martes, 9 de junio de 2020

TRISTE CORAZÓN

Ven y hazle el amor a mis recuerdos, 
desfoga la pasión de los tiempos en los que todo se pintaba de color. 
Alegra la vida de este muerto que vive aferrado a clavos ardiendo.

Me pregunto a quién trato de engañar, 
un hombre que no sabe lo que es, no vale más que bulto de piedras. 
A fin de cuentas uno de estos días moriré desangrado a las orillas de mi cama;
lugar donde los sueños contigo cobraron vida,
donde perdí la mitad de la mía con tu partida. 

En mi corazón existe un dolor que no se extingue, 
y por más remiendos que haga, 
la herida no sutura, no sana, 
sigue abierta, no cierra. 

La fragilidad de mi alma corre peligro de ser rota para siempre, 
como un cristal frente a las balas.
Vivo aferrado a una dulce esperanza que se extingue con él tiempo, 
soñando con que las cosas podrían cambiar. 
Deseando desde mi charco de lágrimas, 
poder encontrar la muerte siendo feliz. 


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