domingo, 19 de marzo de 2023

QUÉ IMPORTA, SIEMPRE TE VOY A QUERER

Y entre otras cosas, ¿cuál es el plan para semana santa? —le inquirí.
Nada, será una semana normal —me dijo. Y continuamos hablando por un largo rato mientras afuera llovía.

Volver a escuchar su voz luego de tantos años era magnífico, pero no podía decirle que me hacía feliz, que me llenaba de dicha y gozo absoluto oírla reír. 

Escribe sobre recuerdos, inspírate de ello —me dijo cuando le conté que había dejado de escribir por falta de motivación, de ganas, de inspiración... de qué iba a escribir si me faltas tú, hija de puta, de qué —estuve a punto de decirle.

Si a pesar de todo es un angel, pero del infierno y quizá más abajo cuando se molesta, no puedo dejar de quererla. Obvio, no se puede dejar de hacerlo cuando te ha mostrado que el amor existe. Y que si no se pudo con ella, siempre está la posibilidad de encontrarlo en un tiempo futuro cercano.

No entiendo y, aunque en un principio me molestaba, ahora me alegra verla contenta junto a los suyos. Creerá ella que la olvidé, que ya no la recuerdo... pero nooo, solo aprendí a no molestar y solo guardarle gratitud por cuanto me enseñó.

«Escribe sobre recuerdos», claro, jajaja, como si no la conociera yo. —Escribe sobre mí y hurga en tus recuerdos esas bonitas palabras que nunca me cansé de oír —es lo que realmente quería decir. Mas volver la vista atrás es algo que nunca hago, pero de todas formas...

«Romántico me pongo, 
romántico contigo naturalmente, 
no se puede no ser romántico contigo teniéndote de frente, 
hay que amarte, mujer... hay que amarte, joder».


Malayerba





domingo, 8 de enero de 2023

EL PRIMERO DEL AÑO

No importa si no duermo esta noche, 
he soñado ya demasiado entre sus labios, 
entre sus brazos, 
entre sus piernas.
Buscar el descanso durmiendo es innecesario cuando has hallado la relajación total en sus caderas, 
en la espesura de su melena,
en la inconmensurable maravilla de sus pechos. 

¿Querías un poeta? Aquí lo tienes. Si no lo querías, de malas, porque ya llegué y no tengo ganas de irme. 
¿Querías un hombre diferente? Pues qué desgracia, porque aquí no está, porque soy un hombre común, un común bastardo que no sabe querer como lo dicta la sociedad. Un idiota que solo sabe entregar el corazón aunque lo destrocen, 
que suprime la razón y se deja llevar por los sentidos. 

Pero en busca de la inspiración te he encontrado y ahora que te tengo las excusas para escribir se han terminado. Y si todavía no te tengo, espero hacerlo uno de estos días. 
Porque tu sonrisa tan preciosa como un mar de estrellas en el cielo, no la quiero perder. Y es que es tan difícil que mi mente se quede quieta cuando te pienso que mil poemas a tu ser se mezclan entre mis pensamientos. 

A todo esto, no me importa quedarme sin voz, sino quedarme sin palabras. 
Porque sin palabras dejaría de pensar y si dejo de pensar, las cosas más hermosas que este mundo habrá de leer jamás se escribirán... bueno quizá otro hijo de puta lo haga, pero ese gran hijo de la verga quiero ser yo... y quiero que se escriban gracias a ti.
Tú, siendo mi musa y yo, siendo el innoble escritor que intente plasmar toda tu belleza en un puñado de letras. 

Malayerba 

miércoles, 28 de diciembre de 2022

—¿Por qué dices esas cosas? 
—Porque a nadie le importan. Qué más da decirlas. 

Al final nada de lo que hagas en esta vida, importa. Todo en esta vida carece de importancia. 

—¿Entonces por qué no te matas? 
—Es que ese no es el punto, ya estoy aquí, el daño está hecho, y voy a seguir estando hasta que llegue mi momento. 

La gente debe pensar que soy un insensible, un indiferente, que no sufre, que sólo disfruta de la vida... Y es cierto, pero es triste no tener con quién compartirlo. Con alguien que realmente te ponga atención y te retroalimente. 

Es triste estar solo, por eso consigues un perro, o dos y haces como que son lo que más te importa ahora, porque realmente son los animales más fáciles de someter, que te obedezcan y se alegren cuando te ven llegar, que te demuestren cariño moviendo la coña y esperen su porción de alimento. 

Es triste que te entiendas mejor ño con los perros y no con la gente, con sus complicadas vidas, con su complicadas relaciones y aún así los envidies, porque a pesar de todo, todos tienen a alguien que los sostiene, los ayuda o al menos los escuchan. 
Y a ti solo te queda soñar, imaginar para ser precisos, porque ni soñar bonito puedes, solo caos habita en tu interior... Imaginar qué se sentirá poder abrazar a alguien y quedarte dormido, ojalá para siempre.

Yerbita 

miércoles, 2 de noviembre de 2022

¿POR QUÉ LOS POETAS FUMAN?

Poco me importan las cosas terrenales, por si aún no lo has notado, pero como no eres de este mundo, a ti sí que quiero darte relevancia. 

Ya no dejes que la ansiedad te coma los labios y permite que sea mi boca la que lo haga; 
deja de llorar a solas y báñame el pecho con tus lágrimas. 
Porque necesito que la gente vuelva a creer en las palabras de un poeta (aún no sé para qué) pero que al fin le den su respectivo valor, sin embargo, no será posible si sólo estoy yo. 
Necesito de ti, mujer, de tu sonrisa, de tu carácter y de tu forma de ser. 
Que te puedes inspirar de otra cosa, de un paisaje, de tus mascotas, de una uva, dicen. A tomar por culo, yo quiero inspirarme de ti, ¡coño!, de tu pelo resplandeciente a la luz de la luna llena o de alguna estrella, como por ejemplo el sol de noviembre. 
Porque si somos diminutos antes los ojos del tiempo y el espacio, qué más da hacer un par de tonterías para molestar a los dioses y darle un poco de brillo a esta vida.

Por qué los poetas fuman, no lo sé y a decir verdad, a quién le importa, solo buscaba un título para esto.
Pero sí sé que quiero volver a fumar contigo en una oscura y fría noche como la de hoy, mientras buscamos el calor rozando nuestros cuerpos. 
Quiero beberme el humo desde tus labios y de paso saborear tu santa saliva. 
Quiero devorar el cuello que sostiene la cabeza donde reposa tu larga cabellera y perderme en ella. 
Quiero que mis manos no se queden con las ganas de recorrer cada centímetro de tu cuerpo y que cada día descubran un nuevo lugar. 
Que cada abrazo sea eterno; no soltarte jamás. 
Quiero traspasar con palabras el caparazón que rodea tu corazón y que tu alma con la mía bailen un vals para dos. 
Quiero, ya sabes, dejar este vicio, el humo, la cerveza, el alcohol, el cigarrillo, pero quiero tener un motivo, vivir contigo un idilio sería lo más parecido. 

Malayerba

domingo, 30 de octubre de 2022

Y.Y.

—¡No, no, no, no hagas eso!
—Hasta cinco y ya.
—¡No! ¡Para! 
—Hasta tres entonces, ¡hasta tres! —me dijo y sus manos me taparon los ojos con fuerza.
—¡ME CAGO EN LA PUTA! —pensé en mis adentros o quizá lo grité. 
—Dos... tres... Ya, si ve, no pasó nada —me dijo.
Okay, está bien.
—Bueno. ¡OTRA VEZ!
—¿QUÉ? ¡NO! YA PARA CON ESO... 

Pero no se detuvo, me volvió a tapar los ojos, pero yo como no era bruto, reduje la velocidad de la moto, mas ella se dio cuenta y me reclamó. Entonces al final creo que bruto sí era, porque le seguí el juego, aceleré y dejé que me tapara los ojos nuevamente, varias veces, repetidas ocasiones, mientras conducía ebrio y con vehículos alrededor. 
—Pues si nos matamos, nos matamos y ya, jajaja —me decía mientras hacía su travesura. 

Entonces reforcé mi idea de ella, sí, estaba bien pinche loca la desgraciada, estaba tan loca que fui feliz, joder, hace mucho tiempo no me sentía feliz. Quería conocerla desde hace rato, no porque alguien me hubiese hablado de ella, no porque necesitaba alguien así, sino porque sabía que por aquí tenía que haber un bicho raro, una mujer extraña, con gustos extraños, que se decía así mismo que era una mujer nerviosa, que muchas cosas le alteraban la vida y le provocaban ansiedad y, sin embargo, ahí estaba la tonta, mandando la nerviosidad a la mierda en un momento cuando me pidió que le enseñara a manejar, y yo de idiota le solté la moto, joder, diez veces haber escapado de estrellarnos, era poco. 
Y una vez quietos se atrevió a tocarme el pecho para ver si seguía vivo, ¿se asustó? Me preguntó burlona, con una sonrisa preciosa y con unos ojitos grises en los que podía ver el infinito. Joder, sonreí y dije, no, para nada, riéndome de mala gana, y ella lo notó, era obvio, no era boba, en el último trayecto, casi me cago del susto. Ni más, ni por el putas le vuelvo a soltar la moto, pensé, o bueno, no cuando estuviésemos como en ese momento, ¡borrachos!
Maldito par de irresponsables.

El punto es que era eso, algo me decía que no me desespere, pero que tampoco deje de buscar, que el que busca encuentra como es de esperarse. Y entonces, entre la multitud de inútiles que hay en este mundo, sabía que alguien debía sobresalir y no ser parte de ello. Alguien con unos ojos de cielo, una sonrisa de estrellas, una caricia en la voz que me hiciera sentir que la vida valía pena. Y cuando fui por ella, me encontré con alguien que llevaba en sus ojos el universo, en su sonrisa, el fuego eterno y en su voz, la melodía de Dios. 

La saludé como si nada, como si fuera cualquiera, pero desde ahí, mi corazón empezó a latir con más furia, con más rabia, con más angustia, con más vida, ¡joder! Al fin estaba ahí, por fin la tenía ahí... No recuerdo la última vez que mi corazón se hubiese puesto tan contento que se me quisiera salir del pecho...

Malayerba

A TRES CENTÍMETROS DE TU BOCA

No sé porqué le meto corazón a las cosas a las que no debería.
Al parecer nunca voy a aprender. Y entonces estaba hablando de muchas cosas con esta chica que conozco desde hace un tiempo y que nunca deja de maravillarme con su forma de ser, con su belleza, con su encanto; y en un momento, hablando de hijos me pregunta si nuestro hijo saldrá moreno como yo o blanco como ella, pero que prefiere que sea morenito como yo, —como tu color —repite— y yo de pendejo me emociono nuevamente al pensar que tener una vida con ella sería tremendamente hermoso.

Pero continúa y dice, miré a un chico que era más moreno que tú, si lo vuelvo a ver, me lo cuadro y al instante sonríe maliciosamente.
De pronto me sentí horrible, tremendamente idiota; ahí estaba yo, me había ilusionado de nuevo por nada, en un segundo ya me había visto llenándola de amor y placeres desconocidos, pero con esa simple frase quedé afligido. Era obvio que no me miraba como yo la veía y descubrir eso me dolió.
Mas nada es posible hacer respecto a lo que debe suceder, así que disimulé mis emociones y la tristeza que invadió mi ser, con risas y tonterías. Reprimí toda la amalgama de sentimientos que me invadieron con todas mis fuerzas aunque realmente hubiese querido gritar que, ¡me tienes a mí, coño, ¿para qué otro?! ¡Puedo garantizarte una vida plena, amor, sexo, experiencias, todo te lo doy, el mundo para ti para que hagas cuanto plazcas!.. Aaaah, cuántas cosas más no pensé, cuántas cosas. Al final todo era una simple ingenuidad en la mente de alguien que lleva años buscando un poco de cariño.
Al final hay palabras que sí que duelen, solo porque vienen de la persona que te interesa. Normal, ¿no? En fin, eso es lo malo de crear ciertos vínculos, pero bueno, a veces es inevitable hacerlo cuando esa persona llega de la nada a armarte una fiesta en el alma, a darle alegría a tu vida, a regalarte sonrisas que nunca te cansas de mirar mientras un brillo le ilumina los ojos.
Al final es inevitable no gustar de ella, de su esencia, cuando la has conocido a cuatro días de su cumpleaños y en un momento en el que tu vida estaba tan tranquila, tan sola y tan triste que solo esperabas la visita de la muerte.
Yerbita

lunes, 26 de septiembre de 2022

DESINTERÉS

Te echo de menos y ni siquiera te das cuenta.
Me he forzado a hacer como si nada aunque muera de ganas por mirarte la cara.
Me haces falta, tanta, como el lienzo al pintor,
como la abeja a la flor,
como el mar a la tierra,
como el cielo a las estrellas.

Te echo de menos, tanto, que no he vuelto a escribir una palabra, porque no me nace, porque no hay tiempo, porque estoy ocupado, porque esto y lo otro, y hay tantas excusas para ocultar el hecho de que si no escribo es porque simplemente no estás tú.

¿Qué importa si no me amas? ¿Qué importa si no soy lo que deseas en tu vida?
Valorarme y tener dignidad no es algo que tenga que ver aquí.

El punto es que eras tú mi jodida inspiración, ¡mi maldita inspiración!; solo tenía que recurrir a tu recuerdo, a una foto, al sonido de tu risa y ya me tenías escribiendo... como ahora.

La cuestión es que perdí la fuerza, mas sé que debo continuar, pero saber que lo que escriba en adelante ya no será para ti, causa en mí una triste resignación.

Qué más te puedo decir, ya lo sabes. Me siento un puto dios estando contigo, imparable, imponente y poderoso y, a su vez, demasiado frágil, demasiado endeble y sigo sin entender el por qué... 

Maldita cachetona, te echo de menos... todo el tiempo y ni siquiera te das cuenta.


Yerbita 

martes, 20 de septiembre de 2022

Anda, juguemos a quitarnos las ropas,
la carne,
los huesos,
juguemos a desvestir el alma antes que nuestros cuerpos.
Juguemos al juego donde todos ganan y nadie pierde,
donde el amor sea la ley y cometer pecados el deber.

Enfurezco, me reprimo y exploto en un grito. 
Porque de un tiempo acá solo me interesas tú ¡joder! ¿Qué parte no entiendes, mujer?
¿S0y un caprichoso? Sí, quizá, es posible.
¿Que cuando algo me cautiva hago lo que sea para obtenerlo? Pues tal vez así lo hice en el pasado, ahora solo hasta donde la razón me lo permite.
Una razón que realmente no entiende de juicios porque a pesar de todo, es el corazón el que gobierna por completo.
Y guiado por él, he tropezado miles de veces y posiblemente siga así en lo que me resta de vida.

Llenando de espejismos mis ojos y de ilusiones mi alma, continúo dedicándole versos con la esperanza de que un día pueda leerlos y ojalá, comprenderlos.
Y al no poder hacerlo yo, solo me queda decirle a quien es su amigo, que salga con ella, que la pasen de maravilla y que la haga reír, sobre todo eso, que la haga sonreír lo que dure la velada...su amistad... su vida.

No obstante, se me achica el corazón al imaginarlo y un nudo se forja en mi garganta;
un dolor se anida en mi pecho y la tristeza resucita.
Odio el sentimiento, lo odio con todas mis fuerzas, pero entre más lo odio, más se acrecienta, y es bastante jodido no poder combatir la melancolía que te domina cuando sientes que por más que te hayas esforzado, no has conseguido lograr lo que se supone debías alcanzar.

Yerbita

domingo, 18 de septiembre de 2022

17 GARRAFAS DE AGUARDIENTE

Escribir sin tu presencia en mi vida es cosa realmente jodida.
No logro conseguir visibilizar los hilos de los cuales colgarme para llegar al otro lado.
No logro conseguir que una frase coordine con la subsiguiente.
Ebrio al cincuenta por ciento o tal vez un poco más, plasmo exprimiendo lo poco que le queda a mi mente de lo que un día fue,
y más somnoliento que borracho escribo líneas sin mayor sentido, mientras funjo de festivo.

Actuando por inercia y no por correspondencia,
navego en un mar de poemas olvidados, 
recolectando rimas muertas y traficando monosílabos como tus respuestas a mis proposiciones.

Te amo, obvio; difícil tarea es dejar de hacerlo, pero cuando las circunstancias obligan al corazón a aceptar la rendición porque seguir luchando conlleva a una batalla perdida, no hay más que obedecer al mandato y ubicar la experiencia aprendida en los armarios de entender que lo que pudo ser, ya no fue...
(Mas si me das un beso, mi vida te la doy).

La música sigue sonando a niveles ensordecedores,
y yo fumando un pitillo me hallo.
Es preferible a morir de cáncer a morir por un corazón roto por el desamor... Por el desamor que causas en mi alma.

Pd: dónde quiera que estés, que te vaya bonito, siempre. Je t'aime.


Malayerba

domingo, 11 de septiembre de 2022

DÉSOLÉ

Tan solo quiero despedirme... no sé si volveré a verte.
Tan solo quiero despedirme... no sé si volveré a despertar.

Mas debo retomar mi camino y obrando según mis principios, te reitero por última vez que me gustas bastante, mucho, quizá demasiado.
Que te adoro con el alma.
Y morir por ti, bueno, eso creo que ha sonado exagerado, aunque haya un tanto de verdad.

En fin, siento que ya te he dicho lo que quería decirte y con ello cumplir la principal parte de mis intenciones, aunque del total del camino me haya quedado a la mitad.

Pero hay algo que de alguna manera no comprendo desde que te vi por primera vez, y es que pudieron más mis ganas de quererte que las de cogerte y llenarte del amor más delicioso que existe en este mundo,
de desparramar miles de poemas y revolcarnos encima porque la cama se nos ha quedado pequeña.
De llenarte de besos el cuerpo hasta empaparte el alma.
Pero pudieron más mis ganas de adorarte y ofrecerte mi corazón de una manera apresurada porque sentía que no debía despilfarrar el tiempo, convirtiéndome en un insoportable... lo siento.

Pd1: Sí, cuanto me gustaría oírte de nuevo llamarme amor y decir que me quieres.

Pd2: Me debes una salida, unas hamburguesas y un par de cervezas, ojalá antes de que te vayas a cumplir tus sueños.

Pd3: Je t'aime, lunatique.

Malayerba