Hay días en los que quisiera tener un amigo,
y decirle que hoy las cosas no salieron bien,
que le hallé gusto al trabajo del día para que el tiempo se pasará rápido y así poder llegar a casa y hablar con la mujer que amo,
y decirle a ella que de mi mente no salió,
contarle a mi compañero que aquello no sucedió y que molesté con mi estupidez a mi novia,
—vaya mierda, ni siquiera tienes novia— me diría, es lo más probable,
yo asentiría afirmando que es correcto,
me haría sentir mal y un golpe en la espalda seguido de un —"no te preocupes, ya pasará, las mujeres son así, no por nada son complejas"—, diría para consolarme,
—ven vamos, levanta el ánimo que solo ha sido una pequeña discusión— añadiría al asunto, y yo le creería, le agradecería por no dejarme solo y tenerle cuando hablar con alguien necesitara,
sin embargo, eso no sucede,
pues no hay consuelo para los vergonzosos temores de mi alma ,
solo escribo en el papel para evitar que mis ojos empapen la almohada,
intento plasmar mis ridículas penas en la hoja para no llorar por pendejadas.
Mas a quién engaño,
ya ni mis perros me hacen caso,
y la palabra amor de mi vida se disipa,
cada uno obtiene lo que se merece dicen,
tan solo desearía saber que tan mal me comporté para llevar más de 20 años sin tener a nadie a mi lado...
..."que fue lo que hice para caminar siempre solo y con la eterna tristeza sobre mis hombros."
Yerbita
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