sábado, 15 de diciembre de 2018

OTRA ANÉCDOTA NAVIDEÑA (+18)

Eran las once de la noche, y acababa de terminar de ver un documental sobre insectos, cuando a la puerta llamaron,
abrí con pereza, lo hice con desgana,
si hubiese sabido que era la morena de mi vecina lo habría hecho con mejor cara,
y no con la de malgenio que siempre me acompaña.

En fin, supuse que vendrían por algún favor urgente, 
o alguna llamada a última hora quizás,
abrí la puerta y ahí estaba ella, 
en efecto necesitaba un minuto a un lugar internacional,
accedí a colaborar en la causa,
reparé en su ropa y llevaba una minifalda, con un ligero escote en que dejaba apreciar sus no tan grandes senos,
pero nada más, y el frío era brutal,
le invité a pasar aprovechando que todos en el interior dormían ya, 
se sentó en el mueble mientras marcaba,
yo disimulé hacer algo en la computadora mientras esperaba,
no quería arriesgarme a nada, 
no tenía mi mejor cara, estaba con la barba de una semana, y el cabello sin cortar, hasta enredado estaría ya,
y tenía unas enormes ganas de cagar, lo cual iba a lograr realizar si antes la puerta no hubiese alcanzado a llamar,
pero las cosas suceden por razones que no conocemos.

Puse una música suave, relajante electrónica de música para animar el ambiente,
notaba que en su rostro el desánimo se hacia presente,
aproveché tal oportunidad para olvidarme de los complejos y serle complaciente,
sugerí a la chica la opción de volver a intentarlo más tarde,
a quien necesitaba bien podría haber estado ocupado bañandose o quien sabe,
o quizás es que aun no amanecía en aquel lugar y por ello no se dignaba a contestar,
con los ojos brillosos me preguntó -¿será?-
y yo asentí afirmando cual verdad,
-bueno, será esperar entonces- me dijo
-no hay problema, la noche es joven y podemos hacer algo para no sentir su andar- inquirí mientras le miraba las piernas,
-¿qué está insinuando señor?- me dijo,
me tomé la libertad de hacerme notar y la intensión sacar,
había decidido no perder el tiempo con rodeos y solo penetrarla con mucho deseo,
así que respondí:
-que si me permites, tengo un par de condones por ahí que podemos gastar antes de este año acabar- 
me miró con desconfianza y seriedad, para nada mis palabras le habían gustado,
sin embargo proseguí:
-Hace frío, y necesitas calor, no queremos que agarres un resfriado- insistí mientras me levantaba y me sentaba a su lado,
ella trató de alejarse, pero fui más rápido y dirigí una mano directo a su pierna,
ella respingó, 
yo sonreí, 
ella me miró feo, 
yo la sujeté y ebrio de las ganas la besé,
opuso resistencia que se desvaneció a los segundos, 
decidí ahorrar tiempo y mis dedos se inmiscuyeron en sus muslos,
me separó con fuerza,
-deténgase o grito- dijo en voz baja,
-no lo hagas por favor- exclamé, -no quiero que se despierten y vean que una desconocida está violando a un indefenso muchacho- con sarcasmo añadí,
ella me miró con sorpresa dispuesta a reclamar,
-ya deja de joder, y solo déjate llevar mujer- repliqué,
notando ella que quizás no había escapatoria deduciendo que me daba igual que nos vieran cogiendo, y al ver mi necesidad sexual, un poco intimidada accedió a cooperar.

-Al menos sube el volumen, no vaya a ser que a tu gente los despierten mis gemidos- me dijo, ya con una cara más serena,
obviamente obedecí y me levanté convencido,
pero la muy zángana, aprovechó a escapar,
de un brinco ya estaba en la puerta diciéndome adiós con una sonrisa de victoria, y se marchó.

Me quedé pendejo, me sentí engañado, estafado,
me sentí más que un tarado,
suspiré resignado, cuando un ruido interrumpió, el celular sonó,
aaah, pero maldita suerte la mía, sonreí a lo idiota, 
no era mi cel al que llamaban,
la muy puta de mi vecina por el afán de salir huyendo dejó en el mueble su móvil,
y bien claro yo tenía que eso era su vida y sin él no podría dormir tranquila,
me dirigí a la puerta y la deje entreabierta a modo de espera;
me senté en el sofá a descansar.

Después de un momento la puerta se abrió, 
y ella con cara de malcogida me miró,
la voltee a mirar sonriente,
no quites esa cara, que en un rato la voy a cambiar yo,
-devuélveme el celular- exclamó,
-después de un par de mamadas y una culiada rápida- repliqué yo,
-maldito cerdo- murmuró,
-¿se lo das a todo el barrio y te atreves a insultarme?, no jodas- me reí,
sus ojos se encendieron, y se acercó lentamente hacia mi,
-mira hijo de puta, vas a aprender a respetar, ¿está claro?-me habló y esta vez si me intimidó,
creo que no fue buena elección ese juego de palabras.

Se sentó en mis piernas, y sus tetas quedaron a la altura de mi boca,
las mordí y besé por encima de la ropa, 
con los dientes empecé a quitar su blusa,
pero me lo impidió y siguió balanceándose sobre mi verga asiduamente,
me excitó feamente y en un santiamén ya tenia la polla más dura que la puta pared,
se bajo sonriente,
se quitó el sostén,
me quitó los calzoncillos,
me apretó el penecillo,
se lo llevo a la boca,
lo chupó intensamente junto con los huevos,
y luego lo amasó con sus tetas, 
lo hizo tan bien durante un par de minutos, 
intercalando su saliva con su pecho,
que no me fue posible evitar correrme intensamente.

Quedé emocionado, pero necesitaba descansar un par de segundo antes de continuar,
pero ella me lo había advertido ya,
me iba a enseñar a respetar.

Se quitó la ropa totalmente, 
se dio media vuelta y su culo retrocedió en defensa,
se estrelló en mi cara, y se agitó como si no hubiese mañana,
yo excitado lo babosee, lo mordí, lo lamí, le introduje un dedo que no halló dificultad en el acto,
así que le introduje dos, y vaya sorpresa, tampoco se inquietó,
-debe tener experiencia la perra- pensé,
le introduje tres dedos a la vez que lo lamía, 
entonces gimió, pero no por ello se quitó, más aún presionaba con fuerza para que entraran mucho más adentro.

Me tenía agarrado el pene,
lo tenía bien sujeto,
se quito de mi cara y otra media vuelta se dio,
yo sentado solo me dejé llevar,
maldito fatal error en esta ocasión,
sus rodillas a cada uno de mis costados,
y su vagina absorbió mi verga sin ningún temor,
tal como me lo imaginaba,
esta chica no es lo que aparentaba,
experiencia es lo que le sobraba,
y sin prestar atención al tiempo ni a las exigencias,
ya sentía que se aproximaba la siguiente corrida.

Intenté poner en calma mi mente,
pero la muy zunga se aparecía en cada pensamiento, hasta en el más decente,
y no pude equilibrar las fuerzas,
me ganó la batalla, 
y sin mediar palabra, 
su coño se llenó de buena leche nutricional.

Necesitaba reposar, 
pero la muy puta no pensaba parar,
le dije: -!basta ya!- debo descansar,
me apretó la cara contra sus tetas con mucha fuerza,
parecía querer ahogarme,
trate de zafarme,
pero no se que me hizo, no podía lograrlo,
se agitaba más duro en mi cadera,
sentía que me destrozaba la verga,
me empecé a asustar y de mi lado la traté de apartar,
sin embargo mis brazos se encontraban débiles,
y no podía escapar.

Así que suponiendo que serviría,
girando mi cara le agarré un pezón con mucha fuerza,
y la inmunda solo se excitó,
no quería hacerlo, pero procedí a morderlo de verdad,
en ese momento ella gimió,
y sentí un frío cortante en la nuca,
-chúpalo y alivia el dolor- me susurró al oído,
-a menos que quieras terminar herido- añadió,
no tuve más opción, debía resistir o terminar apuñalado,
la segunda opción no me gustó para nada,
usé el poder de la fe y rogué a Dios que me salvara,
pero tantos años condenando a su alteza,
nada de favor recibiría era lo más obvio.

Hacer la cara dura, y aguantar antes de desmayar, 
sin descanso alguno difícilmente podía aguantar,
la zunga estaba endemoniada, 
me quería demostrar que con ella no se debía jugar,
me arrepentí por un instante,
desee no haberla puesto en ese plan,
pero era tarde ya, 
debía complacerla o terminar cercenado quizás.

No se cuanto tiempo más transcurrió, 
pero al fin un milagro se hizo presente,
devolvieron la llamada hecha anteriormente,
ya estaban disponibles y ella necesitaba una información enviar,
se quitó de encima y me miró con una sonrisa asesina,
yo solo quería agradecer el descanso,
y darle un dulce sueño a mi ganso.

Ella desnuda y sentada en el mueble del frente con el cuchillo sobando su clítoris hablaba,
estaba algo demente la muchacha,
aproveché el instante y reflexioné para mis adentros que sería más prudente antes hablar,
esta noche no me había gustado mucho, la verdad,
me levanté y me vestí,
ella hizo un gesto de que permaneciera allí,
me quedé obediente hasta que terminó de hablar,
se levantó y al verme debilitado musitó: -Poco hombre tenías que ser, no sabes satisfacer a una mujer, más te vale no volver a joder, ni a mi, ni a ninguna chica de por aquí, que si yo me llego a enterar, muy mal vas a terminar-, recogió su ropa, se vistió y se marchó.

No se que me pasó hoy, pero de seguro no era mi día,
oohh mierda, mi estómago, 
aaauu ya recordé, 
las ganas de cagar me arruinaron una buena cogida.

!maldita sea!


🌹Yerba🐉

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