Digo lo que muchos callan por temor,
soy la voz de los subyugados,
de los enfermos,
de los podridos,
de los que han perdido la esperanza.
Fármaco dependiente de noches nubladas,
adicto a prenderlo, quemarlo y fumarlo.
Desconfiado,
mala gente,
Sin educación.
Desconfiado de un mundo en el que condenan a aquél que mató a tres ladrones y al perro que ha mordido a la niña,
en vez de condecodar al primero y llenar de bendiciones al perro, mientras muere dolorosamente aquél que abusó de un infante.
Sin educación porque educación nunca tuve,
no pudieron adoctrinar mi existencia,
a cambio fui empujado al vacío para aprender por mi mismo y aprender de verdad.
Mala gente, mala leche, raro, extraño,
retrasado en una sociedad llena de hipocresía,
de falsas caras llenas de rencor, odio, y de indiferencia.
Soy Malayerba en una sociedad que se acostumbró a ser usada,
pisoteada,
divida y pretenciosa.
Porque ser un bicho raro lleno de temor por el miedo a morir sin ver mejorar el mundo,
es preferible a encajar en la misma tierra de los que pudiendo elegir elevarse como las aves,
prefieren andar a rastras como simples gusanos.
Marihuana salvación en un mundo lastimado.
Marihuana salvación por enseñar el verdadero camino hacia la paz.
Marihuana salvación por dejar ver que los hombres son todos son capaces de todo,
y solo en sus manos está bajar el paraíso.
Marihuana salvación por enseñar que el hombre debe mirar a las mujeres como miraba Adán a su Eva,
fastidiado por un tener estorbo en su preciado hogar,
sin saber que años después se diera cuenta de que la mujer fue lo único perfecto en todo lo que se consideraba el Eden.
Malayerba
Poemas, versos, cuentos, escritos varios (sin censura) y fotografía aficionada.
domingo, 16 de febrero de 2020
viernes, 14 de febrero de 2020
PROHIBIDO ACABAR SIN GRITAR UN "TE AMO"
Hay poder en cada letra,
en cada palabra que sus labios pronuncian,
hay poder en su mirada,
hay un infinito poder en su forma de amar.
Recuerdo noches,
noches como aquella en la que reposas en la cama cual hoja de otoño,
tan sublime y convencida de que la velada será eterna,
en cada palabra que sus labios pronuncian,
hay poder en su mirada,
hay un infinito poder en su forma de amar.
No puedo dejarlo,
no puedes hacerlo,
al amor que nos tenemos,
es imposible poner fin.
El agua cae en la ciudad,
desde el balcón te escribo,
las luces parecen luciérnagas desde acá,
la luna destella tras una cortina de humo,
el cigarro se extingue,
y es hora de volver adentro.
Recuerdo noches,
noches como aquella en la que reposas en la cama cual hoja de otoño,
tan sublime y convencida de que la velada será eterna,
con un cachetero de encaje azul y una blusa negra como mis intenciones,
y oscura como tu ímpetu al hacer el amor.
Recuerdo el roce vigoroso de nuestros cuerpos,
nuestras manos inquietas queriendo acariciar el alma contraria;
recuerdo un par de lágrimas en tu cara,
y una sonrisa rebosante de felicidad.
Percibo el inconfundible aroma que exhalas,
la locura en tu mirada,
y tus ganas de nunca parar.
Así te recuerdo,
haciendo del cuarto un huracán,
tirando los miedos por la ventana,
solo dejándonos llevar.
Recuerdo el día asomando débilmente,
mientras nos disponemos a dormir tras una batalla ganada,
sin más muertos que nuestros cuerpos extasiados,
exhaustos, y llenos de júbilo.
Con el último cigarro y una cerveza en la mano,
recuerdo aquella noche como muchas tantas,
en la que para amarnos el reloj se detenía,
y en la que amarrada a mi pecho mientras de almohada poseías a mi brazo,
yo te regalaba un intenso beso que gritaba un "te amo" más allá de lo conocido,
y tu recibías en tus labios,
el amor más puro que he podido dar.
Mayer
y oscura como tu ímpetu al hacer el amor.
Recuerdo el roce vigoroso de nuestros cuerpos,
nuestras manos inquietas queriendo acariciar el alma contraria;
recuerdo un par de lágrimas en tu cara,
y una sonrisa rebosante de felicidad.
Percibo el inconfundible aroma que exhalas,
la locura en tu mirada,
y tus ganas de nunca parar.
Así te recuerdo,
haciendo del cuarto un huracán,
tirando los miedos por la ventana,
solo dejándonos llevar.
Recuerdo el día asomando débilmente,
mientras nos disponemos a dormir tras una batalla ganada,
sin más muertos que nuestros cuerpos extasiados,
exhaustos, y llenos de júbilo.
Con el último cigarro y una cerveza en la mano,
recuerdo aquella noche como muchas tantas,
en la que para amarnos el reloj se detenía,
y en la que amarrada a mi pecho mientras de almohada poseías a mi brazo,
yo te regalaba un intenso beso que gritaba un "te amo" más allá de lo conocido,
y tu recibías en tus labios,
el amor más puro que he podido dar.
Mayer
jueves, 13 de febrero de 2020
CAMINATA
Mientras caminaba en medio del gentío bajo un sol abrasador,
y sus miradas que a veces chocaban con la mía y a veces con el cigarrillo,
pensamientos oscuros fueron ennegreciendo mi mente,
cada vez más perturbadores, cada vez más enfermos.
Así que me detuve a comer empanadas,
en momentos de tensión nada mejor que el alimento para alegrar el alma;
y entonces ocurrió,
a un costado en la pared del frente,
un chico sonreía al verme,
una sonrisa torcida y poco perceptible para cualquiera,
sus pies en posiciones que no debería,
sus brazos en circunstancias poco favorables,
pero sonreía, a mí que estaba casi al frente,
y a su madre que intentaba alimentarle.
Maldito enfermo, debería estar muerto y no sufriendo,
no siendo una carga,
no siendo un estorbo;
pero existía y por algo ha debido ser,
nada vive en este mundo porque si,
y si hay al menos, una mínima una razón para seguir viviendo, cualquiera lo hará.
Lo había entendido hace tiempo,
lo había olvidado hace tiempo,
de vez en cuando es necesario que algo te recuerde que siempre se puede hacer más,
que rendirse es caer en la fatalidad,
que es garrafal error dejar inconclusa tu labor.
Levanté la cara,
me limpié el sudor,
respiré hondo,
recordé al niño que sonreía con alegría, como quien ha elegido morir luchando, con la frente en alto sin importar el cómo.
Retomé el camino,
ahora más erguido,
llegué a casa convencido de que la clave es tener la barriga llena antes de emprender una nueva misión, o continuar la anterior,
y que no importa cuanto se coma uno, siempre habrá espacio para el café con pan,
porque el café con pan no va a al estómago...
va directo al corazón.
Malaya
y sus miradas que a veces chocaban con la mía y a veces con el cigarrillo,
pensamientos oscuros fueron ennegreciendo mi mente,
cada vez más perturbadores, cada vez más enfermos.
Así que me detuve a comer empanadas,
en momentos de tensión nada mejor que el alimento para alegrar el alma;
y entonces ocurrió,
a un costado en la pared del frente,
un chico sonreía al verme,
una sonrisa torcida y poco perceptible para cualquiera,
sus pies en posiciones que no debería,
sus brazos en circunstancias poco favorables,
pero sonreía, a mí que estaba casi al frente,
y a su madre que intentaba alimentarle.
Maldito enfermo, debería estar muerto y no sufriendo,
no siendo una carga,
no siendo un estorbo;
pero existía y por algo ha debido ser,
nada vive en este mundo porque si,
y si hay al menos, una mínima una razón para seguir viviendo, cualquiera lo hará.
Lo había entendido hace tiempo,
lo había olvidado hace tiempo,
de vez en cuando es necesario que algo te recuerde que siempre se puede hacer más,
que rendirse es caer en la fatalidad,
que es garrafal error dejar inconclusa tu labor.
Levanté la cara,
me limpié el sudor,
respiré hondo,
recordé al niño que sonreía con alegría, como quien ha elegido morir luchando, con la frente en alto sin importar el cómo.
Retomé el camino,
ahora más erguido,
llegué a casa convencido de que la clave es tener la barriga llena antes de emprender una nueva misión, o continuar la anterior,
y que no importa cuanto se coma uno, siempre habrá espacio para el café con pan,
porque el café con pan no va a al estómago...
va directo al corazón.
Malaya
martes, 11 de febrero de 2020
BRUNO
pero mi corazón ahogado en llanto no me permite lograrlo,
y ahora la promesa de protegerte y estar siempre contigo, fracasó con la inutilidad que me caracteriza.
Cuando crecí, creciste tú también lleno de curiosidad por lo vivido,
con las energías de no poder esperar al nuevo día para seguir conociendo lugares ajenos,
con una luz en la mirada que soportaba cualquier tormenta.
Aahhh, pero a quién engañamos creyendo que la vida es larga,
si es tan corta y frágil como el pétalo de rosa.
¿Ahora quién va a aliviar mi corazón herido, mi pequeño amigo?,
¿ahora que ya no estás, quién lo hará?
Se me forman rocas de dolor en la garganta, al recordar el cariño más sincero que existió jamás,
se me achica el alma y el corazón me cruje al no sentirte cerca.
Tras una pérdida llega otra,
y el clima emocional empeora;
guardo rencores sin desfogue en el corazón,
y el anhelo de hurgar en los recovecos de la muerte, la paz que ofrece se hace más fuerte.
Me quedo vacío,
con la mirada al infinito,
deseando que donde sea que te encuentres,
el viento sea cálido mientras acaricia tu pelo,
que el sol no queme,
y la muerte sea al menos la mitad de cariñosa y protectora de lo que yo fui contigo.
Descansa en paz, mi querido amigo,
perdóname por no poder ir a jugar contigo ahora;
primero tengo que matar a quien te apartó de mi lado.
Malayerba
lunes, 10 de febrero de 2020
SABOR NOCTURNO (+18)
Hay experiencias,
experiencias que trascienden,
como tener sexo bajo la lluvia de febrero;
tú y yo bailando a un mismo compás,
deleitándonos hasta el límite del deleite,
evaporado el agua con el calor de nuestros cuerpos.
Chupártelo,
que me la chupes y luego chuparnos mutuamente,
hasta alcanzar orgasmos que llenen de éxtasis nuestras gargantas,
y al acabar sonreír,
sonreír antes de continuar el gozo.
Blancas nalgas como el mármol y frías como el invierno
cabalgando mi bajo vientre;
senos grandes como la inmensidad del mar y firmes como el Himalaya,
no se cansan de amamantar a mi boca.
Un amor recíproco entre gemidos y un par de alaridos;
peligroso idilio de una demente y un maldito pervertido;
gratificante faena en la noche de luna llena;
son momentos de lujuria... con la gorda bajo la lluvia.
Mayer
domingo, 9 de febrero de 2020
MALDITOS PIGMEOS
¡MALPARIDOS HIJOS DE PERRA!,
aunque todos se pongan en mi contra, yo seguiré andando hasta que muera.
No podrán detener mis pasos,
no podrán detener mis letras,
no van a callarme, miserables bola de imbéciles que entre todos son reyes,
pero uno a uno muestran su verdadera flaqueza,
dejándome ver que no son más que un pedazo de mierda con nombre y apellido nada más.
He crecido solo y alienado,
sin más amigos que mi imaginación y mis depresiones,
con la luna de testigo y el sol quemándome la cara,
bajo la lluvia con el lodo hasta las ojos,
y sin esperanzas de superación,
y aquí me ves, más firme que una roca,
más testarudo que una mula,
más cabrón que un hijueputa,
¡¿Y SE ATREVEN A CREER QUE AGACHARÉ LA CABEZA FRENTE A UNA SARTA DE IMBÉCILES SIN CORONA?!
¡¿Y SE ATREVEN A CREER QUE AGACHARÉ LA CABEZA FRENTE A UNA SARTA DE IMBÉCILES SIN CORONA?!
He presenciado cosas que pocos humanos han visto,
he llegado a peores sitios que el infierno,
he muerto y he renacido un centenar de veces,
y esperar mi rendición es esperar a que la última estrella del universo se apague.
Cómo Malayerba se me ha concebido,
así que a tomar por culo todas vuestras hazañas y egos de porquería,
que yo seguiré erigiendo mi reino hasta el último segundo de los tiempos.
Y no creáis que llevas ventaja,
porque vosotros apenas viajáis en una dirección y yo...
yo ya voy regresando por segunda vez en el carril de retorno.
Malayerba, de MALAYERBA CORPORATION
sábado, 8 de febrero de 2020
AMOR DE SÁBADO
Me cuelga la verga,
el cabezón no se quiere levantar,
pero a penas la ve llegar, cambia de opinión,
porque lencería de encaje negro trae,
y es obligatorio rendir pleitesia a tal regalo del cielo.
Si la vieses te quedarías perdido igual que yo,
si la vieses no aguantarías las ganas de ir a su encuentro.
Se acerca sin quitarme de encima la mirada;
la veo y la realidad se distorsiona;
mirarla con esa tanga que queda más perfecta que un café en la mañana,
mirar ese brasier que lucha con toda su fuerza para sustentar el par de senos que han de brindarme un gozo enorme,
y esa sonrisa que si no es diabolicamente sexy, es que es malditamente perfecta.
Me es imposible concebir que posea defectos cuando la escucho gemir,
y cuando percibo su cuerpo húmedo y la saladez que exhala domina mis sentidos,
sé que he alcanzado el paraíso estando vivo.
Mayer
el cabezón no se quiere levantar,
pero a penas la ve llegar, cambia de opinión,
porque lencería de encaje negro trae,
y es obligatorio rendir pleitesia a tal regalo del cielo.
Si la vieses te quedarías perdido igual que yo,
si la vieses no aguantarías las ganas de ir a su encuentro.
Se acerca sin quitarme de encima la mirada;
la veo y la realidad se distorsiona;
mirarla con esa tanga que queda más perfecta que un café en la mañana,
mirar ese brasier que lucha con toda su fuerza para sustentar el par de senos que han de brindarme un gozo enorme,
y esa sonrisa que si no es diabolicamente sexy, es que es malditamente perfecta.
Me es imposible concebir que posea defectos cuando la escucho gemir,
y cuando percibo su cuerpo húmedo y la saladez que exhala domina mis sentidos,
sé que he alcanzado el paraíso estando vivo.
Mayer
viernes, 7 de febrero de 2020
ESTÚPIDO, ESTUPIDÍN Y ESTUPIDOTE
Mis comentarios suelen herir, doler, lacerar el alma,
lastimar y dañar el autoestima.
¿Pero es así en realidad?, o ¿es quizá que vosotros no sois capaces de controlar la forma de responder ante situaciones poco amables?
No me disculpo y no es mi problema si al llamarte "hijoperra" tu reacción es negativa.
¿Cómo no iba a tratarte mal, si osas corregir y reclamar a quien está en el camino del aprendizaje, cuando eres mucho peor que aquél a quien juzgas?
Mi sentido de ser justo se alerta cuando veo a la estupidez suelta,
y no puedo hacer más que dejar salir palabras con la intención de marcar al idiota su lugar.
Porque no está bien juzgar si la experiencia no respalda;
no está bien hablar, a menos que lo que se diga sea mejor que el silencio,
y que gritar es aplaudido, sólo, si el grito es por amor.
No me culpes por soltar una sarta de improperios que choquen en tu sistema como una roca de mil kilos;
si eres tan inteligente como presumes, sabrás limpiar tu culo con mis palabras,
mas si herido te sientes por lo que mi boca proclama,
es que eres tan imbécil que no te has dado cuenta que el sabio se ríe y se divierte cuando el necio abruma con mil lisuras a su ser...
...Pero bueno, esto solo lo sabrá comprender aquél entendido que ha elegido recorrer el camino del aprendizaje.
Malayerba
lastimar y dañar el autoestima.
¿Pero es así en realidad?, o ¿es quizá que vosotros no sois capaces de controlar la forma de responder ante situaciones poco amables?
No me disculpo y no es mi problema si al llamarte "hijoperra" tu reacción es negativa.
¿Cómo no iba a tratarte mal, si osas corregir y reclamar a quien está en el camino del aprendizaje, cuando eres mucho peor que aquél a quien juzgas?
Mi sentido de ser justo se alerta cuando veo a la estupidez suelta,
y no puedo hacer más que dejar salir palabras con la intención de marcar al idiota su lugar.
Porque no está bien juzgar si la experiencia no respalda;
no está bien hablar, a menos que lo que se diga sea mejor que el silencio,
y que gritar es aplaudido, sólo, si el grito es por amor.
No me culpes por soltar una sarta de improperios que choquen en tu sistema como una roca de mil kilos;
si eres tan inteligente como presumes, sabrás limpiar tu culo con mis palabras,
mas si herido te sientes por lo que mi boca proclama,
es que eres tan imbécil que no te has dado cuenta que el sabio se ríe y se divierte cuando el necio abruma con mil lisuras a su ser...
...Pero bueno, esto solo lo sabrá comprender aquél entendido que ha elegido recorrer el camino del aprendizaje.
Malayerba
jueves, 6 de febrero de 2020
BENDITA LECCIÓN
Inútilmente me eché al abandono;
aunque el proceder no fue del todo pérdida;
siempre se aprende del día a día,
y bien he aprendido que lejos de ti la vida pierde sentido.
Está demás recalcar que te pienso menos de lo que te llego a amar,
pues sin llegar a pensarlo realmente,
me veo enganchado a ti en plan de navegar contigo hasta el infinito y si queda tiempo, más allá.
No quería decirlo sino hasta que durmieras,
en un susurro a tu oído,
para que entre sueños lo percibas y en la inmensidad del espacio-tiempo,
entiendas que muy extenso es todo este intenso amor que por ti yo siento.
Mayer
aunque el proceder no fue del todo pérdida;
siempre se aprende del día a día,
y bien he aprendido que lejos de ti la vida pierde sentido.
Está demás recalcar que te pienso menos de lo que te llego a amar,
pues sin llegar a pensarlo realmente,
me veo enganchado a ti en plan de navegar contigo hasta el infinito y si queda tiempo, más allá.
No quería decirlo sino hasta que durmieras,
en un susurro a tu oído,
para que entre sueños lo percibas y en la inmensidad del espacio-tiempo,
entiendas que muy extenso es todo este intenso amor que por ti yo siento.
Mayer
martes, 4 de febrero de 2020
ETERNAMENTE TÚ
"Dígase a los hombres la verdad y no ocultéis nada,
que todo es llegado a saber a través del tiempo,
y es mejor que lo sepan por la propia boca,
que por los sucios labios de los impíos".
—Malayasca—
Tú loca por mí,
yo perdiendo la cabeza por ti,
ambos llegado al límite del éxtasis colmados alegría,
reconociendo el cuerpo del otro y recorriendo como antaño sucedió.
Nada menos y mucho más que la última vez que nuestros ojos se cruzaron;
arropados por más prendas que la piel reluciente de lascivia,
arropados por más prendas que la piel reluciente de lascivia,
su sabor despertando el apetito de un enfermo,
su aroma ensanchando el corazón.
¡Válgame Dios!, en ese momento no sabía si dar las gracias antes o brindarlas después del gozo, fuese lo correcto,
pero era necesario agradecer, al menos, a la vida, por la perfección de mi amada que honraba con honores a sus progenitores.
Ante mí, la belleza de una ninfa,
la sabiduría de Atenea,
la inmensa beldad de Afrodita,
la atracción irresistible de quien fuera Eliza, mi portentosa señora.
Los años habrían de dejar huella en ella,
cicatrices en el alma,
manchas en el corazón,
pero no por ello menos gracia,
sino más bien, esplendorosa y atractiva para quien se atravesara en su camino,
y yo, como el elegido de su corazón, me sentí el más feliz de los hombres,
superando a penas por décimas, el límite de la felicidad.
Beso a beso, piel con piel,
recreando la conquista del paraíso,
elevando nuestras almas y entregándolas en ofrenda al más alto;
transcurrió así la noche,
entre sábanas,
alfombras,
y lozas de baño;
mágica velada que habría de sonrojar hasta al más perverso;
eterno copular entre dos jóvenes que se aman sin más.
Ante mí, la belleza de una ninfa,
la sabiduría de Atenea,
la inmensa beldad de Afrodita,
la atracción irresistible de quien fuera Eliza, mi portentosa señora.
Los años habrían de dejar huella en ella,
cicatrices en el alma,
manchas en el corazón,
pero no por ello menos gracia,
sino más bien, esplendorosa y atractiva para quien se atravesara en su camino,
y yo, como el elegido de su corazón, me sentí el más feliz de los hombres,
superando a penas por décimas, el límite de la felicidad.
Beso a beso, piel con piel,
recreando la conquista del paraíso,
elevando nuestras almas y entregándolas en ofrenda al más alto;
transcurrió así la noche,
entre sábanas,
alfombras,
y lozas de baño;
mágica velada que habría de sonrojar hasta al más perverso;
eterno copular entre dos jóvenes que se aman sin más.
Pero he debido marchar tal como he llegado,
sin hacer ruido,
sin levantar conmoción,
solo con la promesa de volver
y sentir el magnánimo placer,
el suntuoso arrebato de lujuria,
y el mejor amanecer.
sin hacer ruido,
sin levantar conmoción,
solo con la promesa de volver
y sentir el magnánimo placer,
el suntuoso arrebato de lujuria,
y el mejor amanecer.
Tuve que marchar sin volver la vista atrás,
aunque no sin antes cerciorarme de que sus labios promulgaban un "te amo" poco antes de que me perdiera de su vista.
aunque no sin antes cerciorarme de que sus labios promulgaban un "te amo" poco antes de que me perdiera de su vista.
He tenido que irme guardando en silencio los gritos de amor a mi hermosa gorda,
que aunque no lo haya mencionado,
no era necesario tampoco, pues mi cuerpo sincronizado al suyo...
decía todo lo que mi alma no podía callar.
Mayer
que aunque no lo haya mencionado,
no era necesario tampoco, pues mi cuerpo sincronizado al suyo...
decía todo lo que mi alma no podía callar.
Mayer
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