¡MALPARIDOS HIJOS DE PERRA!,
aunque todos se pongan en mi contra, yo seguiré andando hasta que muera.
No podrán detener mis pasos,
no podrán detener mis letras,
no van a callarme, miserables bola de imbéciles que entre todos son reyes,
pero uno a uno muestran su verdadera flaqueza,
dejándome ver que no son más que un pedazo de mierda con nombre y apellido nada más.
He crecido solo y alienado,
sin más amigos que mi imaginación y mis depresiones,
con la luna de testigo y el sol quemándome la cara,
bajo la lluvia con el lodo hasta las ojos,
y sin esperanzas de superación,
y aquí me ves, más firme que una roca,
más testarudo que una mula,
más cabrón que un hijueputa,
¡¿Y SE ATREVEN A CREER QUE AGACHARÉ LA CABEZA FRENTE A UNA SARTA DE IMBÉCILES SIN CORONA?!
¡¿Y SE ATREVEN A CREER QUE AGACHARÉ LA CABEZA FRENTE A UNA SARTA DE IMBÉCILES SIN CORONA?!
He presenciado cosas que pocos humanos han visto,
he llegado a peores sitios que el infierno,
he muerto y he renacido un centenar de veces,
y esperar mi rendición es esperar a que la última estrella del universo se apague.
Cómo Malayerba se me ha concebido,
así que a tomar por culo todas vuestras hazañas y egos de porquería,
que yo seguiré erigiendo mi reino hasta el último segundo de los tiempos.
Y no creáis que llevas ventaja,
porque vosotros apenas viajáis en una dirección y yo...
yo ya voy regresando por segunda vez en el carril de retorno.
Malayerba, de MALAYERBA CORPORATION
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