Bella, transparentemente bella,
más hermosa que las estrellas en una noche de oscuridad lunar;
más preciosa, que todo lo existente;
así estás y aquí estoy yo con mis brazos dispuestos a recibirte.
Con un puñado de yerba en la mano,
con una pipa en la otra,
fumando sus defectos,
exhalando amor a los demás.
Ahí va trazando su camino el guerrero.
Ahí va dejando huella en la roca.
Yerba
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