Hay días en los que el café sabe tan bueno que nada más importa,
es el último que ella le prepara con sus aterciopeladas manos,
él se juró disfrutarlo hasta la última gota como si de agua en medio del desierto se tratara.
Con un "adiós" saliente de ella, y un "ya nos vemos" por parte de él,
dos corazones se dan el último roce de piel,
a ella, otras sonrisas y brazos están dispuestos a recibirle,
por contra, nuevos demonios se abalanzan sobre aquél.
La batalla está perdida nada más llegar,
endeble y sin energías el fin del día le limita,
imponentes desequilibrios regresan a su casa,
someterlos es una utopía para estos tiempos negros.
Cada noche a partir de su despedida se convierte en una amarga alegría,
se sienta en la escalera a fumar un cigarrillo y opta por resignarse a su no regreso,
piensa que quizá si no hubiese demostrado tanto,
no se habría perdido el interés,
aunque nunca sabremos que tan equivocado movimiento fue.
Calada tras calada,
lamentarse no surte efecto negativo ya,
fiel a su palabra aún le queda un sueño,
y una vez cumplido, un quimérico infierno dejará en libertad.
🌹Mayer🐉
No hay comentarios:
Publicar un comentario