sábado, 9 de marzo de 2019

SOÑADOR EMPEDERNIDO

"No recuerdo cuando sucedió,
no recuerdo cuando la conocí,
tendría unos seis años quizás,
sin embargo ya me iba dando cuenta del mundo oscuro al que estaba destinado,
y sucedió, una mente ineficiente y retardada intentaría salvar a un mísero niño de poco valor".


Es increíble que mundos enteros haya logrado concebir mientras se hundía en la fosa del oscuro y desconocido martirio.

Y un día la vio,
la salvación venía con vestido blanco,
un moñito en el cabello,
unos zapatos de goma,
y una mirada que acompañaba una sonrisa, fue suficiente para llenar de un brillo cegador cada palmo de su ser.

No obstante no duró más que minutos la presencia de tal ángel frente a él,
nunca más la volvió a ver,
quiso saber quien era,
le hubiese gustado ser su amigo,
o al menos un conocido,
más no ocurrió.

Se dedicó a soñarla,
a pensarla en el otro mundo,
sin embargo el tiempo se encargó de borrar la imagen casi por completo,
y al final sol
o tenía la ligera sensación de poder encontrarla un día.

A medida que crecía,
sus miedos más fuertes se volvían,
y cada día más indefenso estaba,
no había quien lo protegiese,
y como un gatito asustado solo huía hacia lo alto y se ocultaba entre ramas para no ser atrapado: allí fue concibiendo otra esfera de vida.

Se adentró en pensamientos tan profundos que se desinhibía de la realidad en la que fue parido,
se dedicó a dormir cada vez que fuese posible,
este mundo de maldad y malas decisiones ya no era el suyo,
su atrofiada mente había sido una gran aliada y la retrasada imaginación su más grata compañía.

Era delicado y frágil por fuera,
tenía serios problemas de aprendizaje,
pésimo para hablar,
producto de un mal polvo su rostro fue víctima de la fiereza,
fue abusado,
insultado,
discriminado,
desechado,
despreciado,
sin amigos, ni siquiera una mascota que le pudiese dar afecto,
no tuvo más remedio que hurgar en sistemas de otro lado de la galaxia en busca de un sitio donde pudiese encontrar algo de cariño y protección.

Creció como era de esperarse y a la adultéz llegó,
vaya cosa más increíble para tan poco ser,
pero en este mundo seguía sin hallar su lugar,
sin desearlo se topó con una planta sagrada que le enseñó un paraíso olvidado,
marihuana llevaba por nombre,
y después de darle un uso respectivo por 86 noches, lo encontró,
al final lo había hallado,
su lugar, su verdadero hogar,
cerca de la constelación de leo,
a unos cuantos millones de años luz se encontraba aquella fortuna que le brindaría bienestar.


"A las 23:55 horas de un día de marzo, con 24 años de edad se lanzó desde un barranco con la esperanza de volar,
evidentemente no se elevó hasta que su cuerpo quedara convertido en un charco de piel y huesos,
pero su alma, esa energía os aseguro que ya se encuentra en casa".

Yerba

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