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lunes, 3 de marzo de 2025

De la alineación de los planetas hoy luego de 500 años


Es inevitable convertirse en ejemplo para los que vienen detrás. Mi sobrinito me mira de reojo, se va haciendo mayorcito, se pregunta como se verá de grande, me mira con los mismos ojos con los que un día veía a mi padre. Intento no demostrar flaqueza; él nunca habrá de verme en estado de fragilidad, yo vine a esta vida a romper la secuencia y arreglar la cadena del conocimiento universal, debe ver que no hay que vivir con preocupación, no hay razón para tomarse la vida en serio. Es solo un paseo y es menester hacer de ella un disfrute.

Será que hablo con la verdad o solo soy un procrastinador esperando el fin del orden global y que los putos negros y los aborígenes tomen las riendas del mundo a ver si se arregla la cosa.

Tenemos la dureza física y la sabiduría de la pacha mama, imaginad que un día os gobierna un negro de 1.80 m y un aborigen de 1.70 m, ah, y dos viejas con ganas de joder la vida como solo ellas saben hacerlo.

Una pareja junto a un puñado de otras nada más gobernando la raza humana con la sabiduría de la noche, de la verde selva, del eterno correr de las aguas, agarrando a los imbéciles y matándolos a placer para limpiar la zona a intervenir.

Agarrar al Trump y al Putin y encerrarlos en bola en un cuarto grande y que cuando se despierten se vea atados de una mano, y a un lado una mesa con un c corta uñas junto a un par de consoladores.

Serían miles ya conectados a la transmisión en directo, y entonces decirles, ahí ya pueden hacer lo que se les dé la puta gana, hablar, matarse o hacer el amor. De todas formas se van a morir y el mundo ya tiene nueva administración a partir de ahora.

Los morosos habrán de quedarse hasta el final, los demás irán buscando en la otra cámara a otros dos dirigentes en iguales condiciones y en una de esas, el Petro en bola y el Uribe en tanga como el marica que es.

Dejarles escoger la manera más gozosa porque la ley del colombiano es gozar, un machete a lado y ahí verán si se insultan, se besan o agarran los machetes y se ponen a bailar bambuco, pero igual ya el mundo no brillará para ustedes.

Joder, el cambio primordial, agarrar cada hijo de su puta madre y hacerlos enfrentar. Recaudaríamos millones de la morbosidad de la gente, suficiente dinero para darles herramientas y equipo y poner a producir a todos los presos mientras le llega la hora, harían los trabajos más tediosos y denigrantes, los que nos hemos portado bien, tendremos tiempo para trabajar en la mejora del mundo, obligar a los niños a leer aunque sea cinco libros al mes como mínimo, ellos ni siquiera lo notarán, porque sus padres serían ejemplos al leer veinte sin problema.

Un mundo llenandose de ideas transformadoras como agarrar al que se tuerce y ponerlo a producir al máximo hasta la muerte. Desaparecer cuanto hijo de perra de buena manera sirviendo pa algo.

Pero que la mayor de las leyes impuestas conste de que en noches estrelladas sea de obligado cumplimiento apagar las luces, prender un shawarma y disfrutad de la cúpula sagrada. Un vistazo cada cierto tiempo nos haría darnos cuenta de lo insignificantes que somos y como preferimos el dolor al placer...

Estoy pariendo ideas como un hpta, son demasiadas y a penas si logro atrapar una buena, y todo es gracias a esa tonta, ha sabido joder la vida de formas insospechables, insoslayables, inrrespondibles al pensamiento crítico más profundo.

¿Cuánto más profundo hay que llegar amando a alguien luego de haber sobrepasado los límites del dolor? Cuánto más hay que hacerla sufrir porque es evidente que le fascina como a mí. La muy cochambrosa va un día y me dice, te soñé y te estabas cogiendo a una vieja y era muy fuerte y eso a mí no me gusta, pero lo que me emputa es que le estabas gimiendo como me gimes a mí, JAJJJJAJAJAJJSJSKAKA

Y le digo, a ver, ¿y cómo gemía? Y dice, pues así, ah, ah, ah, de una manera que sabe ha sonado bastante divertida y se echa a reír luego de que yo río, y nos echamos a reír, y es la primera reída del día.

Me ha dejado sin aire de tanto reír, pero no ha entendido que todo tiene un costo y que quién ríe demasiado también llora más allá de lo que dan las glándulas lagrimales.

Estar conmigo implica vivir en la incertidumbre, siempre lo he sabido, así soy, no quiero morir sin haberme quedado en la enajenación de tanto pensar en hacer que la vida valga mucho la pena.

Si nací pa incomodar con mis humildes palabras, sabrán disculpar, pero si no, igual me impuuurta un wombat cagando cuadrado...es decir una reverenda mierda.


Malayerba


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De la charla con los anfibios


He venido a ver las estrellas una vez más, hay que verlas siempre que sea posible, que cada noche echemos la vista al cielo y allá arriba, las eternidades luminosas nos celebren la existencia con un poco más de brillo cada noche.

Un día hemos de volver a ellas, supremas energías, un quásar (hasta el nombre sale chimba en mayúscula). Un Quásar y todo se vuelve una minúscula mierda, desaparecemos y reaparecemos restaurados de fabrica, hay que volver a comenzar, pero ya siendo otros en otro espacio tiempo, pero con la misma energía creativa, la que nunca se cansa de generar universos a quemarropa.

Creamos historias infinitas y todas son verdad en el plano mental, ahí no existe la imposibilidad, y somos seres completamente mentales a la hora de la verdad. Tan potente la mente es que si digo mente otra vez, te emputas, mentecato miiishiiiiii.

La civilización llega al punto de entender la existencia por completo con la suficiente gente, las estrellas lo notan y manda algo para resetear el planeta, un meteorito es lo más típico. Morimos y nos vamos a evolucionar en otro lugar, en otro cuerpo, es demasiado simple re entender, somos inmortales, es mentalmente imposible morir, entonces todo vale verga.

El puto sistema vale mierda, todos lo saben, HIJUEPUUUTAAAASSS MALPARIDOS GONORREAS, EL MUNDO SE VA A LA MIERDA Y NADICE DICE NADA, NOS VALE VERGA, ESTAMOS HARTOS DE SOBREVIVIR. Que se mueran los infalibles y me den el poder a mí, que yo arreglo este mundo matando a cada hijueputa torcido y a los que me miren con ojos de lascivia, uuuhh a esos los hago violar de un gato gigante pa que les entierre las espinas en el culo y los haga sufrir dolores insospechables un buen rato, ¿por qué? Porque no quieren entender que el mundo nuevo que os propongo requiere de mucho sacrificio mental y algo de carne.

Morirán millones, pero ¿qué ser consciente y pensante cree que los políticos merecen lo que ganan? Ahí hay que matar hijueputas y a un montón de pendejos.

En República Dominicana, un humilde ebanista el buen hombre, todo un santo, hasta creía en Dios, ¿cómo le parece? Virgen santa, ay no, lo mataron, oiga, le metieron un balazo solo porque había matado cuatro hijueputas, un policía y dejó a siete más heridos. ¡¡¡DESGRACIADOS!!! El hombre se había rendido ya, tenía las manos en alto, qué importaba esperar unos segundos a que soltara el arma, pero no, los malparidos policías inservibles, como veinte contra un amable apicultor. Hijos de puta.

Habían unos pésimos remedos de humanos que se las daban de malandros, y tenían al pobre hombre atormentado, lo llevaban robando ya varios años, el intentó hablar con ellos, evitar los problemas, estúpidos como no hay otros, ignoraron sus sabias palabras y aumentaron el nivel de grosería, destrozaron su humilde taller por puro gusto, no suficiente con eso, fueron y destruyeron más de veinte colmenas e abejas, les echaron candela, me convierto en imbécil un momento y digo, «por Dios bendito«, yo estando por ahí, ayudaba al señor a matar a esos hijos de la gran puta, ¡¡¡los dejábamos más que muertos a esos malparidos!!!

Abejas, querido lector, más de veinte colmenas, ¿sabe usted el valor tan trascendente que tienen tales bichitos? ¿Sabe que el 90% de su puta vida depende de ellas y de manera gratuita?

Matar abejas debería ser castigado con la horca.

Y entonces el humilde apicultor y ebanista, había ido a la policía, y los hijos de su reputísima madre, ¡LO IGNORARON! LES VALIÓ VERGA SU PROBLEMA, ERA UN PUEBLO DE MIERDA, NO HABÍA MUCHO QUE HACER, PODÍAN HABER AYUDADO, PERO INCLUSO SE LE BURLARON. ¡¡¡¡Me cago en la puuuutaaaaa!!!!

¡Ese hombre merecía ser canonizado, tener una estatua, ponerle nombre a un país en su honor!

Dijo: todo vale una puta mierda, yo los mato y me importa un culo lo demás. Yo estando ahí cerca, le decía, usted con escopeta y yo les doy machete pa que sufran más, ¡¡¡VAMOS A MATAR A ESOS HIJOS DE SU PUTA MADRE!!! Imbéciles, malandros y malos policías.

Y los pendejos hablan y se atreven a decir que esa no era la manera. Malditas gonorreas, lacras, estúpidas, ESA ES LA UNICA MANERA CUANDO EL SISTEMA ESTÁ PODRIDO.

Les pidió dejar el mal camino, les insistió varias veces, fue a la policía, tenían que hacer algo, varias quejas puso, ninguna se la registraron siquiera, nadie iba a ayudar... matar a esos hijueputas era el mejor camino para acabar con la plaga, muerto el perro, muerta la chanda.

Tanta evolución y todavía hay gente no conoce las estrellas, no puede verlas porque hay contaminación, porque no pueden pasar de los doce sin conocer la muerte de cerca, porque solo piensan en encontrar algo de comida para el resto de la semana a guantar... porque simplemente son los olvidados de la puta sociedad.

Dadme el poder y en como dijo el payaso de Trump, en menos de veinticuatro horas notarán un cambio circunstancial en el mundo.


Palabra de Dios, amén.


Malayerba hablando con los sapos

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Poeta del chiquero cap. XVII

Blah Blah Blahayanga

Se pararon de golpe al verme encendiendo un canuto en el callejón y llegaron bien dispuestos a adueñarse de él, la sed de la seca estaba peligrosa gracias a los malditos gobernantes que lo único bien que hacen es cagarla

Me apuntaron con su navaja, el otro requisó mis viejos trapos haber si había algo más, pero nada encontró. Entonces uno me quitó el canuto y echó el soplo al aire; al momento le dije, —está conjurada. Tosió de golpe ante el asombro y el otro pendejo que estaba esperando el turno quiso dar un saltito.

Al instante, uno me agarró el cuello, ¿cómo así? —¿Cómo así que? —¿Cómo así que está conjurada? —Que está soplada, pues ome...

Se miraron de reojo, el uno ya bien tragada la maripana, la manirris, la tostada, la alcachofa, el cilantri-ko y conociendo los placeres del otro mundo de un subidón cual inicio de una montaña rusa y sonriendo de terror, el otro puta sin saber cómo proceder, si seguir preguntando o permitir a su consciencia explorar el asunto primordial de las conjeturas, de las conjunciones y de la conjuntivitis social, que miras al resto y todos son unos hptas, unos malparidos, uno malditos inmundos jajajajajaja, pero bien marranos esos hijos de la gran puta, jajahshsjsjajjaj,

Al final le dije, tu amigo ya saboreó los placeres del más allá, ¿te vas a quedar viendo? Entonces me quitó el porro qué yo había recogido del suelo y lo prendió, a los cinco minutos sonreía como un condenado qué ha entrado al paraíso y lo espera una hembra en lencería satánica con un porro en la mano extendida hacia él.

Dejé que disfrutaran un rato antes de encaminarlos hacia la nueva civilización...

Cada vez que capturas una idea exquisita es como una eyaculación, un pequeño orgasmo, el placer inusitado de la gloria eterna, en la que viviríamos si matamos a los hijos de puta. Ya mucha gente hay de sobra que no sirve pa mierda. Hay que matarlos y ya está. Asunto arreglado. Peligroso ahora que alguno de esos estúpidos me apunte a la cara luego de ver cómo lo trato; de enterarse que lo llamo por su verdadero nombre, hijo de su reputísima malparida madre, y se le dé por apretar el gatillo, demostrando que, en efecto, es una gonorrea social.
Y entonces le quité la navaja a uno que bien feliz se encontraba y lo degollé dulcemente, al otro con un poco más de amor le hice lo mismo.



Malayerba


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Meditación de domingo VllI

Del trote

En el lugar que habito hay un puta que se la pasa corriendo. Me lo encontré a lo que yo subía, iba sin camisa y en tanga escuchando puro reguetón, la camisa la llevaba en la mano y según él bien sudado y jadeando, miró a la Perla y esquivó hábilmente su perrunidad, pero no con cierta temeridad y un poco de juicio certero en el correr si al animal se le diera por atacar. La Perla lo miró con la mirada de la corporación, le valió verga el flaco, ni se inmutó.

No nos conocemos, pero un día me lo encontré en una competencia y el malparido llega a saludar así bien suelto, como si fuese el parcero, y hace comentarios que ahora vengo a notar más claro, me dijo algo como, ¿ud acá? ¿Y eso? ¿A correr también? Y yo así bien sincero por pura inocencia, sí obvio, yo también sé trotar, y el puta se burló y solo es ahora que vengo a notar que tenía razón, se burlaba de mi incapacidad que no quería aceptar, pero que era harto evidente. ¿Qué hacía un gordo corriendo por la montaña a 75 grados de pendiente tras esos culos?, claro iba detrás de unos severos culos extranjeros, la licra bien apretada y por poco y en algunos pasos me ponían a besar sus labios; y más adelante iban más y luego de un rato cuando ya estaba con la rodilla dislocada pasó uno al que solo le falta un bigote italiano pa llamarlo messie. Qué cosota esa hija de puta, birgen santízima, qué miedo.

Así fue, al inicio corrí con ellos siguiendo el ritmo y porqué no decirlo, estuve de primero y a veces de segundo y luego de tercero, cuarto y de pronto pum, primero. Íbamos ahí revueltos los líderes, les aguanté por unas diez cuadras a esos putas (la meta solo era seis jsjjs), morí al empezar a subir la montaña, quería regresarme, pero entonces pasaron las condenadas moviendo sus deliciosos traseros de años de experiencia en el trail; por puro orgullo de varón, no podía dejarme vencer y apreté el paso hasta quedarme sin sangre si fuese necesario, pero solo me quedé sin rodilla justo en la punta de la montaña y en la mitad del recorrido, la vida nunca había balido tanta barriga, señor berga.

Pasaron los pocos que quedaban, y yo amarrada la camisa a la rodilla para unir los huesos, terminé de último y ya feliz de que estaban los bomberos abajo esperando por alguna eventualidad, la mía era sin duda la más grave de evento, hasta que estando abajo llegó el del tobillo dañado y su compañera y se robaron el show. Al final nos fuimos los tres para terminar el recorrido a paso lento, porque los hijueputas se burlaban de mi sufrimiento en el puesto y que no era necesario lavarlo en camilla, les agarré varias mandarinas pa que les duela, aunque solo era una por persona, tacaños hijueputas tenían dos cajas ahí y ya éramos los últimos.

Charlando les conté de las bondades de la sagradas plantas y ellos me compartieron sus vivencias de su profesión y el hobbie de trotar bosques. Al llegar al poblado, iba cansado y ya no quería caminar, entonces pasó una camioneta de la policía con una tomba bien sonriente atrás y les hago señas a esos pa que nos lleven, ya faltaban unas cinco cuadras, y se miran ellos como que ¿será? Y les digo, ve ya pararon vamos qué hijueputa y los malparidos me siguen, jajaja, y nos montamos y el qué relajo, cuando allá un señor que andaba trasmitiendo el en vivo, esperando a inmortalizarnos como los más valerosos por terminar la carrera a pie, pone una cara de qué berga al vernos bien subidotes y cagados e la risa en el vehículo, JAJAJAJA.

Recordando aquello mientra veo la montaña es cuando noto que llegar a la meta así sea herido es la gracia del corredor, pero bien que subieron los hijueputas jajjaajja, aunque más allá como que les dio cosa y dicen, no, bajemos, que nos vean llegando a pie jjajjajajajja.

Y hace un momento volvió a subir el flaco ya con camisa trotando igual que como bajaba, bien enérgico el puta, me acuerdo que cuando era pequeño, me lo encontraba en la vía nacional, yo trotando por placer y el puta con un bolso y todo gordito sacando la lengua. Ahora ya alto y flaco ha ganado varias medallas de primer lugar.


Malayerba

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jueves, 5 de diciembre de 2024

De las palabras de Murakami

Ojalá mis letras me dieran de comer como a Cristo la palabra del más alto, y así dejar de echarle tanto gluten a la panza.

El gluten nos mata, señores, nos está matando y nadie dice nada, , bailo porque la tecnología nos volvió más pendejos, en vez de ayudarnos a ser mejores seres humanos, y nadie hace nada.

Llora en cumbia nuevamente, porque llorar es chido; le digo a la Andrea, valiste verga y se lo toma a pecho; quiero llorar, dice, yo también estoy sensible dice el discapacitado, y ella, ¿en serio? Y le salta una lágrima porque encontró con quien hacer el par, y el puta mocho malparido, no, es broma, dice y se ríe, y la vieja quiere llorar, pero de la puta risa tan azasarosa, jajJajajajajsjjwjsskks, mucho malparido, jsjsjsjsj, el mundo está está lleno de hijueputas y tú no te salvas, bribonzuelo, sí, tú que estas leyendo. Nos reunimos a hablar de literatura tres intelectuales, pero tan pendejos a la vez, eso debería ser ilegal, jakajsajja, es que, mk, yo aprendí a quererlos, dijo el mocho, jajaaka, que putas risas nos hemos echado con ese hpta, pasados, y malos los hptas, malísimos pa joder y hablar mondá.

La maldad como necesidad creada porque nos aburriríamos si todo fuera bonito y perfecto.

A Kaká lo dejaron por perfecto, mucha hijueputa jajjajajaak, se imaginan tener que decir eso. ¿Qué pasó, Kaká? ¿Por qué te dejaron? Y el puta así bien de la verga, me dejaron por perfecto, es que decía y le saltaba una una lagrima de tristeza untada de ironía barata ajakja.

Vieja malparida, aportando más a la evidencia de naturaleza de lo que es ser una pinche mujer culera, tenía de sabroso el cuerpo lo que tenía de culera. Se imaginan que alguien te deje por ser tan perfecto, ¡me cago en la puta! ¿Qué mierda las va a contentar entonces?, ni lo perfecto las llena. Perras, esas malparidas sucias y deliciosas mujeres; tan rico y tan deprorable ser, no debería existir. Pero ya qué existe, hay que gozárnoslas.

Me vale verga lo que pase por tu mente subconsciente, yo no escribo para complaceros, no doy gusto a nadie, me satisfago yo solito escribiendo las más grandes tonterías del momento.

Por perfecto, jaja, mucha malparida JAJSJDJAJAJAJAJAJA, no lo supero.

La mujer, siendo viva representante del humano promedio, el que evoluciona a paso lento, el que sigue descaradamente el camino siniestro.

El mundo se va a la mierda y nadie hace nada, me pongo a meditar mejor con la sagrada planta tomándola por guía y compañía, me dejo conectar con la Pacha mama y en silencio reflexiono sobre el pasado reciente, cómo me he comportado, que la gente se ríe cuando me ve... dice un puta un día, es que yo no puedo verte y no reírme, mucho malparido jajjajajjaa son la mierda. Yo no sé porqué termino ajuntao con gente así. Todos bien traumados por maricadas, creyéndose que valen algo en la vida, todos insignificantes, todos personajes experimentados en el juego de vivir valiendo verga; cada día somos más, cada día sabemos que tanto para nada, pero hay que hacer algo aunque sea una lucha fallida; la esperanza de mejorar al mundo de alguna u otra manera, nunca se perderá, siempre habrá algún idiota salvando un pájaro de un inciendo, porque cree que es tan importante como todo lo demás, aunque solo lo haya podido salvar a él a rasgo de quemarse los brazos y que a sus diez años todavía no conozca la maldad real. Y entonces salen estos héroes que intentan ayudar al prójimo, porque son fieles a la premisa de que solo en la unión está la fuerza. Solo unidos venceremos.

Un mundo sin maldad fea porque la verdadera maldad dominará nuestras mentes, mataremos gente, mucha gente, quizá inocentes varios caerán en el proceso.

Pero para empezar a construir, primero hay que limpiar la zona. Y no podemos dejar que niños salvando insectos porque no han perdido la capacidad de amar, tengan que vivir en un mundo tan de la mierda.

Para hacer un gran bien, hay que crear un gran mal, es el equilibrio, el ying yang, no hay manera más rápida de avanzar y saltar este paso feo, que eliminando a los no aptos.

Como ganado, seleccionando los mejores genes, las mejores personas, y al resto una muerte lo más indolora posible, cumpliéndoles el sueño más delicioso antes, para que se vayan contentos de este mundo como ofrenda al universo, testimonios dignos de que el mundo mejorará por fin a escala planetaria.

Malos, perversos, brujos, monstruos y más apelativos le echan a esos que piensan en soluciones para hacer evolucionar la consciencia humana de manera eficaz y quizá dolorosa, pero necesaria.

Pocos años después estará en camino una generación se seres bonitos, preciosos y con ganas de aprender del verdadero propósito de vivir, amar bien, amar bonito, no pasarse de verga, apuntar a tocar el cielo con las manos, y de ahí, directo a la perpetuidad de una raza que se sabe inteligente. Hubo un costo y los niños entenderán y valorarán el sacrificio. Pero ya no perderán la capacidad de amar, serán el verdadero futuro de la humanidad, el mismísimo superhombre. Los que ya la perdimos hay que recuperarla, a veces alguien siempre nos hace recordar lo importante... En algún momento te amé, hija de puta, o quizá fueron muchos, pero en cada momento volví a nacer contigo, volví a recordar lo que era amar de verdad.


Yerba


viernes, 23 de agosto de 2024

Del descanso inusitado


He salido de mi cuerpo y ha sido todo tan hermoso, mas llamarlo viaje astral es quizá mucho exagerar. No obstante, si se trata de ser sueño lúcido, le he sacado todo el jugo por lo que me siento satisfecho de haber roto cada barrera impuesta. De haber fluido como se me dio la gana y no perder el efecto tan delicioso que implica volverse un dios creador de mundos...

Recosté en un lecho mi cuerpo esta tarde, acaba de almorzar y me sentí agotado, debía descansar por obligatoriedad. Serían por ahí la una de la tarde, quizá un poco más, y le di a mi cuerpo un descanso pasajero. Pero la posición era incómoda y al ver que del profundo sueño una fuerza desconocida me arrastraba, acomodé mi piernas y me entregué al placer que brinda la somnolencia.

Fue entonces cuando el reportaje de la tele que se encontraba más allá se empezó a escuchar lejano y mi cabeza empezó a girar en péndulo por el occipital. Muy raro todo aquello, pensé, pero gustoso a la vez. Me dejé llevar y cuando logré adquirir consecuencia de la violación de las leyes físicas que rigen este mundo, intuí que debía salir.

Me sentía cada vez más enrarecido por el movimiento, como si me tuviesen en una hamaca y alguien me empujase con fuerza, no podía tolerarlo así que emputado por haberme interrumpido el descanso merecido, me levanté cabreado. Me levanté y el techo estaba en mi cara. Regresé la cabeza y estaba en la cama. Aquí algo pasa, me dije. —Eto ta potente, loco —me dijo la consciencia— pará y andá como Lázaro tocado por la mano del bendito —agregó y yo obedecí con naturalidad.

Y me levanté y me fui, y el techo atravesó mi cara, y regresé y estaba de pie en el suelo, y entonces fui hacia adelante; corrí emocionado y una pared obstaculizaba el trayecto, más como guía interno la voz volvió sin pereza, —hacele, mk, como los pollos al maíz, sin mente. Y, como era de esperarse, me fui de jeta sin pereza. 
Y atravesé la pared, más allá una puerta y supe que había pasado de nivel. Ya no había poder que gobernase mi alma sustancial.

Sonriendo crucé la puerta de frío metal sin vacilar, salí al exterior. Salí y vi todo existiendo en el mundo tan puro en su esencia. Mi jardín siendo todavía más hermoso y caí en su seno, pero quería volar, había que volar y tenía que hacerlo; ya no había duda, si quería volar solo tenía que volar sin pena, y eso hice, pegué el salto porque había que coger impulso, y el impulso falló, aún había algún resquicio de duda en mi interior. No obstante, hube de disipar cada gramo de debilidad de mi ser y entonces lo intenté de nuevo, esta vez el éxito fue rotundo.

Me elevé como un globo lleno del más puro helio a un ritmo perfecto para disfrutar de la subida. Una vez arriba ¡alea jacta está!, la suerte estaba echada y era yo el dueño de los cielos. Volé como el condenado pájaro que ha roto la jaula que le apresaba y se cagaba en los muertos de los inmorales seres que dicen gobernar este mundo. Recorrí el paisaje, crucé ríos y montañas, mas en algún punto la voz me dijo que era suficiente y había que regresar.

Así pues, di la vuelta con la cara adornada por la sonrisa del que se siente satisfecho, pero que tranquilamente puede aguantar más sin que le pese. Y al regresar divisé un río medio seco atravesado por un puente colgante cubierto de musgo y enredaderas de un largor considerable. Más allá, un jardín de la más fina belleza, pero aún más emocionante que aquello, era una cabaña de una extensión apacible con enormes ventanales y aberturas que le daban un frescor sumamente exquisito.

Procedí a aterrizar con premura para poder sentir en mis pies el tacto del acolchado musgo verde esmeralda del colgante. Una vez hube atravesado el puente, caminé deleitándome con las frutas que había en el trayecto, las flores primaverales y el cálido sol que no abrasaba sino que cobijaba dulcemente.

Ingresé en la casa que ya no era de la que había salido al inicio, pero la cual de alguna manera pertenecía. Y entonces la vi, en una cocina de varios metros cúbicos porque espacioso era todo en el interior y agradablemente decorado.

La vi con una mano en la sartén y la otra meneando el guiso, olía delicioso, pero era más placentero era ver sus rizos sobre el escote de su blanca espalda y su descaderado jean que dejaba entrever parte de su tanga rojiza de encaje más arriba de lo normal, y no hubo mejor cosa que hacer en el momento, que echarle mano y complacer al espíritu.

La abracé y la besé como presintiendo que aquél bello momento no podía durar tanto como debería. Y, en efecto, así fue, porque instantes después su cuerpo se fue endureciendo hasta convertirse en una suave y fría escultura de mármol.

Aceptando el asunto en cuestión, dirigí mis pasos a una salida que daba al jardín y ahí en una colcha, ignorando las palabras de otras gentes que empezaban a asomar, me eché a dormir, forma esta de volver en mí mismo; sentí el mareo nuevamente, ese vaivén lento y acompasado, y entonces abrí los ojos y había vuelto donde empecé el viaje. 


domingo, 11 de agosto de 2024

Meditación de domingo ll


El humo como representación inequívoca de la evolución en la consciencia humana; señal de que hubo algo y que también puede haber si se echan unos soplos a las brasas que se niegan a morir.

Y entonces soplaron como es debido, dicen que ese día la llama estaba fuerte y la luz era conocimiento; el fuego, amor. Nos dimos cuenta que éramos más poderosos frente a los otros animales, ganamos la carrera y el humano dejó a los demás regados como mierda de pato JAJAJAJA.

Ridículo es el poder abrumador de la unión y la fe, creer en algo porque en el interno sabemos que es necesario lograr aquello para el futuro nuestro. Evolucionamos y ya no hubo marcha atrás, porque en la infinita cadena del universo solo se puede ir pa adelante, no hay lógica ni sentido en intentar averiguar si en la inmensa estupidez del vacío antes de universo hubo alguien o algo que creo lo demás.

¿De dónde pues salió la energía? ¿De dónde putas, chingada madre? La necesidad de saber me puede más, qué corta existencia y no la gozamos como deberíamos.

Somos un punto muerto en el universo, —que ahí pase lo que sea y que se jodan —
dicen los superiores— tienen el poder de cambiar las cosas en todo su esplendor, y lo que único que se les antoja es vivirla cagando, siempre obrando a lo pendejo, la estupidez se ha convertido en su dios, y se ha metido en sus almas —añadieron. Preferimos matar gente que ayudarlos. Al final, todo el que se tuerce solo necesita ayuda, una mano que no tema morir por salvar su alma.

Salvar el alma es fundamental en el avance de la consciencia universal y hay que aprender de lo que sucede, no es más.
Pero pasan los años y hemos normalizado la corrupción y esa que si es abeja, se aprovecha de la estupidez y la arman gorda.

Dejar morir de hambre a niños totalmente indefensos, solo para vivir con más dinero que no necesitan, acumularlo para morirse un día y no llevarse ni mierda. Sin saber siquiera que en algunos de esos que a penas llegan, podría estar el mismísimo Jesucristo por una millonésima vez en este mundo, pero que a cada tanto lo matamos, unos por ignorancia, otros por maldad.

Pero chimba ha de haber sido ese puto Chucho, el «Chucho Cuadra» que es que le decían en la calle, porque a todos se la encajaba, JAJAJAJA, cagada el man, pero dicen que ese puta hablaba mucha mierda, que bebía harto y andaba arrimado a cada rato con las prostis más paila, y tenía razón, era el hijo del mismísimo Dios, ¿cómo no se iba a descarriar el marica?, tanto poder y tanto placer para cogerse a más veinte sucias y no agarrar ninguna ETS, ¿qué buen estudiante de la vida no haría lo mismo con tanto?

Envidiable su vida, cómo si no, pero lo colgaron a los 33 porque se descarrió ya mucho, que andaba pelando con demonios y los metía en unos pobres marranos y al barranco, bien gamín el hijo de su puta madre, esa, la pinche María, embarazada a los 12, ¡JUEPUTA DIOS MALPARIDO PEDÓFILO CULERO!, y en paloma todavía el puta desgraciado, en vez de venir, no sé, en un perro grande siquiera y que ella sintiera algo de placer, ¿pero una puta Paloma? Y la china ahí toda aburrida, ¿y ya? ¿eso es todo? es que preguntaba.

Nueve años después ya tenemos a un chino bien rebelde que se escapaba de su casa para ir a templo a hacérselo mamar de esos que se decían así mismo, «eruditos», y les gustaba, «fuiste humillado por el Chucho Cuadra», decían y se reían, y el otro respondía, y lo peor es que me encantó. Bien maricones todos.
¿Cómo no iba a salir alguien así? Si una paloma viola a una niña que solo quería que le arrimaran la puntica y ni eso. Preñada y ni lo sintió la pobre. Terrible.

Hasta allá llegamos desde que conseguimos la primera chispa, un fuego y todo se salió de control, llegamos al nivel de crear un Dios todo poderoso del que no tenemos información completa, y que lo mejor que se le ocurre es echarse a una mocosa, ¡me cago en la puta! ¡Joder!, qué estaría consumiendo el autor para inventarse tanta amada, jajajaja, y 20 años después:

—Hola, ¿qué, Chucho? Vení a encajarla, y el puta sabía la regañada en la casa sino llegaba temprano, y aún así se quedaba a beber con los muchachos, a hablar mierda y a fumarse de la que está de moda; que «el amor lo es todo», cuentan que promulgaba; vengan hermanos y amémonos, que es que decía, y que les metía la mano, maricón ese hijueputa, le entraba a todo sin asco. Que amar es bien chimba, es que decía el puta. Y se amaban y armaban tremendos desvergues, y luego ya a los días, arrepentido es que lo miraban chillando por allá en un piedra de algún huerto, jajaja, mucho degenerado ese ese gei.

Pero lo más es que hacía milagros y cuando revivió a un muerto confirmaron que ese puta era el propio hijo de Dios o el único reconocido. Y entonces creyeron, y otros se asustaron, porque ahora había alguien con poder y estaba con esos mugrosos, esa sociedad de mierda, donde matan, roban, y aniquilan con hambre a gente que solo quiere vivir bien como debería ser, porque en este mundo hay recursos de sobra que alcanza pa todos, sí alcanza si nadie roba.

Y lo colgaron por puro egoísmo, amarrado a unos palos, adiós Chuchito, es que le chillaban las prostis, porque ese sí lo sabía mover, claro, desde mocoso repartiendo verga al mecho cómo no iba a saber. Y el pobre José, de arrimado ahí no más en el rancho, humillado el desgraciao, que es que iba todo contento a donde la María a echársela primero y no, tenía que aparecer el puto Dios violador y abusador de niños y agarrarla antes; seguro por eso cada vez pedía más, dejad que los niños vengan a mí, es que decía el goloso puerco.

Echamos una chispa, encendimos un fuego; unos milenios después creamos una historia ni la malparida que ha trascendido los siglos, y ahora nos asustamos porque la inteligencia artificial ya está a unos cuántos años para gobernarnos a lo terminator, sin hablar mierda.
La inteligencia nos persigue, pero la estupidez nos lleva de la mano y es más rápida.

Con todo aquello tan divertido que hacemos para entretenernos, qué putas va a importar cómo se creó el universo, si acá creamos una bien buena historia cada cierto tiempo.


Malaya, dedicado al que por desgracia haya llegado hasta aquí leyendo los pensamientos de un ser a punto de vomitar el trago.


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jueves, 25 de julio de 2024

La lista

Prendo un cigarro bendito y le doy al play mientras camino por la ciudad al ritmo de un reggae clásico, el humo me envuelve y pronto me encontraré flotando con paso tántrico. La gente podrá verme y analizarme si se dan el tiempo con el propósito de sacar sus conclusiones respecto a lo que una niña con el rimel corrido, una blusa desaliñada, una falda a cuadros con alguna mancha que parece el resultado de algún vomito y unas crocs, hace al medio día de un martes en plena avenida por donde viene la procesión del altísimo.

Cuando cruzo por un lado, escucho el murmullo de alguna vieja arrugada que dice a su compañera —ahí va la putona de Marcela, cuánta falta hace Ernestico para que la hubiese educado bien. 

Regreso mis pasos y la increpo, —¿y tu hijo ya se hizo responsable de los desnutridos de tus nietos? La vieja retuerce la cara y me dice que su hijo se fue para trabajar de chofer y mandar dinero para su familia y que eso es mejor que ser una puta como yo que solo daña la decencia... me quito una de las crocs y se la arrojo en la cara. Me tiene harta con su  habladurías y acusaciones baratas. —¿Tu hijo que se la pasa robando en el barrio del Olmo, drogando a niñitas y abusando de ellas mientras juega a hacerse el malo y que no has querido aceptar porque sabes que es una mierda de persona y que mejor estaría muerto? —le grito efusivamente.

—¡Calla, perra!

—¡¡Calla tú, gorda malparida chismosa de mieeeerdaaaa!! —Le grito, mientras le arrojo la otra crocs en su cara. Olvido que era a la que le había metido chinches en la punta en caso de emergencia y terminan por chuzarle un ojo. La gente se alborota, noto que vienen por mí y echo a correr. El efecto de la hierba ha hecho que mi mente se disperse por un momento y olvido el camino, solo corro sin saber a dónde voy, pero siento que corro más rápido que el viento, y siento que floto, que vuelo; cuando retomo consciencia una rama me golpea en el vientre y pierdo el aliento. Ruedo y unas rocas del acantilado me detienen, veo hacia arriba y me parece ver que el barranco llega hasta el cielo. 

Estoy harta de esta mierda. Los cinco imbéciles de la fiesta ya deben estar vomitando blanco, esa toxina es poderosa. Se lo merecían. Ojalá hubiese podido ver cómo sufrían, pero ya estoy en paz. Solo quiero irme a casa. Sé que unos metros más allá está la salida. Me quito la ropa, quiero sentir el sol en mi cuerpo, esta brisa, disfrutar de mi último momento, camino descalza hacia el amanecer en el otro lado.


Última hora

Entre otras noticias, en las horas de la tarde de ayer fue reportado el cuerpo de una joven en el acantilado Madrid. La policía mientras hacía el levantamiento encontró una especie de consolador con una nota en la que Marcela Figueroa Gonzales se responsabilizaba de la muerte de Ernesto Figueroa, Richard Montal, Sebastian Urrutia, Marcos García, Joaquín Sabina, Gustavo Capote y 39 hombres más. Hasta donde se sabe, algunos de estos nombres se remontan a tres años de antigüedad. La policía no ha dado más detalles, pero se presume que se trató de un plan de androcidio, llevado a cabo por la joven a la que se la conocía como «la porcina».


[...]«De los cuatro segundos de recorrido que le tomó desde el salto hasta aterrizar, solo uno bastó para que se formara una sonrisa honesta, la más verdadera que jamás tuvo desde que a sus diez años su padre entró en su cama, a los once fue el vecino, a los doce ya habían pasado tres más y hasta sus veinticinco ya había perdido la cuenta cuando llegó a 120...la puta, le faltó más ganas para convertirse en la superputa, pero estaba cansada y la lista de los que más daño le hicieron estaba completa».


Manya


viernes, 23 de febrero de 2024

El buen Abad


—¿Por qué andas tan enfadado con la vida, muchacho? ¿Qué es lo que pone esa cara de odio en tu rostro?

Y el muchacho contestó: la muerte, señor... es la muerte la que no me llega, llevo toda la vida esperándola y no viene por mí, quiero volver a casa y no puedo, eso me frustra, eso me molesta.

Ya veo —dijo el Abad—, no veo razón para que siendo tan joven y bello busques la aniquilación del ser. —Come, pequeño, come y dadle satisfacción a tu estómago —agregó mientras le arrimaba un plato rebosante de comida, había lentejas, buena carne, aros de cebolla crujiente, algo de arroz y mucho más que se antojaba un manjar.

Y el jovenzuelo se agarró del plato con la voracidad del naufragó, comió y comió como si la vida se le fuese en ello. Entre las pocas cosas de las que gustaba, alimentarse era de sus preferidas. A medida que se llenaba, su miseria se opacaba, se olvidaba del mundo, se olvidaba de sí mismo.

El abad lo contemplaba apacible, no era odio lo que refulgía a través de sus ojos, solo hambre, se dijo para sí mismo y sonrió.

El pequeño sonrió igual, estaba satisfecho y su corazón se había puesto contento. Pero bien en su interior sabía que llegaría el día en que el vacío sería tan grande que no habría alimento suficiente para llenarlo y su mirada entristeció.

El Abad, viejo en los embates de la vida, percibió el asunto con la claridad del agua del manantial. Le ofreció un jugo de mango que el chico no rehusó. Bebió todo, le agradeció y se sintió somnoliento, el abad le ofreció un lecho confortable y el chico se dejó vencer, cerró sus ojos y una ligera sonrisa se dibujó en su rostro.

Nunca más se supo del chiquillo, no volvió a despertar y el Abad se dijo que ya había hecho su tarea, el resto ya Dios verá cómo le hacía... no era justo traer al mundo seres sin amor por la vida.

viernes, 19 de enero de 2024

Sabueso


Siento un extraño dolor en la caja torácica. Va y viene; hay algo que está mal. Es intenso, me duele mucho, no sé, seguramente voy a morir pronto, ojalá...

Me pregunto qué razones me sostienen aún respirando, cuando hace mucho que debí dejar de hacerlo. Para tan avanzada edad sigo cometiendo errores de principiante.

La inteligencia sigue escapando y yo voy tras su rastro como un sabueso, cuando estoy a punto de atraparla, salta un par de metros más allá. Pero en ese salto deja caer un libro, siempre deja un libro, y yo, tonto como soy, me entretengo a leerlo en vez de avanzar y así, cada vez más siento como la ignorancia que viene detrás, me alcanza y me pone un brazo encima. Para cuando me doy cuenta, la inteligencia lleva más de un kilómetro por delante y debo volver a empezar, con más fuerza, con más ganas pensando que esta vez sí lo lograré, pero cuando estoy cerca, vuelve a saltar y el ciclo se repite.

Hay veces en las que me canso y quiero dejarme ahogar en algún profundo charco del camino, total, para qué seguir si no podré lograrlo. Pero supongo que no hay de otra, a falta de amigos y de amor siempre tendré las palabras, aunque muchas veces no las entienda. Y de todas formas hay quienes me siguen en el recorrido, a veces son un par, otras veces son más de diez, pero siempre me acompañan en el camino, de vez en cuando ladran, sino, solo lo hacen en silencio, y a la hora de dormir les cuento lo que he aprendido en los libros, me miran con la cabeza ladeada, dudo que me entiendan, solo se acuestan a mi lado y nos abrigamos entre todos.

En el fondo, supongo que soy como ellos, un simple animal que busca afecto, estar junto a quienes lo aceptan como es y, en lo posible, jugar, comer y dormir sin más preocupaciones.


Yerbita

lunes, 25 de diciembre de 2023

Tormenta y vendaval



Es curioso cómo el estado de ánimo puede cambiar tan fácilmente cuando te dicen cosas importantes sobre la realidad que intentas construir.

Todo este año estuvo simple, sin sabor, calmo, y de repente aparece sin pensarlo una chiquilla de esas que son jodidas y pierdes la cabeza inevitablemente. Luego un día se enoja y con la cabeza perdida ya poco hay que hacer. Escribes por inercia, porque era la costumbre, porque el sentimiento está caliente y debes sacarlo de adentro o te quemará...Y lo sacas y el miedo por lo que pueda desatar desaparece, porque eres un escritor, ¡maldita sea!, ¡eres un jodido escritor de esos que nacen cada mil años!, y necesitas experiencias para poder plasmarla en páginas y páginas que solo las personas indicadas leerán, porque las palabras correctas solo se mostrarán a los ojos dispuestos a ver.

Entonces las discusiones y problemas deben ocurrir para probar de qué estamos hechos los hombres buenos; por desgracia no tenemos mayor resistencia, somos frágiles seres como un niño que ha perdido a su madre en el tumulto y a pesar que llora nadie lo socorre.

El niño se cría solo en medio del barullo odiando al mundo, y deseando la destrucción total para mañana mismo ojalá, pero mañana el mundo seguirá girando, al amanecer el sol volverá a salir y las estrellas volverán a brillar tras el atardecer.

Y el niño que ya no es niño se da cuenta de que solo es un pobre diablo entre tantos más, que nada en él hay de especial y que solo se engañó a sí mismo cada anochecer, soñando que había un lugar para él en el mundo donde aceptaran su fracturado corazón, pero al despertar el sol vuelve a brillar, le ciega la mirada, y le quema la carne. Entonces se oculta del mundo y se refugia en la más eterna oscuridad.

Ahí se siente tranquilo; en medio de la penumbra los seres que han sido condenados lo acompañan en silencio, nunca dañándolo, pero siempre demostrando que están ahí para él, porque es uno de ellos y tarde o temprano deberá marchar a su lado.

Mas contra todo pronóstico el niño que ya no es niño, se sienta en la cima de una montaña a meditar y el recuerdo llega a su mente: tenía algo dentro de su pecho, una llama verde como los campos más cuidados por la mano de Dios, y esa llama le dijo durante bastante tiempo que aguantara, no importase lo que ocurriera, aguantara, que ningún dolor es eterno, que mejores días vendrán.

Pero el niño que era de por sí demasiado estúpido y lento para comprender las cosas importantes, solo obraba con lo que sentía en fuero interno, atacaba y devoraba las palabras, exprimía las ideas de su mente y las obligaba a salir en escritos vulgares y poco inteligentes, pero las escribía en hojas de hierba que el viento las hacía volar lejos, tan lejos qué un día lograrían llegar al lugar indicado donde le devolverían la señal. Un día ocurrió, duró poco y la señal se perdió en la inmensidad, en un precioso y claro cielo de octubre.

Pero ahora aquella señal ha vuelto a aparecer en forma de tormenta, trayendo todo un caos consigo, dejando desastres a su paso, pero inolvidables; ha llegado en un momento inesperado y esta vez no la piensa dejar marchar, desea poder impregnarse del aroma que desprenden sus acaramelados rizos.
Sentir el tacto de su piel.
Ver su alma reflejada en sus ojos de cristal...No, no va a permitir que se vaya, no sin antes entregarle todo el amor del que es dueño.

Ha recogido trocitos en el camino y con ellos ha formado una rosa, solo una, pero tan pura y tan olorosa, que ni en el jardín del Edén podría existir. La meta: ponerla de adorno en su cabellera, mientras la abraza como se abraza lo más preciado, la mira como se mira la más absoluta belleza y de su boca sale el más sincero: te amo, mi amor, y terminar besándola como nunca la han besado.


«Sí, ella es una tormenta y yo un pequeño vendaval... ahí ya nada hay que hacer».


Malayerba

jueves, 9 de noviembre de 2023

La última prueba: El granero



Ahí estaba el gato lunar, observando todo 
desde las vigas que sostenían el techo del inmenso granero.

La prueba consistía en no tocar el piso, ni dejarse agarrar por un demonio, que era grande y feo como suelen ser los demonios mal alimentados y sufridos, pero tenía restricciones, puesto que era la parte final de la prueba: no podía saltar ni ponerse delante de la puerta para que no sea atravesada.

Así estábamos: Ya varios habían pasado y me tocaba a mí que era el penúltimo, detrás estaba Alicia. Los dos hicimos equipo desde el inicio de la competencia y ya nos faltaba poco. Sucedió entonces, ella se adelantó y se metió antes de que pudiese yo reaccionar. 

El granero no era realmente enorme, pero podría decir que era de piedra y argamasa, de unos diez metros de ancho por unos veinticinco de largo, y unos seis a ocho metros de alto. Estaba vacío para ser honestos, solo algunas cajas de madera en un rincón. 

Había una entrada y una salida. La entrada era una ventana a la mitad de la altura total en un extremo, y la salida estaba en la misma pared, pero al final, justo en la esquina donde había una puerta de madera tallada en forma de árboles. Habían unas ventanas pequeñísimas en fila por la parte de arriba por donde ingresaba la luz, como de una cuarta por cada lado, serían unas cinco o seis de aquél lado, ya no lo recuerdo. Y el techo constaba de vigas enormes cruzadas de lado a lado que sostenían toda la estructura de tejas de barro que cubrían el edificio.

Así pues, el ejercicio era sencillo, entrar, atravesar el granero y salir, pero claro, el pequeño detalle, ese diablo de cuatro metros de alto, dos de ancho, sus filosas garras, sus colmillos cual tigre dientes de sable, la agilidad, su fuerza y sobre todo, suelto.

Los que cruzaron antes dejaron trazado el camino, solo era irse por un lado, sujetándose de los salientes y brincar cuando había la oportunidad de hacerlo, aterrizar cerca a la puerta y correr a la salida. A todos se nos daba un cuchillo de carnicero por si hacía falta combatir, pero lo ideal era esquivar y salir lo más rápido del salón. 

Era sencillo y el demonio ya estaba cansado. Pero entonces Alicia cometió una ligera falla, adelantarse. Su emoción era mayor, se arrojó por la ventana y de un salto estuvo agarrada a una viga mientras pisaba una saliente. El demonio se percató y arremetió contra ella con las garras en alto. Ella siguió su camino con rapidez, pero cerca de llegar al final del trayecto no alcanzó a cogerse bien y cayó. Entonces tuvo que enfrentar al demonio que ya estaba encima, sacó su cuchillo y se desató una batalla que no duró más de diez segundos, porque bastó una manotada de aquél diablo para mandarla a volar, por fortuna apuntó a un lado de la puerta, a donde no podía llegar él con su apetito. 

Los demás hacían bulla asomados detrás de la puerta. No perdí el tiempo y aproveché la distracción para atravesar el granero. Rápidamente lo hice y llegué hasta el final, entonces me iba a soltar, cuando miré a Alicia saltando muy alto con el cuchillo en su mano y directo a mi entrepierna, por lo que en un reflejo automático me volví a colgar de una viga. Todos nos quedamos perplejos al verla, yo aún más, no recuerdo qué le grité, pero bien cierto fue que sus ojos no eran ya suyos, eran gatunos y pálidos, y de su boca salían unos pequeños colmillos. 

Ella había sido contagiada por el demonio del granero y ahora eran dos contra mí. Siendo que ahora era una prueba con un plus añadido que no pasa casi nunca, tuve que enfrentar a aquella chica con la que tanto había compartido antes. No hubo mucho qué pensar, la noche se estaba acercando y el tiempo se estaba agotando. Tuve que sacar mi cuchillo y atacarla. Pese a que se estaba transformando, era más débil.

Salté directo hacia ella, pero una mano intentó agarrarme, la apuñalé, me deslicé por su brazo y escapé del demonio, luego con mi cuerpo cargué contra Alicia mientras le enterraba el cuchillo en el vientre, a penas si alcancé a llegar a la puerta empujado por un rayón que me propinó el arma de Alicia. 

Me jalaron desde el otro lado y los pocos que seguían ahí se alegraron por mi victoria, pero entristecieron al ver a la chiquilla como se iba convirtiendo en demonio poco a poco.

Pronto serían los dos los encargados de hacer la prueba del granero más difícil para los que llegasen el siguiente año.


Mayawell




miércoles, 8 de noviembre de 2023

Amparo

En momentos de crisis es cuando mejor escribo, porque pese a ir a la deriva, prefiero perderme entre letras vagas antes que enderezar el rumbo.

De ingenieros y abogados se llena el mundo. Los primeros para construir, los segundos para defender lo construido esté bien o mal hecho...por lo general es malo, por eso siempre buscan tener la razón aunque no siempre les sea beneficioso.

Esta mañana he soñado que lanzaban bombas de racimo sobre mi techo y los del resto de habitantes. Todos huían cubriéndose la cúpula cerebral como si eso los pudiese salvar. Pero es interesante como la confianza se incrementa cuando nos cubrimos la cabeza. No obstante, en el momento final, una bomba en forma de dardo engordado vino en dirección a mi humanidad y he aquí el milagro de la física colegial: no interrumpir el trayecto ni servir de muro, no. Deslicé la bomba entre mis manos y la direccioné 45° hacia arriba sin desperdiciar su impulso. La bomba, en efecto, se desvío y fue a dar unos cuantos metros más allá, mas la explosión me mandó a volar y perdí el conocimiento.

Despierto ya, busqué el amparo en la desolación, pero nadie llegó. Tuve que depender de mí como siempre lo he hecho. Luego, sobrevivir en una ciudad a medio destruir porque aniquilarla era un desperdicio de recursos. Ni siquiera para eso éramos valiosos. No servíamos ni para generar lástima en los corazones de los despreciables humanos que gustaban de causar dolor...


Malayerba







martes, 17 de octubre de 2023

Estaba rica

Entonces ya venía de regreso cuando los miré al otro lado de la vía, saliendo de una droguería, no sé quienes serían, tampoco importó, pero el grito fue claro, ¡AAGRHH! Gritó aquél cuando su novia, supongo, le metió el dedo en el culo por encima de la sudadera, luego le dijo algo y se besaron intensamente, se subieron a la moto y arrancaron.

Yo no detuve mi caminar, pero en mi mente empecé a dilucidar lentamente, ¿me gustaría que mi pareja me ande metiendo el dedo en público? No lo sé, lo del público me es indiferente, pero dejarme meter en dedo así seco, me causa cierta desconfianza, aunque lo primero sería conseguir pareja, creo. 

En fin, que seguí caminando y pensando y, entre tanto, alcancé a ver de reojo unas papas bien rellenas asomando en una vitrina. Me detuve de golpe, porque no es posible avanzar si se ha visto papas rellenas en una vitrina echando humo con olor a gloria, no obstante, no se puede uno confiar por la apariencia, así que le inquirí a la señora la pregunta clave que dudo alguien se la haya hecho antes, porque puso cara de ¿cómo así? ¿Qué pregunta es esa? Cuando le cuestioné, pero qué, ¿si están ricas? Dudó un instante antes de responder, no creo que haya sido porque no creyera en su culinaria arte, sino porque la pregunta quizá estaba demás, pero aún así respondió, sí, sí, claro. Y yo, bueno, a ver, deme una a ver cicierto.

Procedí a echarle muela, un poco de picante y algo de salsa de ajo para sazonar... En efecto, la señora no mentía, estaba rica.


Yerba

lunes, 4 de septiembre de 2023

El Musguito


Él también ayuda a espantar las malas energías. La primera vez que se dejó ver, anduvo con su garrote de chocolate moviéndolo ora un lado, ora el otro. Tenía como dos metros y era tan gordo como Fêtard Loulou, el toro francés ganador en la competencia mundial del más pesado. Ostentaba una cabellera larga desde la
 mitad de la calva hasta poco más abajo de la espalda  y una barba espesa que le llegaba a la barriga. Todo él cubierto de musgo y una que otra flor. Era un gigante enternecedor cuando lo conocí por vez primera, y todavía lo sigue siendo muchos años después, aunque para él no hayan sido más que un par de días. Me pregunto desde hace cuánto está aquí, pero nunca me ha dado respuesta, aunque bien cierto es que, tampoco le he inquirido lo suficiente, porque ya la sé y solo quiero corroborarla.

Entonces en la meditación sale corriendo de entre los árboles como lo hacen los enanos, con el garrote en alto y gruñendo fuerte. Lo hace una sola vez por sesión y a veces dos, cuando alguna cargada presencia asoma para contagiarme con su gozo, tan delicioso que es, pero bien peligroso también. Pero cuando ya va a llegar a la entidad, esta huye rápidamente antes de dejarse dar alcance... Entonces él se detiene, se pone las manos en la cintura y espera un momento antes de regresar con paso tranquilo. Señal de que ya todo acabó y ha cumplido con su deber, mientras su voluntad de poder se mantiene intacta.

El guardián del caminante natural, me dijo que era, o eso me llegó por un susurro en el viento, luego de tanto insistirle. De ahí nunca más volvió a hablar, pero de vez en cuando lo veo cuando la meditación es muy fecunda y el viaje no debe ser alterado, como ahora.

Entonces primero son mis perras, que bajo el cielo nocturno, un par de veces durante el trance se levantan y arrancan a ladrar con ferocidad contra la presencia no bienvenida, hasta conseguir que prosiga su camino. Son el primer y único anillo de seguridad en el que confío siempre. Son la guardia real. La protección privada del señor imperial. Son guardianes natos.

Y luego está él, que ahora mismo acaba de irse hacia el bosque con paso tántrico de su segunda venida. Me vuelvo a preguntar desde hace cuántos milenios anda acá. Los grillos me contaron que hubo un tiempo donde le apodaban, el Musguito, porque 
cuando lo depositaron en el jardín del juego, era pura inocencia y solo espantaba las más simples energías, no las más pesadas. De ahí hasta esta noche han debido de nacer algunos planetas en la siguiente calle de la vía láctea. Mucho tiempo seguramente. 

Así que eso. Tengo buena protección cuando la necesidad lo amerita. Acabo de recordar que fue hace un par de años ya cuando lo vi por vez última, y ahora donde estaba la flor morada en su hombro que tanto me había encantado cuando se agitaba por el movimiento y dejaba un rastro hecho de un polvillo brillante, hay un pequeño arbusto donde unos traviesos pajarillos han cimentado su nido de finas telarañas.


Yerbita

domingo, 13 de agosto de 2023

Del sabor de la piedad

En la plaza Madrid la agarró como si no hubiese mañana y, en efecto, no hubo, al menos no para ella. Cinco como menos, fue el reporte oficial, y un par más de rasguños, por la cara. La una llegó poco más allá del corazón; al alma.

Lo miró y se percató de que había pasado algo horriblemente cruel. Sus ojos destellaban una rabia que a los números les fue imposible calcular. Sus dientes se rozaban los unos con otros demostrando el dolor de la fuerza aplicada en su pecho. En el de ambos, mejor dicho, él por el dolor tan horrendo y, a veces, tan mortífero que deja del amor cuando se va del corazón por la puerta de atrás. Ella, por la presión inexistente y la voluntad de poder de la hoja de metal que entraba con fiereza separando la carne, atravesando el pecho, y buscando decirle al alma, es hora de volver a casa.

La quinta puñalada, la más dolorosa. Él, tan desesperado para no ver más salidas menos extremas, que no pensó que sería esa, la última vez que la tendría antes sus ojos dentro mucho tiempo, aunque cuántas veces deseó que así fuera. Ella, sintiendo el arrepentimiento atroz de haberlo abandonado, no importando cuántas veces él le implorase que se quedara. El arrepentimiento de no haber escuchado las palabras más honestas del amor verdadero cuando le decía: cualquiera, cualquiera menos él, por favor, no con él... No te vayas, te lo pido...no soy el mejor de los hombres, pero ningún hombre te va a amar más que yo...ningún otro te va a dar, todo lo que te mereces. Palabras tan trilladas que no merecían ni una pizca de compasión, sin embargo, con una verdad más que certera: golpes, malos tratos, tristezas y una vez al mes una sonrisa antes de una buena noche de placer era el regalo que cubría el engaño por el que cambiaba a un buen hombre. El arrepentimiento de no haberle hecho caso, siguiendo ciegamente a las estúpidas decisiones de las pasiones desenfrenadas.

La quinta puñalada, la más dolorosa, pero menos sorpresiva que la primera; esa cuando la agarró del saco y tiró de él, cuando ella vio a su alrededor y no había nadie más que él, cuando le brilló el cuchillo con un destello tanto o más destructivo que el que irradiaban sus ojos, cuando miró que el aura oscura que le rodeaba, y su mirada perdida en la tristeza, venían por ella, buscando llenar el vacío que se anida en el pecho sin importar el costo... Cuando vio a Caronte remando apaciblemente en su dirección, por el mar que conecta este mundo y los otros.

La primera, la más impactante al ver en qué se había convertido el amor de su vida. La quinta, la definitiva al darse cuenta que no alcanzaría a decirle: lo siento.

El charco que se secó y dejó marcas imborrables en aquél lugar de la plaza, no fue el de la sangre, sino el de las lagrimas que se juntaron de sus rostros: ella diciendo en silencio, lo siento; él le respondiendo, por qué con ese.

Pero ya estaba decretado que «ese» sería la siguiente víctima para eliminar el mal de raíz, y matarle ya hacía parte de un plan diseñado en el infierno presto a ser ejecutado con sus gruesas manos, y el acompañamiento del Diablo.

PdC, cap 25 1ra parte.


Malayerba



miércoles, 12 de julio de 2023

DEL PASEO DE MIÉRCOLES

Siento que debo escribir esto, porque de alguna forma me veo obligado a demostrar una vez más, que cuando la intuición te habla, debes escucharla. 

Así pues, llegué del trabajo. Anochecía y un manto blanco se deslizaba por las montañas, era un fuerte aguacero lo que asomaba. Me dolía la cabeza, y decidí que no saldríamos y así se los dije: No, niñas, hoy no salimos porque va a llover. Ellas solo me miraron tristes y al rato, una se puso a llorar.

Salí de ducharme y me encontré con que el agua celestial había desaparecido y, si no es porque era ya de noche, el sol habría asomado por completo. Así que, arreglado el clima, no hubo más remedio que retractar mis palabras y salir a dar el paseo, a lo cual, ellas cambiaron de energía y a la hiperactividad dieron salida. 

Todo normal, hasta que diez minutos después, Perla se apartó y corrió en dirección equivocada y por más que la llamé, no volvió y quise enfurecerme, pero mejor no, así que proseguí el camino con Sasha. Momentos después, Perla nos alcanzó. Y un minuto después, el agua comenzó a caer, levemente, suavemente, una ligera llovizna, de esas que te acarician la piel.

Llegados al punto de regreso, y como si algo me dijera que hoy vayamos más allá, decidí obedecer a la intuición  y alargué el paseo un poco más, y claro, era por eso.

Pues llegué a una cancha de futbol, y permítame, amigo lector,  detallarle el lugar, para que se haga a la idea de lo que hizo que me sintiera como me sentí. Hay una cancha enorme de futbol a lado izquierdo en una hondonada, una calle pavimentada de unos quince o veinte metros de ancho, cruza por el lado de arriba. Y del lado derecho hay unos lotes de terreno, y para ser precisos, un árbol enorme y algo de maleza en lo que dura la manzana. Hay que añadir que no hay luz en ese tramo por la ausencia de viviendas y una lampara se separa de la otra por la manzana misma.

¿Qué ocurrió? Pues que iba yo tranquilo por la calle solitaria y de pronto, ¡guau! ¡Guau!, y yo, shht, y ella, ¡guau! y yo, shht, y luego las dos ¡guau, guau! y yo, yaaaa, yaaa, ¿qué fue?, ¿qué pasó? y me fui acercando al árbol donde ellas ladraban, y alcancé a vislumbrar un bulto de basura, pero para asegurarme, encendí la linterna del cel y hablando a la más bulliciosa me fui acercando, mientras le decía: Qué fue, no hay naaaadaa, vaaam... ¡UPS! ¡JAJAJAJAJA!

Una vez estuve lo suficientemente cerca para ver qué hijo de puta fue capaz de tirar una bolsa de basura habiendo sitio donde depositarla, lo que vi, fueron cuatro piececitos temblando, bien recogidos, doblados en busca de una posición fetal, y más arriba una chica abrazando a su chico que también la abrazaba y con unas ramitas cubriéndose la cara para no ser reconocidos. Pero como tenía dolor de cabeza, no dejaba de ver basura, así que me acerqué más y mi perra ladrando fuerte opacaba los quejidos de susto de la muchacha, y fue ahí cuando miré una cicla adornando el lugar. Y reparé en que no era basura sino una parejita dándose amor del bueno a la orilla de la vía... donde transitan vehículos... motos... personas... al pie de un árbol, pero más allá, donde unas plantas hacían de cama... ¡Joder! ¿Es posible ser tan urgidos? Lo gracioso al final fue que no fue la presencia de las perras, si no la mía la que terminó por avergonzar a la pareja. ¿Y qué más podía hacer? Reír es cosa natural en mí, jajaja. A mí no me habría gustado ser interrumpido así, pero bueno, hay que avisar pa la próxima, jajaja. El dolor de cabeza desapareció un poco.

Luego, llegados al parque, por la llovizna estaba prácticamente vacío, pero no en el centro de una cancha interdisciplinaria, porque ahí terminó de irse mi dolor cuando vi a dos chicas rondando los dieciséis, solitas, con un parlante a todo volumen y una parada mirando a la otra que, con licra negra y camisa, movía el culo de la manera más sabrosona posible, de pie lo meneaba, ora a un lado, ora al otro, y de pronto, al piso, y ese trasero se repartía entre el suelo y el cielo, y yo, yo no podía hacer más que disfrutarlo, porque, qué más. 

Todo apuntaba a que cuando tienes cierta sensación de ir por aquí o por allí, o de hacer esto, debes hacerlo. Sí, hoy no pensaba salir por la lluvia, pero, al final, cuando debe alegrarse mi corazón al ser testigo de hechos singulares, no puedo negar que es el destino el que está llamando, y hay que obedecerlo. Lo seguiré obedeciendo más seguido, a ver qué me encuentro, jaja.

sábado, 5 de marzo de 2022

LLANTA

Veo una manada de infantes y recuerdo mi lejano pasado como si fuese ayer.

Seis mocosos mi juegan con mi perra.
A una de ellas le falta una pierna, tendrá unos cinco años.
Otro camina extraño, tendrá seis. El mayor tendrá unos nueve; otra, siete, y un bebé, un bebé de unos tres meses que lo tienen gateando por la plaza,
Un grupo singular.
Percibo a la niña sin pata fungiendo de madura, parece un alma vieja.

Un grupo de seis jóvenes desfilan por el fondo y se plantan a unos treinta metros de mí.
Contrasto lo que veo y noto como la vida transcurre rápida y a la vez lenta. ¡Oh, joder!, ¿qué pasa? ¿Cómo así? Y ahora un grupo de seis, ¿pero de viejos? No mamen, el número de la bestia esta noche me enseña que la vida es corta.
Tres edades en menos de diez minutos dan testimonio de que valemos mucha verga si no le sacamos provecho a nuestros días.

Llega el blanquecino pitbull y los niños se quedan sin juguete viviente. Entre perros saben que jugar a lo bruto es lo suyo pues los humanos son frágiles seres.

¡Ooooh! ja, ja, ese hpta mocoso subido en la barra de la cicla,  de pie cerca a la dirección me refiero y las manos en el manubrio, capaz que se cae; y casi, pero no.
La diversión finaliza cuando llegan en manada a mostrarme con la cara triste y ganas de llorar de la rabia de que al dueño de la cicla que es uno de seis, el mayor, derrapando le ha pinchado la llanta trasera. Hay un hueco donde alcanzan dos dedos, ja, ja, ja, qué cabrón.

Le digo que solo hay que cambiar la llanta y el tubo, no es más. Se tranquiliza, pero se va y los demás lo siguen, yo hago lo propio y me retiro con la tranquilidad que ofrece la noche. 

Nada de especial hay aquí, salvo entender que el tiempo transcurre a toda prisa, pero nada que un porrito de marihuana no ralentice. 

Malaya



domingo, 6 de febrero de 2022

DE LAS CROCS

17% de carga en el móvil es más que suficiente para referirle, amigo lector, este pequeño hecho, un tanto insólito, curioso, divertido y hasta peligroso, si lo vemos con los ojos de quien fuese su intérprete.

Fíjese usted, amigo mío, cómo ha ocurrido el acontecimiento.
Bajaba yo por esa bajada (obvio, no se puede bajar pa arriba), con más de cien metros de longitud, y llegando ya a los últimos metros antes de coger las curvas (que en este caso, subían), una familia de tres que iba caminando por el lado derecho, y yo por el izquierdo, hemos sido testigos de un chirrido que atrajo nuestra atención, he girado mi cabeza y, ah caray; una chica con una bebé en su cargadera hacia el frente iba bajando en una ochenta (de esas motos de antaño), pero he aquí lo curioso, ¡iba arrastrando los pies!, pero no con botas especiales, no, ¡con unas crocs!, ¡unas jodas crocs, y gastadas las hptas!, ja, ja, ja. Qué risa, parce.

El buen lector habrá intuido al igual que yo, que la chica andaba frenando el vehículo, ¿pero frenando y acelerando a la vez? Hummm, no sé, me ha causado gracia, y los tres que iban al otro lado, igual. Quedaron extrañados mientras sonreían, y extrañado yo también, me he visto con la necesidad de compartiros esta brevísima anécdota, curiosa claro, puesto que jamás había visto tal cosa.

En fin, he seguido caminando a ver si algo más extraño ocurriese, y en efecto, lo hubo, pese que había perdido la esperanza. Anocheciendo me he sentado en un banquillo de concreto, y el sol en conjunto con las nubes dibujaban una silueta. Una forma que no podría pasar desapercibida.
Su rostro, el rostro de mi amada Cielo desde el cielo mismo hacia su aparición. 
Una señal, la que buscaba, la que necesitaba.
Ahí estaba.
Y mi corazón no pudo ponerse más contento por tal evento.
En mi fuero interior hay una voz que me dice que no todo está perdido... que todavía hay una tenue luz en medio de tanta oscuridad, pero me exige que debo poner de parte, a ver si la hacemos alumbrar de verdad.


Malayerba


sábado, 24 de julio de 2021

SOL DE MEDIA NOCHE

Un hombre como yo no debería llorar,
pero heme aquí, sollozando en silencio. 
Mirando como de a poco se desmoronan mis sueños. 
Mirando como mi vida se apaga sin remedio. 
¿Por qué no he nacido inteligente, dime?
¿Por que nunca me he dado cuenta de lo que ocurre hasta cuando todo es tarde ya? 
Siempre tenías una respuesta para todo, 
y ahora necesito una respuesta, o al menos una señal, 
aunque sea un suspiro en el viento. 
Ojalá fuese un abrazo tierno. 

Ah, joder, qué soledad la que siento. 
Qué feo, joder, odio este sentimiento. 
Cielo, temo que no me alcance la vida para repetir hasta que me perdones, lo mucho que lo siento.

Te he fallado nuevamente, otra falta a mi favor. 
Tal vez nunca lograste saberlo y yo tenía demasiado miedo de que miraras lo que era en realidad. 
Tenía miedo de que te dieses cuenta de que mi existencia era solo otro triste fracaso. 
No merecía tanto, no podía merecerte a ti. 
Solo era un soñador. 
Dime, ¿QUÉ COÑO PODRÍA LOGRAR? 

:(

Malayerba