miércoles, 19 de septiembre de 2018

PENDEJO

"No dar papaya" como onceavo mandamiento, dedicado a la prevención de tus bienes, de tus pertenencias, de lo que es tuyo, tus cosas no las dejes por ahí a la vista, que esto no es Japón, Singapur o algún país donde el respeto y la integridad prevalece; esto es América Latina y aquí predomina el "aprovechar el papayaso" como doceavo mandamiento.

Con la mirada molesta más con dudas al respecto sobre lo acontecido me dirigí al grupo de estudiantes irrumpiendo su examen para ejercer mi pregunta sobre si alguno tomó por accidente mi herramienta de trabajo, más la respuesta fue negativa, insistí y llamé a la honradez antes de retirarme.

Caminando y con incredulidad sobre lo que acaba de ocurrir, escribo esto hasta llegar a casa, debe ser el cansancio, el sueño, el hambre, concentrarme en mis actos no fue posible, antes de buscar algo de comer reviso con minuciosidad la bolsa sacando todo y encuentro el aparato oculto donde no debería estar, pero aún así esta y eso es bueno.

Pero haber obrado sin antes revisar bien es cosa de imbéciles, ¿cuántos errores no se cometen por actuar antes de pensar?, ¿cuántas cosas podríamos evitar si permitimos a la calma cobijarnos?, ¿cuántos corazones de salir heridos serian salvados si con prudencia nos manejásemos?

Vaya mierda, de algo tan simple se puede comprender lo complejo.

Temo que mi estupidez aun sigue llevando a la espalda a mi sabiduría.

Jaja
Malayerba

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