sábado, 8 de febrero de 2020

AMOR DE SÁBADO

Me cuelga la verga,
el cabezón no se quiere levantar,
pero a penas la ve llegar, cambia de opinión,
porque lencería de encaje negro trae,
y es obligatorio rendir pleitesia a tal  regalo del cielo. 
Si la vieses te quedarías perdido igual que yo,
si la vieses no aguantarías las ganas de ir a su encuentro.

Se acerca sin quitarme de encima la mirada;
la veo y la realidad se distorsiona;
mirarla con esa tanga que queda más perfecta que un café en la mañana,
mirar ese brasier que lucha con toda su fuerza para sustentar el par de senos que han de brindarme un gozo enorme, 
y esa sonrisa que si no es diabolicamente sexy, es que es malditamente perfecta. 

Me es imposible concebir que posea defectos cuando la escucho gemir,
y cuando percibo su cuerpo húmedo y la saladez que exhala domina mis sentidos, 
sé que he alcanzado el paraíso estando vivo. 


Mayer


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