domingo, 23 de enero de 2022

DOMINGO DE FLAQUEZA

No es para que te pongás así —me dijo—. Claro, cómo no, al final si era para ponerme así, todo tristón, todo melancólico. Todo acabado.
Soy de los pocos idiotas a los que lo único que les importa es el amor.
Solo me importaba su amor.
Soy un romántico empedernido buscando un corazón donde guardar este lánguido sentimiento que me aún queda, antes de que muera en mí.

Tuve un amor tan grande y candente como el mismo Sol, y seguía creciendo, seguía creciendo hasta que fue muerto con el filo de sus palabras.
Volví a recordar que las palabras sí que duelen cuando vienen de los labios que has besado con esmerada pasión.

Ahora he quedado reducido a poco más que un trozo de excremento, por no decir que he quedado hecho mierda,
desechable y maloliente, 
moribundo y despreciable.
Con odio rotundo en mi mirar,
con ira incontrolada en mi alma,
con enojo hacia mí mismo, por no captar las señales a tiempo.
Al paso que voy acabaré muriendo en un deprimente hospital,
o quizá tome un litro de absenta y me vaya a nadar al mar.


Malaya




No hay comentarios:

Publicar un comentario