martes, 12 de mayo de 2020

LAMENTO SER UN IDIOTA

Los hombres a lo largo de la historia han demostrado vivir menos,
por imprudencia más que todo;
por ser como el pez y morir por la boca.

Aaah, no sé por dónde comenzar este escrito.
Siento una llama de variopintas sensaciones que me han sumido en la intranquilidad.
Acabo de sumar un gran problema a la lista de molestias de mi vida,
y es probable que si el futuro es blando conmigo,
me brinden una muerte rápida y sin dolor.

Había dicho que te iba a hacer el escrito más hermoso del mudo,
pero quizá mi vida sea cortada y no alcance a lograrlo.

Y cómo me gustaría tener la certeza de hacer que este fuese aquél escrito que deje con la boca abierta a quien lo lea,
cómo me gustaría poder dejar aquí lo más hermoso de mí;
pero me hallo angustiado y tengo el corazón dolido,
porque me ha llorado diciendo que no es justo,
me reclama el por qué de mi actuar como imbécil si ya había encontrado a una doncella por la que dar la vida,
y no por cualquier estupidez.

Y yo no sé qué responder,
cómo le explico que fui egoísta y me dejé llevar de mi espíritu anarquista.
Cómo le digo que me cuesta callar, porque permanecí reprimido en el silencio por tantos años, por mucho tiempo.
Cómo le hago entender que ha mantenido con vida a un pusilánime ser;
porque a pesar de todo, no me arrepiento de lo que he dicho,
porque en el fondo algo me grita que aunque mi obrar no es lo correcto, la intención apuntaba al mimo sitio aunque mis palabras demostraran violencia.

Mujer, te he decepcionado y lo sé.
Has puesto el ojo en alguien que no sabe controlar sus emociones,
y que así como grita que te ama con toda el alma,
también puede pedir a gritos la muerte en nombre de la «pacha mama».
Y no sé por qué me duele tanto que destruyan el color verde de la selva con fines netamente económicos,
meramente capitalistas.
Pero nunca he podido callar este odio hacia quienes lo realizan,
quizá es que un día me di cuenta que en el verde bosque se encuentra la magia, que es el lugar donde comienza la vida.

Aaah, no sé a dónde apunto con estas palabras, la verdad.
Mi mente no encuentra el horizonte,
y quizás es que lo único que quiero decir es que por primera vez tengo miedo,
no porque tenga que morir,
sino porque después de tantas lunas ahogado en llanto, pedí al universo un legítimo motivo para estar vivo, y me lo concedió;
y ahora que estás a tan solo unos pasos de mí,
me invade la sensación de que podría perderte,
a ti, mi verdadera razón para vivir.


Malayerba

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