jueves, 7 de febrero de 2019

AMORFOROGENIA

Estaba cansada de los mismos,
y yo no quería una más,
ella quería un hombre fuerte que resistiera todos y cada uno de sus trastornos,
y yo quería una mujer que me haga sufrir y llorar con inclemencia, pero de verdad.

No tardó más del tiempo necesario en aparecer,
llegando al momento exacto para verme caer,
se asomó desde lo alto para comprobar si yo sobrevivía,
divisó desde allá arriba que yo en efecto, seguía con vida.

(Entre gritos supersonantes un breve diálogo se generó)

Malaya: —Ay muñeca, cuando te alcance caro lo vas a pagar,
La Jordana: —Ay cariño, mueve el culo que otro el mío lo puede devorar,
Malaya: —¡No sea tan desgraciada que lo mío no lo comparto!
La Jordana: —¡No seas tan retrasado que tú no eres dueño de lo que este cuerpo puede hacer en el acto!
Malaya: —¡Me cago en la puta! Pero aquella tenía razón,
La Jordana:—Se cagó en la puta, pero en el fondo sabía que suyo era mi corazón.

"Malaya: Subí el abismo aún con las heridas abiertas, me desangré en el trayecto,
ella me esperó allá arriba y me curó cada herida con cada uno de sus sanadores besos,
y en el mismo lugar la follé tan fuerte que hasta su alma sintió el paroxismo del placer paradisiaco,
La Jordana: y yo lo dejé tan satisfecho que habiéndose desalojado de mí, aquel impúdico ser sintió que volvió a nacer".


Mayer y la Jordana

1 comentario: