A veces sueno crudo, cruel y grotesco;
a veces, son todos los días.
A veces me comporto como un idiota;
a veces, es cada instante.
Me has conocido burdo y mal hablado,
y esa es la excusa en la que me refugio para expiarme de la culpa;
pero la verdad es que quizá solo soy un hombre inseguro y cobarde,
con miedos pasajeros y poco certeros.
Jamás pensé que llegaría a conocer una mujer como tú,
en el manual esa parte no venía explicada.
No sabía como actuar y qué decir de manera correcta en el momento,
y para ser sincero,
solo he estado improvisando.
Sin embargo, pese a todo,
y aunque no lo diga,
me he sentido afortunado,
y con tu amor me he sentido liberado.
Señorita, puedo ser un idiota,
un pobre fracasado;
y aunque trate de negarlo...
solo sé que a usted... la amo.
Mayer
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