sábado, 19 de septiembre de 2020

SUEÑOS POSPUESTOS

No soy la luz, ¡pero quiero iluminarlos! 
No soy el camino, ¡pero me encantaría guiarlos! 
No soy el agua, así que seguirán sedientos.
No soy amor, pero les aseguro que sé chupar teta bien rico.

—¿Qué? 
—¿Qué?
—Pues eso. ¿Qué carajos?
—JA, JA, JA, JA, JA.
—¿Cuánto tiempo llevas drogado? 
—Cómo dos horas, creo.
—Oh, ya veo, es el nuevo té con hierba que te enseñaron, ¿no es cierto?
—Sí, está excelente, pero me siento mal, es como si te mostrara todos tus errores de tal forma que puedes palparlos y elegir el camino para no cometerlos de nuevo.
—Eso suena bien.
—No, lo malo es que a penas se pasa el efecto, olvidas todo y quedas peor.
—Oh, eso si es terrible. 
—Sí, pero temo que no es en vano, ¿qué te parece esto?:

El mundo necesita a personas que amen lo que hacen.
Necesita a personas que le encuentre un sentido claro y concreto a la vida. 
Necesitan hombres con alma, espíritu y razón;
que de esos que se quejan y reniegan por medio tropiezo, ya está repleto. 

A veces mis versos son agrios y de poca usanza;
a veces no son más que palabrerías, 
y a veces solo sacan un par de risas, si es que no las comunes ofensas. 

Pero llegará el día en el que lo haga realidad,
y lo haré como mejor pueda: 
A través de mis escritos. 
Escribiré algo tan digno, que leerlo será un eterno placer, 
una cura para las enfermedades del alma.
Que leer aquello, constituirá una fuente de poder para conquistar los imposibles,
y hará que los sentidos se sacudan y encuentre la verdadera dirección.

Haré que te sientas orgullosa de este ser;
que me veas siendo útil al menos una vez. 
«Cielo, no tengo a nadie, y de ti solo me quedan recuerdos, 
pero no importa; 
voy a escribir el texto preciso que ayude a mejorar este mundo tal como te habría encantado».

—Viejo, nunca la vas a dejar ir ¿verdad?
—No, le prometí que no la iba a olvidar, y si sigue en mi corazón, no morirá jamás.


Malayerba

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