jueves, 21 de mayo de 2020

QUÉ PASARÁ MAÑANA

He pensado que Dios te ha puesto en mi camino por una sola razón:
darme un empujón hacia el vacío.
Aunque antes de morir habría de observar en mi memoria cada momento vivido,
y me daría cuenta de que en realidad he pasado toda la vida sin sentirla. 

Bajo la lluvia de un invierno que lava cada herida, 
me quedé conversando con una flor, 
entre preguntas y respuestas, al final me llamó idiota,
¿Eres un árbol acaso? —preguntó—.
Muéstrame las raíces que te atan a este suelo me dijo
Porque yo veo dos pies ahí, y veo a un hombre que tiene el poder de cambiar las vidas de sus semejantes, 
pero hasta que no deje de ser un idiota, 
empiece a quererse y confié en sus capacidades, 
seguirá siendo un simple hombre del montón —añadió con seriedad—.

Me quedé callado. 

Te he observado y no te entiendo.
Sonríes demasiado, 
eres feliz acariciando la tierra, mientras vas pensando en la forma en cómo mejorar el mundo, pero no comprendo el por qué desear algo tan grande, si ni siquiera has podido arreglar el tuyo propio. 

No sabía que decir. 

Cuéntame de ella, me dijo. 

La miré de pronto.

Aaah ahí lo tienes, 
te brillan los ojos, 
hasta acá se siente el palpitar de tu corazón. 
Pero eres tonto, ¿sabes? 
Cualquier otro hombre en tu posición no lo pensaría dos veces, 
aunque cualquier otro hombre no la merece;
y es ahí donde no te comprendo. 
No has hecho nada tan malo;
no eres un mal tipo, 
tras esa apariencia de agresividad y brusquedad, existe un ser agradable, dulce y muy fuerte. 
Tú solo deseabas una chica que te comprendiera un poco y te demostrara algo de amor, ¿no es así?
Y ahora crees que la que te han mandado es demasiado para ti, ¿verdad?
¿Crees que dese arriba no saben lo que hacen? 
Pero, ¿sabes qué es lo que realmente fastidia de ti? 
Que no crees merecerla, y lo peor de todo, es que no tienes ninguna razón para contradecirlo.
Te diré algo más:
hay muchos hombres buenos ahí afuera,
muchos que serían capaces de darle una felicidad tranquila,
pero la diferencia es que ellos no son como tú;
los tipos como tú son escasos,
porque aunque no parezca, 
llevas dentro uno de esos corazones que lo único que saben hacer, es amar de verdad.
Deja de pensar en el mañana, quizá y no llegues a tanto —añadió y se quedó muda recibiendo la lluvia—.

Me quedé pensando, mientras miraba hacia el cielo que me escupía en la cara con sus gotas de agua...
A veces no me entiendo... a veces no me entiendo.


Yerba

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