Dejé de preguntar sobre sus días.
Dejé de importunarla con mis tonterías.
Empecé a callar tras sus silencios.
Dejé de insistir y su amor se apagó.
No hay culpables aquí;
nadie es responsable;
ella decidió tener una vida enteramente para sí misma;
yo acaté su resolución.
Di dos pasos y la miré alejarse.
Con una sonrisa se despidió de mí.
y con un par de lágrimas le dije adiós.
Yerba
Amig@, nunca dejes de hacer esto; no sabes a quien pueden inspirar tus escritos o, incluso, salvar un alma de la ruina. Sigue adelante.
ResponderEliminarSon palabras muy hermosas y me llegan de verdad al alma. Aprecio mucho tu apoyo. Muchas gracias.
EliminarUn amor del bueno que llega a su final, un adiós inminente cuando uno de los dos se acostumbra a la ausencia que el otro provoco yéndose antes,pero dejando los mejores, momentos y recuerdos de la vida
ResponderEliminarQué bonito, bebé. Pero el amor no muere, no se extingue, sigue ahí, en vilo. Solo hay que ser pacientes y esperar que regrese.
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