miércoles, 1 de mayo de 2019

ACOPLADOS

Se montó sobre mí,
me despertó con besos y caricias,
acomodó su cuerpo y se enganchó al mío,
la suavidad estrecha de sus cavernosas entradas es un goce por el cual se merece vivir,
se balanceó de adelante hacia atrás en un movimiento que no afectaba el ritmo cardíaco,
era mi corazón pulsando al son con el suyo, que aún en la somnolencia del amanecer teníamos el placer de existir ardientemente en un presente inusitado;
entre un álgido gemido exclamó: —"quiero estar enganchada a ti,  todo el día"—, y me abrazó de tal manera como si algo la apartase de mí;
fue un apretón demasiado sentido.

Se levantó apoyando sus manos en mi pecho y siguió danzando a un ritmo lento,
la luz del alba iluminó la habitación, y percibí a una lágrima que paseaba por su mejilla,
—¿por qué lloraba?—, me pregunté,
más no dije nada,
ella se contoneaba como si hubiese una melodía que adquiría más fuerza cada vez,
y los latidos empezaban a acelerar su caminar,
pronto se topó con la magia,
y un suspiro denotó que el éxtasis fue todo suyo,
sin embargo, nunca ha sido de las que felices se quedan con un placer, cuando saben que pueden obtener muchos más,
y yo, como buen amante debía proporcionarle el gusto,
tanto que la pasión se incrementó cual noche adrenalínica de dos jóvenes que han violado las leyes impuestas,
que provocó en ella, espasmos tan fortuitos y llenos de gozo que lo supe por el modo en que mordía sus labios,
tomó la magia del orgasmo como si fuese vino,
y su alma se elevó alcanzando cielos no conocidos por el hombre.

Descansado del trajín se recostó en mi pecho con una pierna abrazando mi cintura,
su respiración era apaciguada y profunda,
no le dije nada,
me mataba la curiosidad de preguntar por qué lloraba,
pero me aguanté las ganas,
no obstante, ella parecía leer mis pensamientos y me dijo: —me haces demasiado feliz, no puedo evitar llorar—, me dio un beso y se durmió,
pasaron un par de minutos y yo lo hice igual.




Malayerba

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