Quiero que ella sepa que se está convirtiendo en lo que jamás pensé que volvería a vivir. Que poco a poco ella es la fuerza del mar que choca contra la roca y la erosiona a cada golpe; yo soy esa roca y ella es el mar que con cada cosa nueva que me enseña me va figurando a su ritmo y a su antojo.
Me voy haciendo suyo no importa cuanta resistencia le ponga. Me voy haciendo suyo por puro gusto, porque no veo otro mejor lugar en el mundo para apoyar mi cara que su pecho, ni cobijo más cálido que sus brazos. Le he dicho «te amo» como respuesta al suyo sin pensarlo, de manera impulsiva y sin temor, porque quiero que sepa que lo hago aunque en realidad no entienda la razón del particular; la he buscado y no la encuentro;
quizá es que soy idiota, supongo que nunca he dejado de serlo,
quizá es que me encanta amar hasta que duela y se me hagan llagas en el alma,
o quizá y a lo mejor la razón no la hay...
o quizá es que simplemente ella es la mujer de mis sueños más profundos, esos en los que he sido eternamente feliz.
Malayerba
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