—Léeme con las piernas abiertas,
usa tu lengua como tacto,
mi cuerpo como tablero de braille, y dame tu mejor lección—me instigó,
y yo, yo tan solo, obedecí.
Guiado por el aroma de su piel,
fui recorriendo cada palmo de su cuerpo,
aún en medio de la oscuridad pude notar que no se trataba de una chica normal,
pues tenía un olor demasiado fuerte,
pero sumamente adictivo a mis sentidos,
y como buen hombre que busca satisfacer a su mujer,
me dejé llevar,
absorto por la exquisitez con la que se fundían mis labios con su piel,
cada segundo que pasaba era vivir en el eterno placer.
Los gemidos pasaron de ser sonidos ahogados,
a intimidantes jadeos de una voluptuosa hembra,
mordiscos en el vientre materno,
jugarretas por el costado de sus piernas,
percatarme de la humedad que se escurría entre sus cavernas,
fue punto crucial para decidir entrar en tierras ajenas.
Una lengua que no se cansa de escarbar,
de saborear la acidez a la que es enfrentada,
y una boca dispuesta a tragar todo lo que en su camino halla,
es el hambre de un náufrago que saciar su apetito desea,
era yo, que devorar cada centímetro de mi amada me proponía.
Ríos y ríos de ardoroso amor estallaban al borde de la cama,
orgasmos confluían para dar vida a la victoria,
alcanzar la gloria había sido por mucho logrado,
extasiar a más no poder a mi mujer,
fue una meta planteada, y un objetivo concretado.
Encendí la luz y la habitación estaba toda salpicada,
miré a mi dama,
y en su rostro una enorme sonrisa se dibujaba,
—¿he pasado la lección, maestra?— inquirí,
—has tenido muchos fallos, así que deberás repetirla un par de veces más— respondió con descaro,
vaya mentira, pero con gusto lo haría mil veces sin que tenga que pedirlo,
por lo que asentí humilde con la cabeza,
y luego de unos momentos,
la levanté de cama y en brazos la llevé hasta la ducha,
mientras se lavaba hice la cama,
y me retiré lentamente con la satisfacción del deber cumplido.
🌹Mayer🐉
No hay comentarios:
Publicar un comentario