Mientras camino observo el horizonte de la vía láctea y me quiero morir... de frío, cabrón, QUÉ PUTO FRÍO DEL DEMONIO, no mamen.
Saco el celular y te escribo esta nota a ver si me abrigo un poco por el sentimiento que me embarga.
Andas aburrida de que te digan que eres hermosa y vengo yo a repetir lo mismo con lo esperanza de hacer la diferencia.
¿Soy idiota acaso?
¿O es que no me he enterado de la forma correcta de llegar a tu razón? O a tu corazón, a lo que llegue primero es irrelevante, lo importante es llegar.
Llegar y vivir a como dé lugar.
Vivir, de todas formas, es lo correcto, pese a que la muerte anda todo el tiempo dispuesta a complacernos cuando decidamos marchar, siempre hay que vivir la vida de manera que podamos mantener la vista en alto, ¿no te parece?
Dime entonces si te apetece ser mi farol y yo un mosquito que te busque en las oscuras noches.
Dime si quieres ser el aire, necesario para mi existir.
Dime si te gustaría ser egoísta con los demás para convertirte en la musa de este triste poeta y luego, ya convertida, salir al mundo siendo eterna poesía al andar.
Dime si tienes ganas de pasar un buen rato conmigo, si se te antoja, sino pues no y nada pasa. Pero si quieres pues qué lindo, qué hermoso, qué precioso, hacer de la felicidad una costumbre.
¿No?
Yerbita
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