lunes, 28 de enero de 2019

COSIDO

Si, anduve vagando:
en otro rumbo,
en otro espacio,
en otro mundo,
es normal tomarse el tiempo para pensar en ti,
obligada tarea es reconocer los pasos que has dado,
ser el titular de cada circunstancia vivida es haber aprendido la lección.

Sin embargo me quedé sin fuerzas antes de llegar a la ciudad destino donde tenía una esperanza singular,
a penas y si alcancé a divisar desde una colina cercana, pero no pude más, y quede exhausto apoyando mi espalda y nuca en una roca bajo el frío mes de enero,
era mi fin, ya no había salvación,
mis ojos se cerraban un poco mas cada vez,
pero un fuerte dolor me despertó,
justo en el pecho,
era como si me arrancasen la piel bruscamente,
pero no podía moverme,
al momento sentí un punzón en mis adentros, y le siguió otro igual,
segundos después se le unieron diez,
y siete más luego de un rato,
no podía reaccionar aún,
instantes después reparé en algo inusual que se atravesaba algo por los orificios antes perforados,
y sentí el jalón y el temple de la cuerda,
apretó con rudeza sin embargo el dolor iba cediendo,
al final unió las heridas por la cual mi ser se desangraba,
ahora había quedado cosido, bien remendado, recompuesto,
listo para continuar el recorrido.

Se marchó antes de que pudiera darle las gracias,
a juzgar por su tacto era una mujer de experiencia, más su cara no pude ver, ni su cuerpo pues la cubrían ropas holgadas y harapientas,
pero se dirigió al poblado,
debo alcanzarla y agradecer su trabajo,
mi corazón parchado ahora se siente feliz y con la capacidad de volver a amar gracias a aquella gitana.

Malaya

No hay comentarios:

Publicar un comentario