie le importan. Qué más da decirlas. 

Al final nada de lo que hagas en esta vida, importa. Todo en esta vida carece de importancia. 

—¿Entonces por qué no te matas? 
—Es que ese no es el punto, ya estoy aquí, el daño está hecho, y voy a seguir estando hasta que llegue mi momento. 

La gente debe pensar que soy un insensible, un indiferente, que no sufre, que sólo disfruta de la vida... Y es cierto, pero es triste no tener con quién compartirlo. Con alguien que realmente te ponga atención y te retroalimente. 

Es triste estar solo, por eso consigues un perro, o dos y haces como que son lo que más te importa ahora, porque realmente son los animales más fáciles de someter, que te obedezcan y se alegren cuando te ven llegar, que te demuestren cariño moviendo la coña y esperen su porción de alimento. 

Es triste que te entiendas mejor ño con los perros y no con la gente, con sus complicadas vidas, con su complicadas relaciones y aún así los envidies, porque a pesar de todo, todos tienen a alguien que los sostiene, los ayuda o al menos los escuchan. 
Y a ti solo te queda soñar, imaginar para ser precisos, porque ni soñar bonito puedes, solo caos habita en tu interior... Imaginar qué se sentirá poder abrazar a alguien y quedarte dormido, ojalá para siempre.

Yerbita