viernes, 20 de marzo de 2020

MANIPULABLE

Soy fácil de engañar;
basta con decir que me quieren para que saque el escazo amor del que soy dueño. 
Soy realmente fácil de engañar,
basta con decir que soy diferente al resto para sentirme especial. 
Pero, vamos,
solo hago parte del montón,
de aquellos fracasados que tratan de dejar su alma en letras como quien entrega un regalo a la persona que más aprecia, 
sin que se dé cuenta de que solo es un número en la lista, 
un idiota más que cree poder hacerse con el corazón de aquella a la que le llueven hombres que son por mucho, mejores. 

¡Venga ya!, esto parece un concurso, 
ella parece un trofeo, 
y yo parezco el mediocre aspirante que se queda a la mitad,
y renuncia tras saberse vencido;
no porque los demás sean superiores en todo sentido, 
sino porque, por el simple hecho de que le hayan demostrado un poco de cariño, 
ya se cree que tiene derecho a conocer el amor. 


Yerba

jueves, 19 de marzo de 2020

ENTRE LAS FLORES

La floristería en desarrollo se alza esplendorosa tras la casa,
en medio de ella se vislumbra un hombre de rodillas que deshierba con cautela cada flor;
en su mirada hay paz;
en su aura, quietud;
la música suena a su alrededor.
Vive inmerso en el trabajo que dicta dejar sin maleza un jardín dedicado a un gran amor que un día ha de recorrerlo.

Sonríe;
sonríe y yo no puedo evitar hacer lo propio desde mi posición;
sin mirarme directamente me hace señas de acercarme;
voy con cautela y en cuclillas me hago a su lado donde él me indica que debo estar para presenciar la magia.

Me quedo en silencio pues es lo que creo correcto,
y en un instante, una brisa arrulla el follaje y deja ver una crisálida que se abre;
mis párpados se abren mucho más para ver mejor,
y poco a poco tras la tarde de enero, una polilla más que mariposa de colores y que el ojo humano no sabe distinguir, se regocija al clamor de la vida. 
Camina poco, parece mirarme,
estira la lengua,
se aliza las patas,
y sin que pueda evitarlo ella y yo no pueda olvidarlo, 
aparece un gorrión más grande de lo normal y se traga la mitad del insecto, 
y con las alas aún colgando en su pico, desaparece tras el sauce llorón. 

Yo me quedo famélico, 
desgraciado y enchido;
mi acompañante lanza una carcajada al verme. 
—Aaahhh joder, ¿es injusto no te parece?.
—Una mierda—, le respondo. 
—Nunca será lo que soñamos, nunca será lo que queramos, sólo será lo que deba ser cuando deba ocurrir. 
—... 
—La vida es divertida, y tras una tragedia vendrá un aliciente o una tragedia distinta, y solo con la intención de demostrar que todo seguirá andando y no podrás evitarlo, sin embargo, una cosa si podrás controlar. 
—¿Cuál?— indagué interrumpiendo. 
—Tu sonrisa— me dijo, —y sonreír cuando no parezca ser correcto— añadió, luego se levantó y se marchó. 

Hubo de transcurrir mucho tiempo antes de que me diera cuenta de lo que intentó enseñarme, 
y no fue sino hasta que la desgracia me tocó las puertas, que entendí que afrontarla con una actitud de vencedor era la clave para no vivir en el agravio. 
Fue tras varios años que comprendí que nada fuera de nosotros iba a ser tal y como lo anhelásemos;
pero ahí estaba el truco, 
hallarle la gracia a las cosas y vivirlas como mejor se pueda, porque guste o no, será reemplazado por otro peor o si ha encontrado sabiduría, 
por otro mejor. 


Malaya

martes, 17 de marzo de 2020

LEVANTA LA FRENTE, CORAZÓN

Que el mundo sin gente estúpida, no sería mundo.
Que es necesario que existan los problemas para que puedas discernir quien vale realmente la pena.
Para que sepas quien merece disfrutar de tu compañía.

El imbécil habla pura mierda,
el idiota vocifera,
el malparido fastidia,
pero realmente torpe, es quien les hace caso,
y tú vida mía, no se te ocurra querer obrar con torpeza.

Levanta entonces bien alto la frente, corazón;
saca pecho, enséñales esos pechos que me encantan.
Yergue tu cuello y respira hondo.
Inhala cada mal, y que al entrar en contacto con tu ser,
se purifique y exhales solo amor;
amor del que te compones, mi niña bonita.
Sepa bien señorita que usted sola no se halla,
y gente que cubre su espalda por aquí se siente.

Qué mejor evidencia que el tiempo recorrido;
¿acaso debes dudar de quien años contigo han vivido,
y condenarte por errores no cometidos,
solo por la calumnia de algún hijo de puta?
¡Venga ya!, dejemos de actuar como tontos, que no lo somos,
veamos con claridad la situación,
y filtremos la verdad entre tanta sarta de mentiras.
Elijamos lo correcto,
que lo malo,
hay que desterrarlo directamente a la muerte.


Malayerba

sábado, 14 de marzo de 2020

REFLEXIÓN DEL 14

Si por tanto se recibe tan poco,
humillarme no quiero más.

Si al hablar, el silencio se torna violento,
he de empezar a callar.

Si al caminar nos encontramos en un callejón sin salida,
despliega las alas y empecemos a volar.

Si en el viento ya no hay aires que trasciendan los mares,
refugíemonos en los rayos del sol.
Pero evitemos detenernos. 

Aunque nos quedemos sin voz de tanto gritar;
aunque el apetito huya de nosotros 
y las ganas de morir acechen, icemos la bandera de "prohibido rendirse". 

Metas altas hay bastantes como estrellas en el cielo,
objetivos inalcanzables son la cúspide de los caídos que deciden levantar.

Un astro baila más allá de donde se alcanza a ver,
y bailar con él yo quiero.
Entonces la decisión está tomada ya, 
morir esta noche para renacer en la mañana;
y seguir estando 
hasta que el corazón del universo dé su último latido . 


Malaya

viernes, 13 de marzo de 2020

DE PASO

Yo, a veces, no puedo contener mis celos.
Yo, a veces, me paso de pendejo.
Yo no soy un tipo genial, ni un hombre de verdad;
pocas son mis virtudes, si es que alguna poseo;
aunque de más de un millar son mis defectos
y para encontrarlos no hay que buscar más de un segundo.

Entonces me pregunto,
¿qué problema tiene en la cabeza esa mujer para atreverse a decir que me ama?,
debe ser que no me conoce del todo;
debe ser que se ha olvidado de quien soy.

Cada vez que me dice que un pretendiente le ha regalado algo,
que la han invitado a salir,
que han hecho por ella esto y lo otro,
y me cuenta quienes son,
yo, yo me siento un inútil;
es inevitable no compararme;
los hombres siempre buscan competir, lo llevan en la sangre;
y yo, solo de pensarlo ya sé que he perdido,
entonces no le digo nada más,
y una breve risa de regreso le ofrezco.

Sigo sin saber por qué habiendo tantos tipos increíbles ahí afuera se fijó en mí.
Sigo sin entender por qué elegirme a mí.
No estoy en condiciones de darle todo lo que se merece,
a penas si solo sé quererla como mejor puedo,
sin embargo, mientras dure su amor,
seguiré mejorando,
seguiré avanzando,
seré mejor persona,
y lo seguiré haciendo hasta que ella se canse,
hasta que me olvide;
y yo, solo sea otro más que pasó por su vida regalándole todo el amor que en el camino me sea posible recoger.


Mayer

jueves, 12 de marzo de 2020

CIELO... BRUNO...

Seguiré escribiendo hasta perder el aliento,
hasta quedarme sin manos,
hasta cansarme de todo esto;
hasta que vengas por mí.

Porque no es fácil caminar en este mundo sin amigos,
mucho menos andar sin tener a alguien en quien confiar;
no es fácil ser un niño resentido;
tampoco me es fácil dejar de odiar.

No tengo lo que quisiera;
no disfruto lo que poseo;
he perdido lo que más he querido;
se fueron sin mí.

Qué iba a ser entonces de la vida un miserable que solo sabe ganarse el desprecio.
Qué iba a ser de un imbécil que le gusta compartir y hablar, pero no tiene con quién.
De qué le sirve su sonrisa, si solo la recibe el espejo,
para qué le sirve su calor, si el frío de la soledad lo consume.

¡¿De qué me ha servido esto dime?!
¿Por qué no me has vuelto a hablar?
¿Por qué ya no escucho tu voz en el viento?
¡¡¡¿POR QUÉ TE TENÍAS QUE HABER MUERTO?!!!
¡¡¿POR QUÉ TAMBIÉN A MI PERRO?!!
¡¿POR QUÉ ME DEJARON SOLO EN ESTE MUNDO DE IDIOTAS?!

Si sabían que yo no era para nada fuerte,
¿por qué me dejaron aquí?
Incomprendido;
malherido;
sin nada que decir;
y sin poder callarme, solo por temor a oír las extrañas voces que reclaman mi alma cuando hay silencio.


Malayerba

miércoles, 11 de marzo de 2020

TE SUEÑO



Todo aquél que añora un beso en el verano,
habrá de soportar todas las inclemencias del invierno.
Yo, por lo tanto,
he de dar aguante, solo por querer derretirme en tu boca
igual que un helado de fresa en los labios hambrientos de un infante.
Y todo esto en sopor y resbalo de mi agobiada alma;
harto afligido; harto cansado de tanta espera.

Mas en la esmerada paciencia que aflora cuando no hay más camino que la dilación,
yo te pienso;
y de pensarte, te sueño;
y en el sueño, te someto a una incontable cantidad de besos, que no tienen igual.


Mayer

martes, 10 de marzo de 2020

ENTRE LÍNEAS

Hay situaciones en las que por la lejanía de quienes se aman,
el amor suele ser bello y tranquilo para evitar problemas,
pero llegan los ratos en los que la pareja entra en la corriente de miedos sin sentido y celos sin fundamento.
La gran mayoría opta por dejarse de hablar, luego de hablarse con palabras dolorosas demás,
y al volver, olvidan lo ocurrido y se perdonan sin mayor inconveniente.

Pero el caso del par que hoy presento,
es que no son simples mundanos jugando a quererse;
es la realidad de un dúo poético que sabe bien aprovechar sus emociones.
Si de amarse es el caso, proliferan textos llenos de cariño sin igual,
y en los que se tiende el cielo de alfombra a los pies del otro.
No obstante, si una discusión aflora,
la madurez y tolerar al ser querido se tiran por la borda,
y en un poema se puede asesinar con el mayor perverso deleite a quien tanto se ama,
solo por llevar a cabo la orden de los resentidos:
"si no eres mío o mía, no serás de nadie más".

Plasmo aquí el verdadero espíritu del que está poeta,
porque poeta nunca eres;
y poeta solo estás cuando la inspiración grita a viva voz que dejes salir el dolor en letras,
o, rellenes libros con palabras de amor.

Así es como la vida de un marginado se manchó de color al toparse con una princesa de gustos amargos.
Dejo entrever aquí, que mi amor es tan frágil como un copo de nieve a las brasas,
y despejo la duda de que quien me ama, 
puede atacarme a cuchillo por la espalda solo por capricho.

Es una relación insana,
es una pasión que desborda algarabía.
Es una gorda con un deje de amor egoísta;
es un negro sin vicios, más que ser adicto al placer de sus besos.

Eso soy,
eso somos:
dos inmaduros jugando a quererse.


Mayer

sábado, 7 de marzo de 2020

ELIZABETH

Y toda rabieta, toda agitación negativa,
toda explosión de malas sensaciones se borran cuando vuelve ella.
Porque ella trae una sonrisa,
una mirada,
y a veces una lágrima;
pero también, inevitablemente: la calma.

No importa cuánto se haya oscurecido el mundo,
no importa si aquí dentro no deja de llover,
no importa si muero en cada atardecer.
Porque ella es mi luz;
mi cobijo;
y mi vida.

Así que ahí andamos;
celándonos como dos jóvenes idiotas;
reclamando los halagos ajenos;
imponiendo nuestro lugar en el corazón del otro sin dar cabida a nadie más.

Y qué se le va a hacer,
jugar a ser propiedad del otro
sabiendo que nunca lo podrás tener,
es cosa divertida.
Porque al no poder poseerte, mujer, 
al no poder poseerte...
solo me queda amarte
a lo que marque el corazón.


Mayer

viernes, 6 de marzo de 2020

SILLA ROJA (+18)

Me abrazó por la espalada;
comenzó a besarme el cuello;
a acariciar mi pecho,
me desabrochó la camisa.
Hizo que me corriera un poco y le diera campo para poder sentarse sobre mis piernas,
y así lo hice.

Sin más adornos que una camisa que le dejaba el ombligo expuesto
y una tanga rosa de princesa,
halló comodidad sobre mis muslos;
me miró fijamente y me dijo que no tendría que parar,
que siguiese en lo mío mientras ella hacía lo suyo.

Yo que en otra cosa no podía pensar más que en devorar toda su feminidad,
entendí lo que Juliana me proponía, y acepté el reto:
Contenerme cuanto me fuese posible en tanto su orgásmico cuerpo hacía todo lo concerniente por llevarme por el camino hacía su infierno.
Sonriente me besaba el cuello sin cesar;
jugaba con mi barba,
sumergía ardorosamente sus manos en mi pecho;
rebuscaba cada pizca de calor en mi seno y lo hacía florecer.

Para entonces yo ya tenía la polla más dura que una roca de granito,
y mis manos ya no sabían seguir las indicaciones de mi cerebro,
y las líneas de un fino texto en las que se suponía compondrían una historia de amor inocente,
plasmaban poco después de la llegada de July, una sarta de burradas y lascivas intenciones, 
escribía ya para entonces cosas como: 
"Comerte July, solo eso quiero.
Chuparte toda.
Perderme en tus escondrijos de perversión pútrida.
Ahogarme amamantando tus tetas.
Saciar mi sed con la saladez de tu sabor"...

Yo ya no podía continuar, era natural, 
soy hombre débil ante la buena carne,
ante la blanca pureza de una puta que decía ser toda mía.
Una compañera  a la que cambiarla con todo el oro existente era una cuota demasiado pobre.
Es el recuerdo de una mujer que en mi corazón guarda reposo.

Así que renuncié a la competencia,
y me rendí a sus pies.
Una vez más ella ganaba el juego,
y yo era tan dócil bajo su mando,
que ella podía hacer conmigo cuanto quisiera.
Era el precio de perder en el duelo;
y era mi regalo ser todo suyo.

La silla roja frente al escritorio donde se quedaron olvidadas mis historias,
trae a mi memoria los inimaginables ratos de pasión.
Noches de faena y gloria absoluta,
noches de gozo que son imposibles de relatar en los libros,
porque hacerlo sería un irrespeto a  nuestro acto delictivo.
Plasmar en el papel lo que Juliana conseguía provocar,
debe darse como tarea a la imaginación más enferma y más perversamente sexual que cada uno podrá crear.


Malaya