martes, 2 de noviembre de 2021

DE LA CANCIÓN DEL ALCI

Debo estar mal de la cabeza;
mis poemas son basura como lo soy yo, me lo acaban de decir a la cara,
y me he reído como un tooooontooo...
sin saber si en realidad lo soy o no, vaya.

Removiendo las piedras que estorban el camino voy limpiando el sendero para los que vienen detrás,
y en forma de humo, figuras cuneiformes escapan de mis labios hacia un fin insospechable.

Reflexionando voy andando y me doy cuenta de que lo peor de todo, es que me ilusiono fácil;
he vivido ya tanto, pero sigo siendo tan ingenuo que todavía creo en el amor, y de pareja, no mamen.
Con varias décadas al hombro y sigo aquí, creyendo en el amor que puede fluir entre dos seres duales.
Coño, debo estar mal de la cabeza,
Olvido que esas cosas no le pasan a la gente como yo.

De las enredaderas de mi cabellera,
una araña ha dado un salto al vacío cayendo de pie en la carretera.
Me he quedado perplejo por el tamaño de la misma y más aún por el hecho de no haber reparado antes en ella.

Veo también a los chupadores de mangos a un lado de la vía tirando las pepas a un tarro, me miran de reojo y los saludo, ellos levantan la cabeza.

Y allá va el montañero de Fernando con las flores pa su esposa,
cruza la avenida con la ilusión en su mirar. 
No tiene idea el pobre de lo que habrá de encontrar.
A esta hora su amada en brazos de otro. 
El barrio entero lo sabe, nadie se lo ha dicho.
Pero solo yo sé que hoy él los va a matar, sí señor.
Y si vuelven a nacer, los volverá a matar, 
porque no se arrepiente y no le teme a la eternidad.
Sabe bien que el ser supremo allá en el cielo lo habrá de juzgar,
el piensa seguir sus pasos, 
los va a buscar al más allá.
Ay.... ayayayaaaaaiiiii..


Malaya





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