jueves, 1 de noviembre de 2018

CABRONA

Porque no mereces ser llamada por otro pronombre,
cabrona eres porque has infestado mi ser con la peor enfermedad conocida,
me has contagiado con tu calor,
has hecho de mi fuerte un oasis de placer,
me has hecho enmudecer,
por tu maldita culpa, he vuelto a enloquecer.

Y abro el cajón de los recuerdos en busca del infame perverso que dormido estaba,
irrumpiendo su andar por el sueño,
le invito a observar, a reflexionar, y a meditar que hacer contigo,
-¡oye viejo! ¿Qué procede? Le digo-,
me mira el pícaro con suspicaz morbo,
-dejamelo a mi pequeño cerdo,
solo plasma lo que yo te diré,
y espero que si no le enamoras su ser,
al menos le llenes de placer-;

Oye endemoniada, esto va para ti:

Cuerpo de mujer, como la blanca luz de la luna,
derrama en el agridulce sabor de tu cuerpo,
ahógame en tu sexo, asfíxiame en tu seno,
no permitas que me marche limpio cual inocente del pecado,
desahoga tu furia en este cuerpo de macho cabrio,
que Satán sienta la ofensa al ver que el contacto que genera los cuerpos ante la concepción de la nueva generación, se encuentre más ardiente que la planta más baja del infierno.

¡Oh! ¡bendita sea la necesidad de procrear!
Bendito sea el agujero que esta noche se hace penetrar,
bendita tu que te abres de par en par,
bendito yo que esta noche toda mi hambre voy a saciar.

No intentes reprimir la explosión,
no te engañes al notar mi emoción,
es aguante lo que traigo para hoy,
es la oportunidad de que sucumbas en una epilepsia sexual.

"Es que hoy maldita gorda; te voy a sacar toda la mierda".

Malaya

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