viernes, 14 de febrero de 2020

PROHIBIDO ACABAR SIN GRITAR UN "TE AMO"

Hay poder en cada letra,
en cada palabra que sus labios pronuncian,
hay poder en su mirada,
hay un infinito poder en su forma de amar.

No puedo dejarlo,
no puedes hacerlo,
al amor que nos tenemos, 
es imposible poner fin.

El agua cae en la ciudad,
desde el balcón te escribo,
las luces parecen luciérnagas desde acá,
la luna destella tras una cortina de humo,
el cigarro se extingue,
y es hora de volver adentro.

Recuerdo noches,
noches como aquella en la que reposas en la cama cual hoja de otoño,
tan sublime y convencida de que la velada será eterna, 
con un cachetero de encaje azul y una blusa negra como mis intenciones,
y oscura como tu ímpetu al hacer el amor.

Recuerdo el roce vigoroso de nuestros cuerpos,
nuestras manos inquietas queriendo acariciar el alma contraria;
recuerdo un par de lágrimas en tu cara, 
y una sonrisa rebosante de felicidad.

Percibo el inconfundible aroma que exhalas,
la locura en tu mirada,
y tus ganas de nunca parar.
Así te recuerdo,
haciendo del cuarto un huracán,
tirando los miedos por la ventana,
solo dejándonos llevar.

Recuerdo el día asomando débilmente,
mientras nos disponemos a dormir tras una batalla ganada,
sin más muertos que nuestros cuerpos extasiados,
exhaustos, y llenos de júbilo.

Con el último cigarro y una cerveza en la mano,
recuerdo aquella noche como muchas tantas,
en la que para amarnos el reloj se detenía,
y en la que amarrada a mi pecho mientras de almohada poseías a  mi brazo,
yo te regalaba un intenso beso que gritaba un "te amo" más allá de lo conocido,
y tu recibías en tus labios,
el amor más puro que he podido dar.


Mayer

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