sábado, 22 de febrero de 2020

UNA SEÑAL DIVINA

Quien quiere estar que esté;
y así su corazón se fue acostumbrando a su olvido,
a meterse en su cabeza la idea de que la había perdido,
aunque hubiese luchado, de muchos fallos fue su camino;
y ella, que vivía ocupada en sus asuntos de romances baratos y propuestas de sexo sin emoción,
no se dio cuenta que el hombre por ella la vida daba,
se quedó solo y malherido,
igual que el ave al que le han destruido su nido.

Sin embargo, los milagros ocurren de vez en cuando,
y pese a que ya no tenía valor alguno,
un cisne que pasaba por su camino le miró con ternura,
le acarició la frente,
le limpió la barba,
y le prestó sus alas;
y él, se olvidó de que la gente era mala,
que tienen una enfermedad en su corazón,
y que casi nunca utilizan la razón;
y se dejó abrazar de sus plumas,
se dejó contagiar de su calor,
sonrió por volver a sentir el amor.

Una melodía triste en el ambiente se dejó oír,
ya no había marcha atrás;
porque en el cielo la petición fue escuchada,
y le enviaron a una mujer que se convertía en ave,
y el Malaya, que ya poco tenía que perder,
entregó su cariño y su fe a un nuevo amor en el que creer.

"Dicen que en noches cuando la lluvia cesa,
él abraza a su mujer,
y ella deja que se funda en su corazón,
y en el cielo se ve que vuela un cisne de negro color,
y en su cabeza lleva una corona de hierbas en la que él se convierte para adornar su belleza".


Malaya & Black Swan

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