Derrochando emociones y sentimientos,
a diestra y a siniestra derramando energías,
¡pero puta mierda! ¡Ni que valieras tanto!,
no vales tu peso en oro,
a lo mucho, tus tetas en cobre, y el resto en chatarra,
no obstante, pequeña malparida,
ya comprenderás lo que perdiste un día.
A la orilla del planeta me recuesto a descansar,
a ver la vida pasar,
a beber litros de mezcal y quemar tabacos sin marca,
delineando horizontes difusos cada vez me quedo más ciego,
los ojos chorrean de mi rostro,
cuencas vacías es lo que queda,
para hábitat de gusanos son propicias.
Un rosal trepa por mi cuerpo,
mil espinas se fusionan con mi dentro,
heridas retoman su camino,
un alma rota se desangra,
una vida marcada por la bestia represento.
Fresca noche de lujuria,
cálida oscuridad bajo los testículos del diablo,
amanece y no vuelvo a percibir el sol,
el chiquero se halla cómodo y solo una cosa por hacer se determina...
Revolcarse en el atractivo lodo...
Yerba
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