martes, 5 de marzo de 2019

ERASE UNA VEZ UN HOMBRE BUENO (+15)

"Como en toda gran historia, 
aquí también existió esa vez primera,
un día en el marco del tiempo,
una fecha donde dos estúpidos se encuentran, 
más nunca se sabe, donde van a terminar"...

—Ay Andrés ¡ya! ¡quédate quieto!,
—no quiero,
—usshh ¡que cansón por dios! ¡ya basta! ¡necesito terminar el trabajo! es para mañana,
—de acuerdo— le dijo él, mientras le agarraba la tetas, y le estampaba un beso en su cabeza, —no te tardes— añadió, y se fue a la cama.

Helena, que así se llamaba ella, quedó con una sonrisa iniciada, pues quería acabar temprano su tarea para poder ir con su amado y desbaratar la cama.

Pasada la media noche terminó por fin, 
pero su novio ya dormía, más la atrevida esta no estaba para roncar sin un polvo antes y movió intenso a su parejo, 
sin embargo este soñaba que ganaba mucho dinero por dormir y no se atrevió a despertar, 
procedió ella  a juguetear con su verga entonces, 
que si bien es cierta, esta tenía consciencia propia y respondía a cada caricia de la novia de su dueño, 
después de una cuantas chupadas se empinó lo suficiente para trabajar adecuadamente, 
a lo que ella sin desperdiciar un segundo y presa de la humedad de su entrepierna no tardo en absorber, 
no obstante poco antes de alcanzar el éxtasis Andrés despertó, 
y agarrándole de la cadera arremetió fuertemente a su novia, 
cosa que pongo en evidencia fue tan excitante que aquella sucumbió a un placer más que fantástico, culminando así esa noche, una de tantas que vivieron juntos.
Pero se preguntará el lector ¿qué tiene de especial una pareja de novios que tienen sexo?, eso nada claro está, lo especial es lo que ocurre cuando las cosas van mal y terminan más que peor, como se verá más adelante.

He de resaltar que estas almas se toparon en un momento inesperado, así como cuando debes encontrar alguien que te hace falta, pero que crees que no.

Pues estos se conocieron en un festival de música y algo de cultura un día en el que parecía ser otro más, 
ella había terminado un par de meses atrás con su novio anterior, él no había vuelto a poner las manos en un culo desde hace un par de años, le había agarrado repugnancia por la gente en cierto sentido, más las letras eran una forma de escapar de su mundo.

Se sacaba un cigarro del bolsillo, mientras se sentía observado, lo llevó a la boca y la miró; no se puede negar la verdad que oculta el lenguaje de miradas, no se puede detener el cauce de un río llamado amor, un saludo, congeniar fue sencillo, eran vidas que se habían conocido hace mucho al parecer. Su proceder y como avanzaron ya es relleno.

Sin embargo, un día de diciembre, 
poco para culminar el año,
aquella le terminó sin motivo aparente,
tal parecía que algo en él le había disgustado,
él era un tanto lerdo y no comprendía bien el porqué,
no obstante frente a todo el dolor que esta separación supondría lo aceptó sin reclamos,
la amaba demasiado tanto como para entender que no había sido suficiente para ella,
y que por ende alguien más podría complacerla.
Lloró como era de esperarse,
ningún hombre de verdad podría retener el manantial de sus ojos cuando su corazón se parte.

El tiempo pasó y él nunca alejó su pensamiento de ella,
todos los días le deseaba lo mejor,
y adherente a ello, pedía también tenerla de nuevo,
más no ocurrió,
pasado los meses optó por lo correcto y permitir que ella se marchara de su dentro, fue su decisión. Lástima que nunca se dio realmente.

Helena por otro lado era feliz nuevamente,
no le había costado trabajo encontrar un nuevo amante que le llenase de besos y caricias,
que le diera lo que ella pidiera.
Cuanta desventaja con el pobre Andres, 
solo tenía este las ganas y una voluntad de mejorar terribles nada más,
solo si había quien le impulsara y le motivara claro está,
pero una vez ella se fue, todo su mundo de matices negros se volvió y cayó de nuevo en la depresión.

El paso del tiempo no da espera y avanzas o mueres,
las horas en días se convirtieron y estos a su vez en meses.

Un martes de septiembre se enteró que Helena mal lo pasaba,
había enfermado terrible,
una serie de afecciones le atacaron,
y como era de esperarse su compañero terminó por abandonarle,
ahora sola continuaba su lucha aunque sin mucha esperanza la verdad.

No obstante Andrés no pudo con tal noticia y buscó la forma de volver a ganar la amistad de aquella,
no fue difícil pues necesitada se encontraba y una mano amiga nunca estaba demás.

No tenía dinero él, pero trabajó fuerte y ahorró lo suficiente durante un mes para poder ir hasta donde ella se hallaba.
Llegó de sorpresa el diciembre, fecha en la que un año atrás había sucedido lo nefasto,
esta vez fue un poco mejor recibido,
un cálido abrazo de los huesos que componían ahora el cuerpo de lo que antes fue su escultural novia.
Se encontraba demacrada ella,
fue difícil reconocerla a no ser por el color de sus ojos que nunca perdieron el tinte.

Pese a la negativa de la familia,
pese al rechazo de los mismos por no ser de la condición social que ellos, Andrés buscó la manera de permanecer a lado de quien quería, era como un perro, fiel a su dueño, aunque mal le haya tratado, pero es que el amor que un día había disfrutado era más que suficiente para mantenerse firme ante la promesa de nunca dejarla.

Los días transcurrieron, rápidos como el caudal de una cascada,
trabajando en construcciones, 
estudiando de a poco, 
intentando superarse a si mismo,
Andrés se esforzaba como nunca y no sabía por qué,
tan solo el hecho de sacar de su estado a su más grande amor le bastaba para quebrarse la espalda y poder otorgarle lo mejor.

Ella por su parte comprendió lo que un hombre bueno era capaz de hacer y aceptó un amor singular,
él de alguna forma siempre hallaba la manera de sacarle varias sonrisas al día,
de alguna manera logró mejorar su vida.

Y no vais a creerlo, pero la enfermedad tuvo un percance,
un retroceso,
tuvo un obstáculo: un hombre joven con la mente de un niño,
siempre creyendo que todo podía ser posible,
iluso como él no había otro,
con el tiempo y los cuidos Helena mejoró,
en menos de siete meses ya estaba recompuesta,
ya estaba de nuevo en la jugada y en la pista de baile llamada vida.

Una pareja que demostraba afecto el uno con el otro es lo que se percibía simple vista,
sin embargo en el corazón nadie manda, o eso dicta la norma.

Ella trabajaba en una empresa de salud,
él había ingresado a la universidad,
huelga decir que aquella era mayor que él por un par de años más,
y como siempre un nuevo calor en el corazón de uno de los dos tocó,
ella, crédula, se dejó fácil convencer por lo incorrecto,
y un hombre apuesto con experiencia en su vida se atravesó.

Poco a poco la distancia y las peleas fueron surgiendo,
Andrés no comprendía muy bien el porqué,
pero la sensación de molestia le rascaba en la oreja,
algo no pintaba bien.

Cada vez más tarde a casa, otras veces ya no había tiempo para charlar,
se veían rápidamente,
ella asegurando tener prisa,
él velando por lo mejor para ella, 
evitando ser una carga,

Un día sin quererlo una llamada escuchó,
nada buena era la sensación que su corazón le dictó,
era una reunión de sábado lo que a su mujer le llegó,
arreglada y solo para empleados fue la invitación adquirida,
"un beso efímero y un llego tarde amor" fue la despedida.

Y los días que no se querían quedar quietos prosiguieron su curso.

Era viernes y el fin de la jornada así como el último día del trabajo llegó,
Andrés estaba complacido, había generado buen dinero para un tiempo,
pasó por una feria y compró un par de flores exóticas más unas botellas de vino para compartir con Helena,
más fue una ingrata sorpresa lo que cuadras más adelante percibieron su ojos,
en un 'audi tt' después de un par de caricias y besos, Helena con un hombre alto y de buen porte se introducían.

Se dirigió a casa con la mirada baja y la paciencia necesaria,
paciencia que no duró nada a penas ella entró en el lugar,
reclamos y sentencias, 
más un mal trato verbal fue el inicio de una gran discusión,
no obstante no duró mucho más de un par de minutos,
pues ella sin temor a nada le declaró lo que ya era más que obvio en el caso.

No controló el asunto, se había bebido las tres botellas él solo, y presa del dolor, un golpe a su amada en el rostro acarreó.

El impacto fue brutal, emocionalmente todo se perdió,
ella temerosa lo alejó de sí,
él, confundido se arrinconó como un perro regañado,
la policía más la familia y amigos no tardaron en aparecer,
y nuestro querido Andrés fue juzgado de manera cruel,
y a unos cuantos meses de condena fue sentenciado.

Como Helena no era tan incorrecta no puso una demanda ferviente que esclavizara a Andrés, sin embargo la presión de sus allegados le llevó a pedir orden de alejamiento de aquel repugnante ser.

Tras meses del hecho,
él salió de su jaula, acabado y con la mirada sin brillo,
no tenía hogar por lo que la calle le adoptó,
un día de diciembre fecha exacta en la que dos veces su corazón lloró, 
cerca a un parque una boda en la iglesia de la esquina se llevaba a cabo.

Eran las 6:00 p.m. cuando la gente de aquel recinto salían.

Entre sonrisas y alegrías, mientras todos festejaban a la puerta de la iglesia,
todos felices, todos contentos, 
él estaba parado en una esquina del parque sobre una jardinera, 
ella sonreía y era feliz, de repente alzó su mirada y lo vio, 
ahí estaba, andrajoso, con una botella en la mano,
con la apariencia de un vagabundo sin consciencia de si, 
aquel que había dado todo por ella, 
aquel hombre de sus sueños, 
aquel que la liberó de la muerte, 
quien la llevo al cielo, 
quien le devolvió la vida,
y ella lo vio, 
lo miró por un instante, 
fueron tres segundos y medio exactamente,
y volvió indiferente hacia su nuevo amor,
no le regalo ni siquiera un suspiro, 
no le regalo ni siquiera una sonrisa,
solo su indiferencia fue testigo.

Aquel vagabundo en ese instante murió totalmente, 
le dio un paro cardíaco, no soportó tanto dolor, 
cayó de espaldas en la jardinera del parque,
cayó muerto y nadie se dio cuenta,
cayó muerto y olvidado, 
la novia y el novio fueron felices y se dirigieron a disfrutar de la celebración,
el vagabundo que no era otro que Andrés fue encontrado a la mañana siguiente y como no tenía identidad, 
lo sepultaron en una fosa común a las afueras de la ciudad.


«Se preguntará el lector como he sabido de esta breve historia de dolor, pues si os lo digo, no me creerías, así que aquel punto os lo dejo a vuestra imaginación».


🌹Malayerba🐉


9 comentarios:

  1. Lo diré en sílabas, herrr mooo sooo...

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  2. Woow😔
    Malayerba, ¿Tienes página pública en face?

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    1. No linda, solo perfil normal, pero los publico ahí.

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    2. Anímate a hacer una y yo te sigo jaja. O permíteme ser tu friend en tu face 😄

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    3. https://www.facebook.com/wendy.aguilerapacheco

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