no por crear un texto educativo,
sino para explicar una vez más como funciona el amor..."
—Oye, ¿qué haces?
—Pensando.
—A ver veo, nos remitimos nanananaaa...física...mmmm...¡hablar una vez más de amor! Owww tan romántico el hijueputa.
—Jódete.
—Jajaja, ¿Cuándo me piensas hablar de ella?
—Cuando sea el momento.
—Ooh que bien, he traído algo de vino y tabacos, ¿qué mejor momento que ahora?
—Prefiero un ron y un cigarro de marihuana, así que no será hoy.
—¡¡Oohh!! ¡sabía que también podrías salir con eso!, por lo que traje conmigo un poco de yerba punto rojo y un botello de ron para ti solo, ¿mm?—, sonrió, —no tienes excusa ahora chiquitín— agregó.
—Aaahhhhh— suspiré, —¿qué más da?, ni siquiera se para qué deseas saber—, pensé para mis adentros.
—Curiosidad nada más, quiero cerciorarme si quedas en buenas manos, es todo.
—Entiendo, entonces, seré breve:
"Es muy inteligente, ordenada, muy bella, y de carácter fuerte como me gusta, además de sensible y con un risa que me encanta". Ya.
—¿Es todo?
—Es todo.
—El 99 por cien de las mujeres de esta mierda de mundo son así, no quieras joderme y habla ya.
—Serás tremendo fisgón hijo de perra.
—Escucho...
—Aaahhh—, suspiré profundo, pues, no es que hablar de ella no quiera, es que hallar la palabra por dónde empezar es algo difícil.
—Eliza,
—¿Qué?
—Erase una vez una mujer llamada: Eliza, ahora cuéntame esa historia.
—Mmm jajaja, de acuerdo—, bebí un tercio de la botella que previamente había destapado, —¿sabes algo?, no te lo he dicho, pero te extrañaré cuando no estés, siempre tan puntual...—
—Continúa...
Erase una vez, que unos ojos verdes al contacto con los míos me desnudaron el alma,
—¿así que este eres tú?— preguntó, —lo soy, de esto me compongo— le dije,
y esperando la magia, esta se generó como debiera ser,
era ella con su voz, y fue ese el desencadenante de un nuevo universo de emociones,
—¿así que este eres tú?— preguntó, —lo soy, de esto me compongo— le dije,
y esperando la magia, esta se generó como debiera ser,
era ella con su voz, y fue ese el desencadenante de un nuevo universo de emociones,
porque si nos remitimos a los sentidos,
no se trata precisamente del de la vista como el más preciado,
si no el del oído: órgano de magno poder tanto así,
que sin él, el simple hecho de caminar sería un acto complejo por la falta de equilibrio,
y por sobre todo, morada que disfruta el goce de una boca acerezada cuando pronuncia un te amo.
Era ella, es Eliza, y su inteligencia no se mide por IQs innecesarios,
se mide por la forma de profesar el amor a diario,
con un carácter que somete demonios mezclado con la melosidad de un gatuno animal,
su figura de cuerpo relleno de sensibilidad es para mí, su mayor cualidad:
¡gorda! ¡como me gusta!,
¡como me excita!,
como la prefiero a la hora de demostrar su cariño.
Si ¡maldita sea!, común y corriente,
así es ella, ¿para qué quiero una mujer de revista?
¿para qué complicarme la vida con pendejadas?
me basto con la trascendencia que una chica normal me regala desde que sale el sol, hasta que la luna ocupa su puesto en el firmamento,
me basto con mi mujer, esa que es mía y no se me antoja compartir,
esa fea que es libre de decidir, y se atrevió a elegirme a mí,
¿qué más puedo hacer sino mucho quererla?;
y no voy a contar aquí nuestra historia debes saberlo,
aún estamos en el prólogo de un libro de infinitas páginas,
hojas que llenaré con miles de recuerdos,
y cuando de viejo una ojeada le eche,
y vea que el amor de mi vida ya tiene arrugas y canas,
aún así, muera de ganas por follarla con amor después de una larga velada.
—Jajaja, está más que claro entonces, toma estos también, cuando termines ve a casa, ya debe estar esperando por ti.
—Gracias— le dije recibiendo los cigarros, —¿a dónde irás a esta hora?— inquirí.
—Ya es poco el tiempo, debo usarlo bien, así que solo nos podremos ver una vez más, y quiero que sea especial.
—Estaré bien, no te preocupes por mí.
—De acuerdo pequeñin, entonces te dejaré ser feliz, nos vemos.
—¡Von voyage! viejo perverso, te echaré de menos.
« Y se fue en medio de la oscura noche, no supe a dónde y ni si sería a última vez que lo viese, pero nunca un ron me supo tan bueno; la próxima ocasión le regalaré ese vino que siempre deseo probar».
🌹Mayer🐉
no se trata precisamente del de la vista como el más preciado,
si no el del oído: órgano de magno poder tanto así,
que sin él, el simple hecho de caminar sería un acto complejo por la falta de equilibrio,
y por sobre todo, morada que disfruta el goce de una boca acerezada cuando pronuncia un te amo.
Era ella, es Eliza, y su inteligencia no se mide por IQs innecesarios,
se mide por la forma de profesar el amor a diario,
con un carácter que somete demonios mezclado con la melosidad de un gatuno animal,
su figura de cuerpo relleno de sensibilidad es para mí, su mayor cualidad:
¡gorda! ¡como me gusta!,
¡como me excita!,
como la prefiero a la hora de demostrar su cariño.
Si ¡maldita sea!, común y corriente,
así es ella, ¿para qué quiero una mujer de revista?
¿para qué complicarme la vida con pendejadas?
me basto con la trascendencia que una chica normal me regala desde que sale el sol, hasta que la luna ocupa su puesto en el firmamento,
me basto con mi mujer, esa que es mía y no se me antoja compartir,
esa fea que es libre de decidir, y se atrevió a elegirme a mí,
¿qué más puedo hacer sino mucho quererla?;
y no voy a contar aquí nuestra historia debes saberlo,
aún estamos en el prólogo de un libro de infinitas páginas,
hojas que llenaré con miles de recuerdos,
y cuando de viejo una ojeada le eche,
y vea que el amor de mi vida ya tiene arrugas y canas,
aún así, muera de ganas por follarla con amor después de una larga velada.
—Jajaja, está más que claro entonces, toma estos también, cuando termines ve a casa, ya debe estar esperando por ti.
—Gracias— le dije recibiendo los cigarros, —¿a dónde irás a esta hora?— inquirí.
—Ya es poco el tiempo, debo usarlo bien, así que solo nos podremos ver una vez más, y quiero que sea especial.
—Estaré bien, no te preocupes por mí.
—De acuerdo pequeñin, entonces te dejaré ser feliz, nos vemos.
—¡Von voyage! viejo perverso, te echaré de menos.
« Y se fue en medio de la oscura noche, no supe a dónde y ni si sería a última vez que lo viese, pero nunca un ron me supo tan bueno; la próxima ocasión le regalaré ese vino que siempre deseo probar».
🌹Mayer🐉
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