Si tan solo hubiese alguien que no dijese mentiras,
que encarara la verdad como lo hago yo,
que no tuviese miedo de entregarse a mis ásperas caricias,
que no temiera decirme a la cara que se muere por mí.
Si tan solo hubiese alguien con el corazón lleno de remiendos
y aún así, siguiese creyendo que el amor de verdad existe;
yo, yo le correspondería con todo mi ser,
aunque no sea mucho,
aunque no tenga dinero,
ni sea inteligente,
ni audaz,
ni valiente;
en mi torpeza, yo haría lo posible por sacarle una sonrisa,
por alegrar su vida,
por hacerla feliz incluso a costa de mis días grises.
Ojalá dejara de ser un soñador
y aterrizara en mi realidad,
ojalá me diera cuenta que solo descoloridas paredes me acompañan junto a una vieja cama que ya está cansada de mi llanto,
me dice que debería parar,
que nadie llegará,
que deje de fantasear
que coja el cuchillo que ya oxidado está, y de libertad a mi alma.
Pero yo, terco en mi promesa de resistir,
busco alivio quemando una porción de marihuana,
altero mi sentidos,
y caigo en un sueño amenizado por la lúgubre musicalidad del fracasado.
Malayerba
Poemas, versos, cuentos, escritos varios (sin censura) y fotografía aficionada.
domingo, 23 de febrero de 2020
sábado, 22 de febrero de 2020
UNA SEÑAL DIVINA
Quien quiere estar que esté;
y así su corazón se fue acostumbrando a su olvido,
a meterse en su cabeza la idea de que la había perdido,
aunque hubiese luchado, de muchos fallos fue su camino;
y ella, que vivía ocupada en sus asuntos de romances baratos y propuestas de sexo sin emoción,
no se dio cuenta que el hombre por ella la vida daba,
se quedó solo y malherido,
igual que el ave al que le han destruido su nido.
Sin embargo, los milagros ocurren de vez en cuando,
y pese a que ya no tenía valor alguno,
un cisne que pasaba por su camino le miró con ternura,
le acarició la frente,
le limpió la barba,
y le prestó sus alas;
y él, se olvidó de que la gente era mala,
que tienen una enfermedad en su corazón,
y que casi nunca utilizan la razón;
y se dejó abrazar de sus plumas,
se dejó contagiar de su calor,
sonrió por volver a sentir el amor.
Una melodía triste en el ambiente se dejó oír,
ya no había marcha atrás;
porque en el cielo la petición fue escuchada,
y le enviaron a una mujer que se convertía en ave,
y el Malaya, que ya poco tenía que perder,
entregó su cariño y su fe a un nuevo amor en el que creer.
"Dicen que en noches cuando la lluvia cesa,
él abraza a su mujer,
y ella deja que se funda en su corazón,
y en el cielo se ve que vuela un cisne de negro color,
y en su cabeza lleva una corona de hierbas en la que él se convierte para adornar su belleza".
Malaya & Black Swan
y así su corazón se fue acostumbrando a su olvido,
a meterse en su cabeza la idea de que la había perdido,
aunque hubiese luchado, de muchos fallos fue su camino;
y ella, que vivía ocupada en sus asuntos de romances baratos y propuestas de sexo sin emoción,
no se dio cuenta que el hombre por ella la vida daba,
se quedó solo y malherido,
igual que el ave al que le han destruido su nido.
Sin embargo, los milagros ocurren de vez en cuando,
y pese a que ya no tenía valor alguno,
un cisne que pasaba por su camino le miró con ternura,
le acarició la frente,
le limpió la barba,
y le prestó sus alas;
y él, se olvidó de que la gente era mala,
que tienen una enfermedad en su corazón,
y que casi nunca utilizan la razón;
y se dejó abrazar de sus plumas,
se dejó contagiar de su calor,
sonrió por volver a sentir el amor.
Una melodía triste en el ambiente se dejó oír,
ya no había marcha atrás;
porque en el cielo la petición fue escuchada,
y le enviaron a una mujer que se convertía en ave,
y el Malaya, que ya poco tenía que perder,
entregó su cariño y su fe a un nuevo amor en el que creer.
"Dicen que en noches cuando la lluvia cesa,
él abraza a su mujer,
y ella deja que se funda en su corazón,
y en el cielo se ve que vuela un cisne de negro color,
y en su cabeza lleva una corona de hierbas en la que él se convierte para adornar su belleza".
Malaya & Black Swan
viernes, 21 de febrero de 2020
NO ESTORBEN
Tener hipo y defecar,
¡maldita sea!,
¡no pensé que fuese tan fastidioso el bendito acto de cagar!
¡no pensé que fuese tan fastidioso el bendito acto de cagar!
tú que estás afligido, ¡consuélate!, porque todo pasará,
como yo que a mis intestinos he de librar,
tú, enciende la luz que llevas dentro,
¡ES HORA DE BRILLAR!
¡ES HORA DE BRILLAR!
Ya resuelto y aliviado,
salgo al mundo gritando obscenidades,
salgo al mundo gritando obscenidades,
pervirtiendo a los inocentes,
matando a los inmortales;
revolviendo el orden establecido,
disolviendo en alcohol cada melancolía añejada.
¿Qué más da si no me quieres más?,
¿qué más da si me pongo a llorar?,
¿qué más da si vamos con la vida a la mitad?,
¿qué más da si moriremos con un triste final?,
¿qué más da si moriremos con un triste final?,
consuélate tú, y luego me consolaré yo,
por qué,
oh si,
oh si,
estás en lo correcto querido, querida...
todo esto...
todo esto pasará.
Malayasca
todo esto pasará.
Malayasca
miércoles, 19 de febrero de 2020
AUXILIA...me
Escribo a través de recuerdos para olvidar que ya no te encuentras conmigo,
escribo desde el corazón que has dejado manchado con tu esencia;
escribo porque es la única manera de evitar que mueras en mí,
escribo cada noche para imaginar que sigues aquí.
Pero cada vez es más difícil engañar a mi torpeza,
cada vez es más complejo fingir que las cosas se superan;
y en la tierra hay tanta estupidez que no sorprende
que un idiota como yo sea considerado maestro.
Pero soy fácil de engañar,
basta con una pequeña muestra de afecto para que yo saque el escaso amor que poseo;
para que intente sonreír, y motivar a no rendirse,
para confiar en la gente,
para no bajar frente;
tal como te hubiese gustado;
tal como esperabas de mí;
pero Cielo,
yo nunca fui un ángel,
ni un gran tipo,
solo un pequeño hombre bestia que le gustaba mirar las flores,
porque después de ti,
eran lo único lindo de su atrofiado mundo.
Y ahora ya no sé que hacer,
vivo en la deriva, mujer;
no tengo en quien creer,
la vida te ha apartado de mi lado,
y al único amigo que he tenido también,
y yooo... nunca he podido manejar esto.
Y duele mucho aquí adentro...
aquí adentro nunca ha dejado de llover.
Malayerba
escribo desde el corazón que has dejado manchado con tu esencia;
escribo porque es la única manera de evitar que mueras en mí,
escribo cada noche para imaginar que sigues aquí.
Pero cada vez es más difícil engañar a mi torpeza,
cada vez es más complejo fingir que las cosas se superan;
y en la tierra hay tanta estupidez que no sorprende
que un idiota como yo sea considerado maestro.
Pero soy fácil de engañar,
basta con una pequeña muestra de afecto para que yo saque el escaso amor que poseo;
para que intente sonreír, y motivar a no rendirse,
para confiar en la gente,
para no bajar frente;
tal como te hubiese gustado;
tal como esperabas de mí;
pero Cielo,
yo nunca fui un ángel,
ni un gran tipo,
solo un pequeño hombre bestia que le gustaba mirar las flores,
porque después de ti,
eran lo único lindo de su atrofiado mundo.
Y ahora ya no sé que hacer,
vivo en la deriva, mujer;
no tengo en quien creer,
la vida te ha apartado de mi lado,
y al único amigo que he tenido también,
y yooo... nunca he podido manejar esto.
Y duele mucho aquí adentro...
aquí adentro nunca ha dejado de llover.
Malayerba
martes, 18 de febrero de 2020
QUEJAS PRESCINDIBLES
¡Mira!, ¡mira mi cara!, ¡está llena de manchas!;
mira mi barriga, ¡estoy gorda!;
¡¡Ahhh!! ¡mira mis cejas!, parezco un futbolista, (esto último no lo entendí),
mira mi...
y mientras proseguía enumerando y describiendo sus defectos físicos,
de lo único que yo estaba seguro, era de haber comprendido que,
pese a lo que dijera,
seguía siendo la mujer más hermosa entre todo lo que existiese,
y que el lugar que ella ocupa en mi corazón
no podría ser ocupado por otra cosa más que su amor.
Yo reía suavemente cuando acabó de quejarse,
—¿qué?— me dijo, cuando se percató de que la miraba fijamente,
—te amo...
—owww, yo también te am...
—...fea
—¡¡AHHH!!...y antes de que pudiera siquiera hacer un reclamo ante mi broma,
me acerqué a sus labios y en menos de lo que dura un parpadeo,
ya le había robado uno más de sus exquisitos besos,
pero esta vez para su rescate,
le habría de pedir un millón más.
Mayer
mira mi barriga, ¡estoy gorda!;
¡¡Ahhh!! ¡mira mis cejas!, parezco un futbolista, (esto último no lo entendí),
mira mi...
y mientras proseguía enumerando y describiendo sus defectos físicos,
de lo único que yo estaba seguro, era de haber comprendido que,
pese a lo que dijera,
seguía siendo la mujer más hermosa entre todo lo que existiese,
y que el lugar que ella ocupa en mi corazón
no podría ser ocupado por otra cosa más que su amor.
Yo reía suavemente cuando acabó de quejarse,
—¿qué?— me dijo, cuando se percató de que la miraba fijamente,
—te amo...
—owww, yo también te am...
—...fea
—¡¡AHHH!!...y antes de que pudiera siquiera hacer un reclamo ante mi broma,
me acerqué a sus labios y en menos de lo que dura un parpadeo,
ya le había robado uno más de sus exquisitos besos,
pero esta vez para su rescate,
le habría de pedir un millón más.
Mayer
domingo, 16 de febrero de 2020
MARIHUANA SALVACIÓN
Digo lo que muchos callan por temor,
soy la voz de los subyugados,
de los enfermos,
de los podridos,
de los que han perdido la esperanza.
Fármaco dependiente de noches nubladas,
adicto a prenderlo, quemarlo y fumarlo.
Desconfiado,
mala gente,
Sin educación.
Desconfiado de un mundo en el que condenan a aquél que mató a tres ladrones y al perro que ha mordido a la niña,
en vez de condecodar al primero y llenar de bendiciones al perro, mientras muere dolorosamente aquél que abusó de un infante.
Sin educación porque educación nunca tuve,
no pudieron adoctrinar mi existencia,
a cambio fui empujado al vacío para aprender por mi mismo y aprender de verdad.
Mala gente, mala leche, raro, extraño,
retrasado en una sociedad llena de hipocresía,
de falsas caras llenas de rencor, odio, y de indiferencia.
Soy Malayerba en una sociedad que se acostumbró a ser usada,
pisoteada,
divida y pretenciosa.
Porque ser un bicho raro lleno de temor por el miedo a morir sin ver mejorar el mundo,
es preferible a encajar en la misma tierra de los que pudiendo elegir elevarse como las aves,
prefieren andar a rastras como simples gusanos.
Marihuana salvación en un mundo lastimado.
Marihuana salvación por enseñar el verdadero camino hacia la paz.
Marihuana salvación por dejar ver que los hombres son todos son capaces de todo,
y solo en sus manos está bajar el paraíso.
Marihuana salvación por enseñar que el hombre debe mirar a las mujeres como miraba Adán a su Eva,
fastidiado por un tener estorbo en su preciado hogar,
sin saber que años después se diera cuenta de que la mujer fue lo único perfecto en todo lo que se consideraba el Eden.
Malayerba
soy la voz de los subyugados,
de los enfermos,
de los podridos,
de los que han perdido la esperanza.
Fármaco dependiente de noches nubladas,
adicto a prenderlo, quemarlo y fumarlo.
Desconfiado,
mala gente,
Sin educación.
Desconfiado de un mundo en el que condenan a aquél que mató a tres ladrones y al perro que ha mordido a la niña,
en vez de condecodar al primero y llenar de bendiciones al perro, mientras muere dolorosamente aquél que abusó de un infante.
Sin educación porque educación nunca tuve,
no pudieron adoctrinar mi existencia,
a cambio fui empujado al vacío para aprender por mi mismo y aprender de verdad.
Mala gente, mala leche, raro, extraño,
retrasado en una sociedad llena de hipocresía,
de falsas caras llenas de rencor, odio, y de indiferencia.
Soy Malayerba en una sociedad que se acostumbró a ser usada,
pisoteada,
divida y pretenciosa.
Porque ser un bicho raro lleno de temor por el miedo a morir sin ver mejorar el mundo,
es preferible a encajar en la misma tierra de los que pudiendo elegir elevarse como las aves,
prefieren andar a rastras como simples gusanos.
Marihuana salvación en un mundo lastimado.
Marihuana salvación por enseñar el verdadero camino hacia la paz.
Marihuana salvación por dejar ver que los hombres son todos son capaces de todo,
y solo en sus manos está bajar el paraíso.
Marihuana salvación por enseñar que el hombre debe mirar a las mujeres como miraba Adán a su Eva,
fastidiado por un tener estorbo en su preciado hogar,
sin saber que años después se diera cuenta de que la mujer fue lo único perfecto en todo lo que se consideraba el Eden.
Malayerba
viernes, 14 de febrero de 2020
PROHIBIDO ACABAR SIN GRITAR UN "TE AMO"
Hay poder en cada letra,
en cada palabra que sus labios pronuncian,
hay poder en su mirada,
hay un infinito poder en su forma de amar.
Recuerdo noches,
noches como aquella en la que reposas en la cama cual hoja de otoño,
tan sublime y convencida de que la velada será eterna,
en cada palabra que sus labios pronuncian,
hay poder en su mirada,
hay un infinito poder en su forma de amar.
No puedo dejarlo,
no puedes hacerlo,
al amor que nos tenemos,
es imposible poner fin.
El agua cae en la ciudad,
desde el balcón te escribo,
las luces parecen luciérnagas desde acá,
la luna destella tras una cortina de humo,
el cigarro se extingue,
y es hora de volver adentro.
Recuerdo noches,
noches como aquella en la que reposas en la cama cual hoja de otoño,
tan sublime y convencida de que la velada será eterna,
con un cachetero de encaje azul y una blusa negra como mis intenciones,
y oscura como tu ímpetu al hacer el amor.
Recuerdo el roce vigoroso de nuestros cuerpos,
nuestras manos inquietas queriendo acariciar el alma contraria;
recuerdo un par de lágrimas en tu cara,
y una sonrisa rebosante de felicidad.
Percibo el inconfundible aroma que exhalas,
la locura en tu mirada,
y tus ganas de nunca parar.
Así te recuerdo,
haciendo del cuarto un huracán,
tirando los miedos por la ventana,
solo dejándonos llevar.
Recuerdo el día asomando débilmente,
mientras nos disponemos a dormir tras una batalla ganada,
sin más muertos que nuestros cuerpos extasiados,
exhaustos, y llenos de júbilo.
Con el último cigarro y una cerveza en la mano,
recuerdo aquella noche como muchas tantas,
en la que para amarnos el reloj se detenía,
y en la que amarrada a mi pecho mientras de almohada poseías a mi brazo,
yo te regalaba un intenso beso que gritaba un "te amo" más allá de lo conocido,
y tu recibías en tus labios,
el amor más puro que he podido dar.
Mayer
y oscura como tu ímpetu al hacer el amor.
Recuerdo el roce vigoroso de nuestros cuerpos,
nuestras manos inquietas queriendo acariciar el alma contraria;
recuerdo un par de lágrimas en tu cara,
y una sonrisa rebosante de felicidad.
Percibo el inconfundible aroma que exhalas,
la locura en tu mirada,
y tus ganas de nunca parar.
Así te recuerdo,
haciendo del cuarto un huracán,
tirando los miedos por la ventana,
solo dejándonos llevar.
Recuerdo el día asomando débilmente,
mientras nos disponemos a dormir tras una batalla ganada,
sin más muertos que nuestros cuerpos extasiados,
exhaustos, y llenos de júbilo.
Con el último cigarro y una cerveza en la mano,
recuerdo aquella noche como muchas tantas,
en la que para amarnos el reloj se detenía,
y en la que amarrada a mi pecho mientras de almohada poseías a mi brazo,
yo te regalaba un intenso beso que gritaba un "te amo" más allá de lo conocido,
y tu recibías en tus labios,
el amor más puro que he podido dar.
Mayer
jueves, 13 de febrero de 2020
CAMINATA
Mientras caminaba en medio del gentío bajo un sol abrasador,
y sus miradas que a veces chocaban con la mía y a veces con el cigarrillo,
pensamientos oscuros fueron ennegreciendo mi mente,
cada vez más perturbadores, cada vez más enfermos.
Así que me detuve a comer empanadas,
en momentos de tensión nada mejor que el alimento para alegrar el alma;
y entonces ocurrió,
a un costado en la pared del frente,
un chico sonreía al verme,
una sonrisa torcida y poco perceptible para cualquiera,
sus pies en posiciones que no debería,
sus brazos en circunstancias poco favorables,
pero sonreía, a mí que estaba casi al frente,
y a su madre que intentaba alimentarle.
Maldito enfermo, debería estar muerto y no sufriendo,
no siendo una carga,
no siendo un estorbo;
pero existía y por algo ha debido ser,
nada vive en este mundo porque si,
y si hay al menos, una mínima una razón para seguir viviendo, cualquiera lo hará.
Lo había entendido hace tiempo,
lo había olvidado hace tiempo,
de vez en cuando es necesario que algo te recuerde que siempre se puede hacer más,
que rendirse es caer en la fatalidad,
que es garrafal error dejar inconclusa tu labor.
Levanté la cara,
me limpié el sudor,
respiré hondo,
recordé al niño que sonreía con alegría, como quien ha elegido morir luchando, con la frente en alto sin importar el cómo.
Retomé el camino,
ahora más erguido,
llegué a casa convencido de que la clave es tener la barriga llena antes de emprender una nueva misión, o continuar la anterior,
y que no importa cuanto se coma uno, siempre habrá espacio para el café con pan,
porque el café con pan no va a al estómago...
va directo al corazón.
Malaya
y sus miradas que a veces chocaban con la mía y a veces con el cigarrillo,
pensamientos oscuros fueron ennegreciendo mi mente,
cada vez más perturbadores, cada vez más enfermos.
Así que me detuve a comer empanadas,
en momentos de tensión nada mejor que el alimento para alegrar el alma;
y entonces ocurrió,
a un costado en la pared del frente,
un chico sonreía al verme,
una sonrisa torcida y poco perceptible para cualquiera,
sus pies en posiciones que no debería,
sus brazos en circunstancias poco favorables,
pero sonreía, a mí que estaba casi al frente,
y a su madre que intentaba alimentarle.
Maldito enfermo, debería estar muerto y no sufriendo,
no siendo una carga,
no siendo un estorbo;
pero existía y por algo ha debido ser,
nada vive en este mundo porque si,
y si hay al menos, una mínima una razón para seguir viviendo, cualquiera lo hará.
Lo había entendido hace tiempo,
lo había olvidado hace tiempo,
de vez en cuando es necesario que algo te recuerde que siempre se puede hacer más,
que rendirse es caer en la fatalidad,
que es garrafal error dejar inconclusa tu labor.
Levanté la cara,
me limpié el sudor,
respiré hondo,
recordé al niño que sonreía con alegría, como quien ha elegido morir luchando, con la frente en alto sin importar el cómo.
Retomé el camino,
ahora más erguido,
llegué a casa convencido de que la clave es tener la barriga llena antes de emprender una nueva misión, o continuar la anterior,
y que no importa cuanto se coma uno, siempre habrá espacio para el café con pan,
porque el café con pan no va a al estómago...
va directo al corazón.
Malaya
martes, 11 de febrero de 2020
BRUNO
pero mi corazón ahogado en llanto no me permite lograrlo,
y ahora la promesa de protegerte y estar siempre contigo, fracasó con la inutilidad que me caracteriza.
Cuando crecí, creciste tú también lleno de curiosidad por lo vivido,
con las energías de no poder esperar al nuevo día para seguir conociendo lugares ajenos,
con una luz en la mirada que soportaba cualquier tormenta.
Aahhh, pero a quién engañamos creyendo que la vida es larga,
si es tan corta y frágil como el pétalo de rosa.
¿Ahora quién va a aliviar mi corazón herido, mi pequeño amigo?,
¿ahora que ya no estás, quién lo hará?
Se me forman rocas de dolor en la garganta, al recordar el cariño más sincero que existió jamás,
se me achica el alma y el corazón me cruje al no sentirte cerca.
Tras una pérdida llega otra,
y el clima emocional empeora;
guardo rencores sin desfogue en el corazón,
y el anhelo de hurgar en los recovecos de la muerte, la paz que ofrece se hace más fuerte.
Me quedo vacío,
con la mirada al infinito,
deseando que donde sea que te encuentres,
el viento sea cálido mientras acaricia tu pelo,
que el sol no queme,
y la muerte sea al menos la mitad de cariñosa y protectora de lo que yo fui contigo.
Descansa en paz, mi querido amigo,
perdóname por no poder ir a jugar contigo ahora;
primero tengo que matar a quien te apartó de mi lado.
Malayerba
lunes, 10 de febrero de 2020
SABOR NOCTURNO (+18)
Hay experiencias,
experiencias que trascienden,
como tener sexo bajo la lluvia de febrero;
tú y yo bailando a un mismo compás,
deleitándonos hasta el límite del deleite,
evaporado el agua con el calor de nuestros cuerpos.
Chupártelo,
que me la chupes y luego chuparnos mutuamente,
hasta alcanzar orgasmos que llenen de éxtasis nuestras gargantas,
y al acabar sonreír,
sonreír antes de continuar el gozo.
Blancas nalgas como el mármol y frías como el invierno
cabalgando mi bajo vientre;
senos grandes como la inmensidad del mar y firmes como el Himalaya,
no se cansan de amamantar a mi boca.
Un amor recíproco entre gemidos y un par de alaridos;
peligroso idilio de una demente y un maldito pervertido;
gratificante faena en la noche de luna llena;
son momentos de lujuria... con la gorda bajo la lluvia.
Mayer
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