no había alegrías, no existía el amor,
la decisión de extinguirse había sido tomada,
de convertirse en ave, llegar hasta las nubes y desvanecerse,
era lo que se propuso una vez cogió el cuchillo y a sus muñecas apuntó, pero sonó un mensaje en el cel,
—¿qué más da?— pensó, y lo dejó sonar,
llegó otro más y un tercero al instante,
harta del sonido revisó,
era el pendejo de Maquia,
saludando con tres mensajes distintos...
—olah cariño... komo estaaaas??... responde...
—¡Hijo de puta! ¿para cuándo mejorarás tu ortografía?
—Auch, ke agresiba.. te yamare mejor...
Al instante el celular sonó,
ella dejó que la bocina cantara,
no tenía ganas de nada,
ni siquiera sabía porqué le hablaba,
después de una larga insistencia contestó.
—Oye bebé, ¿qué ocurre? ¿por qué has tardado tanto?
—¿Qué quieres?
—Que fría, saludarte, eso quiero, indagar ¿cómo has estado y por qué nunca me hablas?, si somos amigos.
—Malparido cerdo, te coges a todas las que se atraviesan, ¿crees que seré cómo ellas?
—Oye, oye, cálmate, solo te quería saludar y ya, no malinterpretes...
—¡Aaagg...Mierda!..
—¿Susan?, ¿qué pasó?, ¿estás bien?
—Si...
—¿Susan?
—¡¡AY, ¿QUÉ ES LA JODA?!!
—Oye, cálmate, enserio, no te pongas así conmigo, solo quería saludar, lo siento...
—¡Puta mierda, esto duele!
—Oye, ¿qué demonios estás haciendo?
—Naaadaaaa..
—¡¡Susan!!
—¡Ay ya!, que me he cortado la muñeca.
—¿QUÉ DEMONIOS? ¿POR QUÉ LO HAS HECHO?
—¡Que te importa! ¡Vete a la mierda hijo de perra!— y estampó el celular contra la pared.
No fueron suficientes más de cinco minutos, antes de que la puerta sonara ha reventar, Susan, no pensó siquiera en abrir, no obstante de alguna forma Maquia se las ingenió e ingresó, y la encontró tirada en el suelo con una botella de Buchana's, y la mano izquierda ensangrentada.
Rápidamente busco algo para detener la hemorragia y rompiendo una camisa en tiras, le envolvió la parte afectada.
—¿Qué haces estúpido?
—¿Qué crees que haces tú, pinche bruta?
—¡Déjame sola, no me jodas!— le gritó, y con la otra mano le golpeó e intentó safarse. Él la detuvo, y a rastras y reniegos la subió a la cama.
—¿Intentas matarte?— inquirió, ella blanqueó los ojos en forma sarcástica.
—Pendeja, ¿por qué lo has hecho?
—Sólo déjame sola y vete.
—No, llamaré a una ambulancia.
—¿Qué te pasa idiota? ¡lárgate!
—Claro que no, no te pienso dejar así.
De repente sintió una patada en la boca del estómago, y cayó al piso, ella se tendió en la cama pensando sin pensar.
Momentos después le volvió el aire a Maquia y se sentó,
apoyándose en la pared, observó el panorama,
nada pinta bien,
la hembra podría morir,
y el no quería estar ahí, pero tampoco quería irse,
agarró la botella de whisky y se bebió un largo trago.
—Deja mi alcohol y vete— habló ella desde la cama,
—No se qué rayos cruza por tu mente, pero no...— de repente, un perverso pensamiento se originó en él, y rió. Ella no se aguantó las ganas y preguntó.
—¿A qué viene la risa?
—Ay Susan, Susanita— dijo él con otra tonada, mientras se levantaba y se sentaba al borde de la cama.
—Morirás, eso es más que evidente, ¿qué tal si haces una obra de caridad antes de irte?— exclamo con una mirada inusual.
—¿Qué estás insinuando pervertido de mierda?
—Nada hermosa, nada que nos haga daño— ella lo miró cuidadosamente.
—Mira, esto no está bien— dijo, —puedes morir en unos 20 o 30 minutos si no hacemos algo para evitar el sangrado— prosiguió, —pero, ¿qué tal si me complaces a mí como última obra de beneficencia?—añadió.
—No me jodas.
—Oye, piénsalo, no tienes nada que perder, igual te vas a morir, solo me dejas gozarte como mejor pueda y luego me largo.
—Serás un hijo de puta—...él sonrió.
Sin embargo, en algo tenía razón, ella se iba a morir, es lo que quería, y pensó por un rato: —Maquiavelo hace algunos meses que viene pretendiéndome y no se ha rendido, debe ser que le gusto en realidad, o quizás, solo de mi enorme trasero se quiere adueñar, en todo caso, tampoco es que esté tan mal, solo que es demasiado puto, detesto a los hombres así, pero nunca me ha tratado mal, ni se ha pasado de la raya, siempre ha estado pendiente, quizás si está enamorado de mí, aunque no lo dudo, no obstante, no se si merezca tanto, o tal ves sea un maldito depravado y abuse de mi después de muerta antes de que me enfríe, aagg, que hago...— se llevó dilucidando ideas durante un breve tiempo;
Maquia esperaba paciente una respuesta,
se iba bebiendo de poco el añejado whisky,
estaba bueno, era la verdad.
Al final, luego de cinco eternos minutos ella aceptó la propuesta, y él, oh, el se estaba cagando de la emoción.
Ella pidió un trago, y algo de música,
él sin pensarlo dos veces le pasó la botella,
y en la computadora puso a sonar "november rain",
canción que sabía le fascinaba,
y de alguna manera era perfecta para el momento.
Y la batalla del placer se empezó a consagrar,
él ansiaba hace mucho poseer ese cuerpo femenino:
senos que se levantaban como el Everest,
los quiebres de su cintura que hacia que las curvaturas del Amazonas parecieran trazos chuecos,
ese trasero grande y bien moldeado asemejaba la perfección de las dunas del Sahara,
y ese rostro que guardaba con recelo la mirada hacia un afrodisíaco paraíso en unos ojos color miel que resplandecían con insolente ímpetu.
Era ahora todo suyo, todo por completo,
ella sin embargo, ya ebria por la bebida no se percataba de que tenía ante si a alguien que le veía como una diosa,
como un pedazo del Edén,
por lo que sólo se limitó a dejarse llevar sin emoción,
mas no imaginaba que aquel mujeriego por el hecho de serlo ya bastante experiencia tenía en el arte del coito desenfrenado,
y sin poder evitarlo, cada caricia y cada beso mientras le quitaba la ropa le creaba un sin fin de sensaciones de las que no tenia consciencia,
desnuda en su totalidad,
el se lanza a devorar cada milímetro de su piel,
sus manos le siguen el paso,
rebuscan y resbalan tocamientos por doquier,
su boca se pasea por cada rincón de aquel blanquecino cuerpo,
hasta que al fin se hace con su más anhelado fruto,
aquel coño que espumeante se encuentra por las anteriores acciones se abre ante el hambre voraz del que es presa Maquia.
Lenguetazo tras lenguetazo,
chupando los alrededores,
mordisqueando a sin daño aquellos labios,
y con los falanges de ayuda en aquella cavidad lujuriosa,
provocan un espasmo que asevera la pronta corrida de la que Susan no se limita dejar fluir,
y llena con aquellos líquidos la boca de Maquia,
sin embargo, está lejos de saciar su apetito.
Él desabrocha su negro jean,
se lo quita y el boxer que ya fastidiaba su falo se va con el,
una verga no común se yergue y penetra la boca de quien ha recibido placer primero,
esta lo chupa con brutal asiduo,
él se extasía,
ella se calienta demás,
la música por otro lado ha dado un giro inesperado,
ya sea por casualidad del destino,
o por intervenciones humanas,
el "te quiero puta" empieza a desahogar su exacerbada melodía,
y la practica sexual alcanza otro nivel.
Él la sujeta fuerte,
y entre la espuma que sigue saliendo del coño viviente de la damicela y su calor,
una endurecida polla se hace sentir,
penetra con cierta dificultad el fémino orificio,
ella gime tanto por el dolor como por el placer que le sigue;
y por fin, adentro,
hasta que la petición ha sido escuchada y los dioses bendicen la intervención,
él entra y sale de aquella estrecha cavidad,
que por cierto estruja con vehemencia aquel órgano viril,
y con ello un placer sin igual,
la canción anima exagerada el ambiente,
y la cosa se complica,
pues la emoción se desata.
Él cada vez más fuerte y aguerrido enfrenta la batalla,
ella cada vez más dolor placentero experimenta,
de repente una arremetida acontece,
más rápido es el movimiento,
azota las tetas de Susan si miramientos y ella se espanta,
le da un par de bofetas y la ahorca sin llegar a asfixiar, pero da la impresión de que si, pues ella pálida se pone,
mas un beso con lengua incluida hace su aparición en la boca de ella, y se relaja,
se procede a cambiar de posición en un santiamén,
ahora en cuatro se halla,
todo el culo dándole a la cara de Maquia que sin pensarlo se resuelve chuparlo intensamente,
hurga con su lengua hasta dónde más posible es introducir,
y bien lubricada la zona,
el pene no se hace esperar,
y más veloz que un parpadeo, este se llena en el ojete provocando gritos de dolor y protesta,
no obstante, bien sujeta de las caderas sostiene el varón a su hembra y no le permite huir,
a parte de que será su último día en este mundo;
a la compasión aquí no se le piensa dar cabida.
Arremete con fuerza y ella la espalda baja,
el cuello se tuerce con el borde de la cama,
la tiene bien apretada,
bien sometida se halla,
lucha por querer safarse,
pero él de sus brazos se adueña y los aprisiona contra la espalda,
una y otra y otra vez,
con mayor brutalidad en cada avance,
ella gime y grita,
pero él afloja cachetadas en su rostro,
menos fuertes comparadas con las que desfoga sobre su lindo y redondo trasero lleno de brillo por acción del sudor,
rojo como un sol de poniente se ponen esas nalgas,
la huella de un gozo sin precedentes se hace evidente.
Las posturas cambian,
tiene bastante aguante el chaval,
transcurridos 20 minutos sin descanso,
el no se ha corrido ni la primera vez,
intercambiando orificios,
ella ha sido testigo directo de ya 13 corridas sin compasión,
y aún anhela más,
y aquél está dispuesto a satisfacer lo más posible antes de desvanecerse.
Elige al coño como último asalto,
y lo llena de elogios antes de penetrarlo,
y ella sonriente, ya perdida entre la felicidad que se experimenta en el placer antes de morir se deja hacer lo que sea, aportando ella su granito a la causa,
lo recibe en su dentro y procede a contraerse,
magnífico regalo del que no se esperaba,
Maquia lo goza a sobre manera,
alaba al dios de los cielos,
y al dios de los infiernos,
bendice y maldice al mismo tiempo,
escupe en la cara y las tetas de su esclava sexual,
se deja fluir,
y en un gemido aliciente desata toda su virilidad contenida,
llenando cada rincón de la caverna de su amada.
Presa del desenfreno y el cansancio que implica dar una buena pelea,
se queda dormido sobre el cuerpo de aquella,
y ella le abraza dando un ligero y pronunciado gracias.
Transcurrida la tarde,
por el sonido de una patrulla y golpeteos en la puerta él se despierta,
nota que sigue enganchado a su dama,
e intenta safarse,
pero es imposible lograrlo,
la mueve para que se despierte,
pero esta no responde,
huele a sangre en el ambiente,
revisa el asunto con detenimiento y nota lo grotesco,
ella se ha cortado las dos muñecas profundamente,
habrán bastado 10 minutos para morir desangrada,
y él ahora se ve envuelto en una afanosa situación,
y lo peor, no puede librarse de aprisionamiento.
Cinco oficiales ingresan en el lugar,
por ruidos exagerados los vecinos a las autoridades comunicaron el hecho,
no se imaginaron ellos encontrar tan singular escena,
y el chico satisfecho de su deseo se revuelca de vergüenza,
los oficiales ven claramente sangre en el lugar,
y una niña muerta,
y un tipo que sin escrúpulos le penetra,
no podía ser peor,
las manos en la cabeza y alejarse del cadáver le advierten,
él dice que no puede,
ellos lo amenazan con disparar si no se mueve,
él responde que en realidad no es posible y llora,
ellos se acercan y notan que algo ocurre,
está bien apretado el chiquillo,
nuevos en el trabajo hacen lo que por error de desesperación se piensa,
y entre dos jalan al muchacho mientras los otros sostienen a la muerta,
pero el chilla y grita que duele un montón,
que su miembro se puede partir en dos,
no ocurre, sin embargo, pareciera que el pene se estirara cual chicle al intentar salir,
y aún así, se rehúsa a desalojar.
Solicitan apoyo de especialistas,
pero no hay disponibilidad en la zona,
inexpertos y sin miedo al que dirán,
los polis salen con el cadáver entre las manos y el chico caminando con dificultad pegado ala entrepierna,
una camisa le cubre,
y los vecinos que no se aguantan las risas se ponen a grabar,
el chico ahora quiere ocupar el lugar de la muerta,
toda su dignidad al piso ha sido expuesta,
en la patrulla entran y se dirigen al hospital más cercano,
a ver si hay manera de extraer sin más humillaciones, el falo.
🌹Mayer🐉
