miércoles, 4 de marzo de 2020

GOZAR LA ESTUPIDEZ

Los hombres por ser hombres tienen derecho a ser fuertes y feos.
Las mujeres por ser mujeres, tienen derecho a ser bonitas y delicadas.
Pero como en este mundo cada uno hace lo que le dé la puta gana,
hoy vemos tremendos afeminados repartiendo el ojete gratis,
y montones de machorras que les estorban las tetas y las nalgas para querer ser iguales a los hombres.

Patas arriba y de culo al abismo vamos,
y yo me río porque otra cosa no se puede hacer.
Para para pasar el tiempo, gozar de la estupidez humana es menester.

Pero ocurren casos que sobrepasan el aparente límite,
como hoy que una enfermera mirando a un paciente que fracturado de pierna y brazo se halla en estado inmóvil por el dolor,
le hace levantar y ponerlo en una silla de ruedas,
y una vez puesto, al ver que no es posible llevarlo así a otra sala,
hace que lo suban a la camilla nuevamente,
cansando a sus acompañantes y demostrando que más bruta no se puede ser, pues el sentido común  de evitar la situación era obvio.

—¡¿Pero qué demonios Malaya?!, ¡¿Dónde está el poema de hoy?!— me gritan,
y yo les contesto: —¿Cuál poema hijos de puta?, ¡si ni siquiera soy poeta!
—¿Y esos versos con amor a la gorda qué?, ¿y esas reflexiones llenas de grotesco sabor qué?, ¿qué son?— replican.
Y yo les contesto: —Lo primero, es solo un amor por alguien que lo vale todo. Y lo segundo, solo es un montón mierda que sale de vez en cuando.
—Pues qué mierda tan buena— responden, —no dejes de crear y no dejes de inventar, que aquí solo venimos a leer tus letras— añaden.

Y yo no sabía que decir a parte de un "gracias" bien sentido.
Leerme a mí, vaya cosa,
hay que estar medio ido para creer que soy grande,
y todavía más pendejo para compararme con Neruda, García Lorca, Benedetti, y un tal Bukowski.
Pero lo hacen, y yo digo,
no insultéis esos buenos nombres,
que si han sobrevivido en el tiempo, es porque algo bueno tendrán.
Así que no esperen tanto de mí, que yo...
yo solo soy un fracasado que habla demás.


Malayerba

BRUTA

Y cada vez te siento más lejos,
y es imposible no extrañarte.
Y sé que tienes miedo de que diga que he encontrado a alguien más y tú hayas quedado relegada.
Tienes miedo de no volver a escuchar uno de mis "te amos".
Tienes miedo de no volver a sentir mis caricias;
sin embargo, no haces nada para remediarlo,
y lo echas a perder con tus arrebatados celos.

Así que no me juzgues si un día aparece abrasada a mi pecho una bella dama,
y ella en su rostro deje ver la felicidad de amarme.
No te sientas mal si en la calle me ves agarrando a besos a otra mujer.
No sientas rencor si los brazos de otra fémina reciben mis días grises y los pintan de colores.
No te sientas mal de haber dejado ir a un idiota que daba la vida por ti...

—¿Qué haces?
—Nada.
—¿Qué es eso?
—Nada.
—¡PRESTA ACÁ!
—¡OE! ¡DEVUÉLVELO!
—No...
—En-tré-ga-me-lo...
—¿Es en serio?
—...
—¿Te sientes tan varón como para decirle eso?, jaja.
—No molestes, imbécil.
—Jaja...
—No sabes nada...
—No, es cierto, sólo sé que te faltan otros 100 años para que adquieras la fortaleza de decirle eso a ella;
para que le hagas creer que se pierde de mucho y que le duela;
cómo si no conocieras a esa mujer,
cómo si hubieses olvidado que ella está por encima de cualquier prototipo de perfección,
y que eres solo un pendejo que por pura y puta suerte encontró el camino de llegar a su corazón,
pero no por ello eres diferente de cualquier otro inútil que pueda ocupar tu lugar.

Me quedé callado.
Tenía razón,
la tenía toda,
¿quién era yo a lado de ella?,
solo un insignificante gusano molesto,
ella es todo lo que se considera una "hembra de verdad" en este mundo y los otros.
Mujer de carácter, 
mujer de respeto;
digna trabajadora y responsable,
eficiente y muy amable;
dulce, y cuando se requiere, tan amarga como un café cargado sin azúcar;
y tan fuerte, que hasta el más aguerrido se quedaría rezagado si cometiera el error de competir con ella en el camino de la vida.

Y sin embargo, ahí estaba yo, 
escribiendo tonterías dictadas por un corazón gritón que quería llamar un poco su atención;
como si no fuera suficiente con que me haya entregado un poco de su amor.
a mí, que desde todo punto de vista, soy un fracaso,
y al cuál solo una bruta o una muy demente se atrevería a brindar afecto.


Yerbita

martes, 3 de marzo de 2020

¿QUÉ TRAES?

La veo y la excitación clama por mí.
Tiene ese algo que gusta,
el "no sé qué" que te pone loco y ansioso por probarla.
¿Será acaso la inocencia que derrama la que instiga a profanarla?
¿Será aquella sonrisa mimada de la santa en apariencia y diabla tras la puerta, lo que me hace levitar?
¿O será su cuerpo de niña traviesa que busca con urgencia la perversión de la que soy amo?

No lo sé;
no quiero saberlo,
porque de hacerlo se perdería la magia,
y en estos momentos lo único que pretendo para esta noche,
es poder junto a ella disfrutarla, 
gozarla hasta el límite del deleite.
Solo tener el placer de saborear cada palmo de su ser con el fino gusto del mejor catador de vinos,
y recorrer cada centímetro de su piel
con el majestuoso tacto de un Miguel Angel. 


Malayerba

lunes, 2 de marzo de 2020

REINA DE DÍA (+18)

Es una mujer de mando.
Le gusta marcar su territorio.
Su lugar.
Que sepan quién es ella;
que sepan que soy de ella y de nadie más.

Le fascina tener el control.
Dictar y que se cumplan sus deseos, es la ley.

Y yo, 
yo no es que sea su esclavo ni su perro faldero,
pero el solo hecho de verla con tanto empoderadamiento me enamora;
porque llegada la noche,
a cuatro patas como los perros, la convierto en mi perra;
mi golfa,
mi puta,
mi esclava sexual,
donde desfogo toda mi furia,
y donde ella se olvida de su corona y queda rendida ante un colapso de placer tan magnánimo que pocas mujeres en su vida logran sentir.


Mayer

domingo, 1 de marzo de 2020

TE ENCONTRARÍA

Otra noche sin luna;
solo estrellas titilando al horizonte;
y cenizas de un cigarro cayendo al piso.
La vida pasa, y yo quiero dedicar unas palabras a una mujer cuyo valor se centra en su querer.

Alma mía:
Si algún día te llegases a separar de mí;
Yo:
No lloraría;
no moriría;
no me lamentaría.
Sólo gritaría que te amo con todo mi aliento.

Si te apartases de mi corazón,
ya no habría razón para sufrir,
sencillamente dejaría de existir.
Es tu elixir lo que me da vida,
tu sentir lo que me pone feliz,
tus besos sabor amargura y a la vez gloria eterna,
son la medicina para poder yo sonreír.

Se forman lazos en esta tierra tan extensa,
que si hoy me llegase la hora de partir,
pasaría mi siguiente vida en busca de mi única razón para vivir,
¿cuál?
Tú, ¿cuál más?... boba.
...idiota... te amo.
—Jaja...yo mucho más.


Mayer & Siham Jousef

sábado, 29 de febrero de 2020

NOCHES DE MARIMBA

"A la luz de la luna se oscurece mi visión,
pero en la oscuridad el corazón ve mejor".

Manya


Yo prefiero que mis letras hablen por mí.
No ser yo quien intente decir quien soy.

Una araña da vueltas en la esquina del piso,
a lado está la puerta.
Es ya la tercera noche que hace lo mismo.
Prendo la luz, y al momento, con enormes patas sale gateando para nosotros y, caminando y sacando pecho para ella.
Matarla... No matarla,
Fácil decisión que mi chancla ha tomado desde el aire,
sin embargo, me acerco;
la veo;
cada pata con el doble de largo que el abdomen,
ocho ojos y unas mandíbulas de terror.
Hermosa la hija de puta,
preciosa a más no poder.
En una de mis reencarnaciones pediré ser araña de nuevo,
y disfrutar en mis fauces
el dulce deleite de matar para comer.

Mi cabeza no sé dónde deambula,
alguien la jala para atrás y yo resistencia aplico,
quizá es un ente malévolo que quiere ver mi caída,
o es quizá un efecto de la marihuana de esta noche.

Un gusano acompaña la velada,
lleva a rastras su casa;
aún sigue dentro de la crisálida;
aún no se cree digno de ser mariposa.
Se detiene ante mí sobre las huellas que la araña dejó en su caminar por debajo de mis pies momentos antes.
Somos dos seres iguales atrapados en cuerpos distintos. 
Un insecto y un humano.
A los ojos del universo valemos mierda...¿y qué más?... 


Malayerba

viernes, 28 de febrero de 2020

MUNDO DE SUBNORMALES

Porque si hay algo que me caga,
son aquellos inútiles que se auto definen poetas,
y escriben aceptar con s,
o quiero hacerte el amor sin h,
o ponen acentos en consonantes,
¡EN VEZ DE PONÉRSELAS EN EL CULO DE SU GRAN PUTA MADRE!, 
y aún así tienen el descaro de llamarse así mismos: escritores. 
...¿me están jodiendo?

Me cagan los psicólogos que profesan de ser guías solo por haber sido titulados de una universidad de mierda;
que de la vida solo conocen lo que leen el libros de auto ayuda y le suman sus putas experiencias menores,
sin conocer en realidad, el verdadero sufrimiento.
Estúpidos que creen saber sobre la existencia humana solo por echarle el ojo a una docena de imbéciles sin cerebro.

Y me cagan mucho más los que me tachan de arrogante, 
patán, grosero y malparido,
porque os digo que prefiero ser aquello,
a ser un sumiso de mierda que confunde la humildad con agachar la cabeza,
a uno que se cree humilde y deja pasar los atropellos sobre sí.
Llamadme ignorante y pendejo;
pero entre la estupidez que me gobierna y la irremediable insensatez,
solo sé que generalizar es injusto, y la injusticia es una mierda.
Y mientras sigan confundiendo mis palabras de libertad con la rebeldía del pendejo,
me seguiré cagando en sus muertos,
en sus madres,
y su puta vida.

¡He dicho!

Y al que no le guste, que se joda...


Malayerba

jueves, 27 de febrero de 2020

PELIGROSO ASALTO

—¿Y tú? 
—Yo tampoco porque no soy gay, le dije, y añadí :

¡Pero sí que me encantaría una mujer que se tan puta que cada día sientas que debas pensar cada cosa que digas porque si lo arruinas, 
ella se cagará en toda tu puta madre!, 
y entonces será otra noche sin placer.

—Quiero una puta— seguí, 
¡Una puta tan puta que las que se creen putas se queden pendejas a su lado! 

¡Quiero una puta que me haga rabiar y perder la paciencia!
¡Que amarla sea cosa jodida! . 
¡Quiero a esa PUTA con P mayúscula de PODER!,
¡porque solo ella habrá de llevarme a lugares donde lo divino y lo mortal pierden su razón de ser!
¡OHH MALDITA SEA, LA QUIERO YA!

Y entonces oí una voz cerca de mi oreja que me decía:
—¿Cómo mi amor?
Y yo quedé frío. 
—Eehhh, nooo, nada, aquí molestando con el muchacho, jeje. 
—Ajá. 
—Mjm...
Me miró fijamente con eso ojos verdes que desnudan hasta al más valiente, 
me miró y yo empecé a hacer muecas;
reírme... no reírme, 
cagarme del susto... no cagarme. 
La ambigüedad acechaba. 
Mis labios jugaban con mi lengua enrollándose y mordiéndose para contener la risa. 
Y entonces exclamó:
—Señor, si tanto le urge una puta ¡HÁGAME EL HIJUEPUTA FAVOR Y SE LARGA DE MI CASA! 
Y yo quedé mudo, 
y el tipo del frente quedó pálido, 
y ella parecía que iba a echar espuma por la boca. 

—No—, le dije, —¿pa' qué otra si contigo tengo de sobra?—
Ahhh, debieron haber visto su cara, 
el demonio se quedaba como un payaso a su lado, 
ahí estaba mi maldita bruja, 
una gorda peligrosa, 
una gorda que no necesita mucho esfuerzo para cumplir la petición que en un inicio os he mostrado. 

No obstante, tenía yo la razón. 
¿Para qué otra, si contigo lo tengo todo? 
¿Verdad amor? 

Que me agarró a bofetadas y esa noche no me puso el culo para no darme la cara, sino que me mandó a dormir al sofá, ya es cosa que no es necesario mencionar;
de todas formas me sentía feliz, 
y no podía pensar en otra cosa más que yo era un afortunado de estar a su lado, 
y en lo hermosa que se veía cuando se enojaba. 


Mayer

miércoles, 26 de febrero de 2020

PERTURBADO

Me han dicho cosas tan horrendas y grotescas,
que tuve que imaginar que venían envueltas en algodón para que no dolieran.

Me han dicho que valgo tan poco, 
que ponerme un precio era ya muy costoso.

Se me han reído a la cara en el peor momento de mi vida.
Me he ocultado de la luz porque en la oscuridad las burlas duelen menos.

He fumado a escondidas con el miedo de ser descubierto matando lentamente mi cuerpo.
He hallado placer en morir de a poco,
y no recuerdo en qué momento empecé a quedarme calvo.

En algún momento la inteligencia escapó de mí,
y desde entonces no he parado de decir tonterías.

No recuerdo el día ni la hora en la que empecé a desfallecer,
pero si recuerdo que amanecía y aún tenía hinchados los ojos.
Aún quedaba un poco de humo en los pulmones.
Aún estaba vivo, tras el corte del cuchillo.

No recuerdo el momento en el que fui superado por los idiotas,
tampoco la hora en la que el odio se refugió dentro de mí y no quiso salir.

No recuerdo en qué día terminé hablando solo;
pero si recuerdo que un día quise tener amigos,
sin embargo, mi sonrisa no parecía emanar confianza y la gente me miraba con recelo.

Al final del trayecto, en el camino de regreso me senté a llorar,
y mis lágrimas cayeron en un trozo de cristal,
y al acercarme vi como alguien emanaba llanto a través del espejo,
y sonreí porque ya no me encontraba solo...
alguien al fin comprendía mi tristeza.


Malayerba

martes, 25 de febrero de 2020

CUIDA TUS PALABRAS

Entre la gente que existe en el mundo,
hay quienes cargan con un dolor sobre los hombros.
No lo notamos porque son reservados,
porque prefieren luchar en soledad cada cosa que les ocurra.

No demuestran mucho afecto.
No son muy cariñosos.
Pero cuando encuentran a la persona indicada, 
sacan afuera toda la ternura que puedan poseer.

Los rechazados viven con un miedo que no tiene igual.
Desde la infancia, punto crucial de la vida, 
cuando esta ha sido afectada, es muy difícil que en adultos te puedan regalar una sonrisa de verdad.
Casi todas son mentira.
Casi nada de lo que dicen es real.
Ya no confían en los demás. Dejaron de hacerlo cuando aprendieron a pensar.

Así que cuando te topes con uno de ellos;
trátalo con mucho amor, lo necesitan más que nadie.
Habrás de identificarlos porque llevan un atisbo de tristeza en sus ojos,
nunca se borra,
es la marca de la soledad en la que vive su alma.

Y si un día en tus arranques de ira;
si estás enojado o enojada,
alguno de ellos te quiere sacar una sonrisa porque sabe lo mal que lo pasas,
cuida tus palabras al rechazar su ayuda;
porque si lo dices de la forma equivocada,
vas a causar una herida tan grande en su ser,
que lo lastimarás de por vida por ser tú la única persona en la que podrían confiar.


Yerbita