domingo, 8 de enero de 2023

EL PRIMERO DEL AÑO

No importa si no duermo esta noche, 
he soñado ya demasiado entre sus labios, 
entre sus brazos, 
entre sus piernas.
Buscar el descanso durmiendo es innecesario cuando has hallado la relajación total en sus caderas, 
en la espesura de su melena,
en la inconmensurable maravilla de sus pechos. 

¿Querías un poeta? Aquí lo tienes. Si no lo querías, de malas, porque ya llegué y no tengo ganas de irme. 
¿Querías un hombre diferente? Pues qué desgracia, porque aquí no está, porque soy un hombre común, un común bastardo que no sabe querer como lo dicta la sociedad. Un idiota que solo sabe entregar el corazón aunque lo destrocen, 
que suprime la razón y se deja llevar por los sentidos. 

Pero en busca de la inspiración te he encontrado y ahora que te tengo las excusas para escribir se han terminado. Y si todavía no te tengo, espero hacerlo uno de estos días. 
Porque tu sonrisa tan preciosa como un mar de estrellas en el cielo, no la quiero perder. Y es que es tan difícil que mi mente se quede quieta cuando te pienso que mil poemas a tu ser se mezclan entre mis pensamientos. 

A todo esto, no me importa quedarme sin voz, sino quedarme sin palabras. 
Porque sin palabras dejaría de pensar y si dejo de pensar, las cosas más hermosas que este mundo habrá de leer jamás se escribirán... bueno quizá otro hijo de puta lo haga, pero ese gran hijo de la verga quiero ser yo... y quiero que se escriban gracias a ti.
Tú, siendo mi musa y yo, siendo el innoble escritor que intente plasmar toda tu belleza en un puñado de letras. 

Malayerba