Poemas, versos, cuentos, escritos varios (sin censura) y fotografía aficionada.
sábado, 9 de marzo de 2024
viernes, 23 de febrero de 2024
El buen Abad
Y el muchacho contestó: la muerte, señor... es la muerte la que no me llega, llevo toda la vida esperándola y no viene por mí, quiero volver a casa y no puedo, eso me frustra, eso me molesta.
Ya veo —dijo el Abad—, no veo razón para que siendo tan joven y bello busques la aniquilación del ser. —Come, pequeño, come y dadle satisfacción a tu estómago —agregó mientras le arrimaba un plato rebosante de comida, había lentejas, buena carne, aros de cebolla crujiente, algo de arroz y mucho más que se antojaba un manjar.
Y el jovenzuelo se agarró del plato con la voracidad del naufragó, comió y comió como si la vida se le fuese en ello. Entre las pocas cosas de las que gustaba, alimentarse era de sus preferidas. A medida que se llenaba, su miseria se opacaba, se olvidaba del mundo, se olvidaba de sí mismo.
El abad lo contemplaba apacible, no era odio lo que refulgía a través de sus ojos, solo hambre, se dijo para sí mismo y sonrió.
El pequeño sonrió igual, estaba satisfecho y su corazón se había puesto contento. Pero bien en su interior sabía que llegaría el día en que el vacío sería tan grande que no habría alimento suficiente para llenarlo y su mirada entristeció.
El Abad, viejo en los embates de la vida, percibió el asunto con la claridad del agua del manantial. Le ofreció un jugo de mango que el chico no rehusó. Bebió todo, le agradeció y se sintió somnoliento, el abad le ofreció un lecho confortable y el chico se dejó vencer, cerró sus ojos y una ligera sonrisa se dibujó en su rostro.
Nunca más se supo del chiquillo, no volvió a despertar y el Abad se dijo que ya había hecho su tarea, el resto ya Dios verá cómo le hacía... no era justo traer al mundo seres sin amor por la vida.
viernes, 16 de febrero de 2024
viernes, 9 de febrero de 2024
Un mundo «xd», en efecto, le dije.
Porque su video era evidente.
Este mundo se va a la mierda, a la mierda más profunda y no podemos evitarlo.
Todo cuanto han pronosticado los que se saben visionarios, es posible cumplirlo a cabalidad ¡joder!: apocalipsis zombies, robots asesinos, invasiones alienígenas, todo puede ser tan real como lo que comemos en el almuerzo, y solo en pocos años en el futuro.
A veces quisiera vivir en la época de las cavernas y no preocuparme por nada más que buscar comida y echarme a dormir sin miedo a represalias por cruzar una frontera inexistente.
Malparido hijo de la gran puta el hambriento que se adueñó de lo ajeno, lo catalogó como suyo y corrompió al mundo... La propiedad privada se cagó todo.
*_Yerba_*
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domingo, 4 de febrero de 2024
Desalmada
El temerario de la montaña
La niña de mis ojos no se reporta y eso agrava más el preocupamiento, me inquieta saber lo que le ha ocurrido y no hay otra cosa más que hacer que esperar a que aparezca y que de su rostro no se haya desvanecido su sonrisa.
Mirando otros cuadrúpedos en la lejanía hace que a mi mente lleguen pensamiento nocivos, saber que tendrá que suceder la partida de quien se ha querido es algo para lo que la preparación no alcanza.
Pero esa cosa llamada vida es así y no es posible cambiar lo eterno.
Solo queda aceptar lo que haya de suceder.
Tan sencillo es hablar de las experiencias ajenas, tan difícil de sobrellevar las propias.
Malayerba
viernes, 19 de enero de 2024
Sabueso
Me pregunto qué razones me sostienen aún respirando, cuando hace mucho que debí dejar de hacerlo. Para tan avanzada edad sigo cometiendo errores de principiante.
La inteligencia sigue escapando y yo voy tras su rastro como un sabueso, cuando estoy a punto de atraparla, salta un par de metros más allá. Pero en ese salto deja caer un libro, siempre deja un libro, y yo, tonto como soy, me entretengo a leerlo en vez de avanzar y así, cada vez más siento como la ignorancia que viene detrás, me alcanza y me pone un brazo encima. Para cuando me doy cuenta, la inteligencia lleva más de un kilómetro por delante y debo volver a empezar, con más fuerza, con más ganas pensando que esta vez sí lo lograré, pero cuando estoy cerca, vuelve a saltar y el ciclo se repite.
Hay veces en las que me canso y quiero dejarme ahogar en algún profundo charco del camino, total, para qué seguir si no podré lograrlo. Pero supongo que no hay de otra, a falta de amigos y de amor siempre tendré las palabras, aunque muchas veces no las entienda. Y de todas formas hay quienes me siguen en el recorrido, a veces son un par, otras veces son más de diez, pero siempre me acompañan en el camino, de vez en cuando ladran, sino, solo lo hacen en silencio, y a la hora de dormir les cuento lo que he aprendido en los libros, me miran con la cabeza ladeada, dudo que me entiendan, solo se acuestan a mi lado y nos abrigamos entre todos.
En el fondo, supongo que soy como ellos, un simple animal que busca afecto, estar junto a quienes lo aceptan como es y, en lo posible, jugar, comer y dormir sin más preocupaciones.
Yerbita
domingo, 14 de enero de 2024
Lluvia de relámpagos
Hablando con la mujer que amo, he llegado a un campo desierto y desde ahí sin imaginarlo vi luces en el horizonte, luces creadas por la intensidad de serpientes electrizantes. Tremendo, hermoso, divino, precioso. Mis ojos se hipnotizaban al ver aquellos relámpagos apareciendo cada tres Segundos; han sido más de los que he podido contar.
Mi chica se reía al saberme emocionado como un niño descubriendo el mundo y yo la amé una vez más, porque siempre la amo una vez más cada vez que se ríe.
¿Por qué tienes miedo de gritar un «te amo» sincero a los cuatro vientos, cabroncete?
¿Acaso tienes miedo de no tener la certeza de que tu amor está bien guardado y que al gritarlo se pierda toda su valía en la persona incorrecta? Sí, eso debe ser y entonces te noto jodido porque así no se puede vivir.
Yo, por otro lado, no tengo idea de si es la persona correcta ella, pero tengo toda la certeza absoluta de que la amo con todo el corazón y por ahora nada más importa. Se enoja sí, muchas veces, y a lo mejor es culpa mía, o a lo mejor de ella, pero supongo que eso es lo que nos encanta. A ella enojarse y armar berrinche; a mí, verla enojada y buscar la manera de volver a hacerla reír, porque al final todo desemboca en lo inevitable: besos, besos con ganas, besos llenos pasión añejados con caricias, tantas, como si fuese la última vez que se las pudiese sentir.
Así funciona esto: la quiero, me quiere, la amo, me ama, la extraño, me extraña, me ocupo en algo y tardo un poco en llegar a su lado, y ella me manda a la puta mierda, aunque nunca sea grosera, pero cuántas ganas no le deben dar...Y nace entonces la obligación de buscar otro camino, otro sendero que me lleve a atravesarme en su día porque a esta altura no le veo sentido a la vida ni a la felicidad si no está ella.
Malayerba
lunes, 25 de diciembre de 2023
Tormenta y vendaval
Es curioso cómo el estado de ánimo puede cambiar tan fácilmente cuando te dicen cosas importantes sobre la realidad que intentas construir.
Todo este año estuvo simple, sin sabor, calmo, y de repente aparece sin pensarlo una chiquilla de esas que son jodidas y pierdes la cabeza inevitablemente. Luego un día se enoja y con la cabeza perdida ya poco hay que hacer. Escribes por inercia, porque era la costumbre, porque el sentimiento está caliente y debes sacarlo de adentro o te quemará...Y lo sacas y el miedo por lo que pueda desatar desaparece, porque eres un escritor, ¡maldita sea!, ¡eres un jodido escritor de esos que nacen cada mil años!, y necesitas experiencias para poder plasmarla en páginas y páginas que solo las personas indicadas leerán, porque las palabras correctas solo se mostrarán a los ojos dispuestos a ver.
lunes, 18 de diciembre de 2023
Una estrella en el cielo
Aferrada a mi cadera —luego de habernos sacudido del cuerpo las ganas de besarnos y dejarnos las manos en las incalculables caricias— la suya se descontrola en ritmos frenéticos tanto más deliciosos cuando más bruscos son cerca de alcanzar el orgasmo.
cuando tras sobreponernos las anteriores veces, reafirmamos el acto de vencer todo lo que se considere obstáculo en la búsqueda del placer.
Malayerba
