domingo, 5 de abril de 2020

SENTIMIENTOS DE UN DÍA

Me da igual lo que piense la gente,
mi autoestima nunca ha subido más de dos centímetros del suelo;
poco importa si sus miradas se clavan en mí con desprecio.

—Oye. 
—¿Qué? 
—Mírame. 
—¿Mmm?, ¿qué? 
—¿Cuántas veces te han roto el corazón? 
—¿De qué hablas? 
—Se te ve en los ojos. 
—Jaja, creí que no se notaba. 
—Sí, ¿qué te ha pasado?

Nada... Quizá me he acostumbrado tanto al dolor, que ya poco lo siento, 
quizá ya me he olvidado que un día hubo luz aquí. 

La vida es efímera,
y la gente hace de las relaciones humanas algo tan complicado, 
que se te va media existencia en discusiones y enfados sin valor. 
De todas formas, el amor cayó en este mundo como la vacuna contra el miedo,
y cuando uno se logra hacer con él, el resto de vida que te queda, puede brillar como si fuera un sol. 

Así que, qué más da si me he aburrido de ti, 
qué más da si el amor que tengo solo ha alcanzado para ti. 
Qué importa si me he convertido en un simple burro de carga, 
el lugar dónde buscas diversión cuando los demás ya te han hartado, 
el último hombre que se entera que algo te han hecho, cuando es tarde ya... qué importa. 

Pero te diré que un día me topé con alguien, 
un día conocí a alguien, 
y ese alguien me enseñó a ver el mundo con otros ojos, 
sin embargo, tal como llegó, se fue. 

Y otro día me topé contigo;
y un día te empecé a conocer;
un día me di cuenta de que tenía que obedecer tu recomendación y no enamorarme de ti;
pero un día queriendo, y sin saber cómo, te saqué una sonrisa;
y un día ya no dependió de mí, 
ya no pude echarme hacia atrás, 
ya había bebido un par de tragos y quemado un mar de cigarros con tus demonios;
y ese me día cuenta de que te quería conmigo, 
que había mucho que hacer para levantar un nuevo mundo, 
y que solo sería posible si íbamos de la mano. 

Y ahora me doy cuenta de que soy un idiota;
que quizá el del problema soy yo;
que tú estás perfecta y yo no;
y que aunque actúe como un pendejo, en ti siempre pienso;
que cuando no estás, te echo mucho de menos, 
y que solo espero la noche para poder regalarte un «te amo», 
porque aunque te cueste entenderlo,
cuando esas dos palabras salen de ti... 
es cuando realmente yo puedo dormir tranquilo,
y en la mayoría de veces... feliz. 


Mayer

No hay comentarios:

Publicar un comentario