Escribo poemas de amor con la leve esperanza de que los leas un día,
con la leve esperanza de poder recitarlos en tu oído.
Escribo con la promesa de no irme y estar siempre para ti,
porque soy hombre de palabra y juré no dejarte sola.
¿Pero qué se supone que haga si quien en la soledad se encuentra soy yo?
¿De cuánto tiempo es la espera hasta que vuelvas?
Me haces tanta falta como no te imaginas.
Necesito escuchar tu risa, ver tu sonrisa.
Mirarme en tus ojos bonitos,
sentir que me abrazas a tu pecho y no me dejas morir en el frío abrigo de esta oscuridad.
¿Por qué tú también me has abandonado?
¿Qué tengo de malo?
¿Por qué yo?
Nunca me ha gustado estar solo, pero al parecer no tengo otra opción.
Yerbita
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