Ella quiere volar lejos y conocer otros mundos que escapan a la comprensión humana;
ella lleva la libertad como bandera,
y aunque intente atarla, inevitablemente romperá la soga;
y podría decir que jamás será mía, porque no existe hombre alguno que merezca ser su dueño;
sin embargo, yo no soy un hombre,
soy un cúmulo de ideas disfrazada de incontenibles ganas de amar,
y voy a lograr que nazca en ella el amor,
y que florezca a ritmos insospechables derramándose por doquier que hasta los muertos lo sientan.
Haré que se convierta en un amor a lo bestia, porque un amor frágil no lo necesito.
Ya quiero que sea mañana para besarla hasta que se sequen nuestros los labios.
Quiero abrazarla como si mi vida diese su último suspiro,
como si aferrarse a ella fuese la única salida de mi alma para no partir al otro mundo.
Aunque quizá un día solo muramos sin más;
solo espero que sea luchando por una causa justa,
como bailar sobre el cadáver de los opresores para alegrar corazones,
o danzando con nuestros cuerpos sudados al borde del apocalipsis.
Pero de mis ganas de hacerle el amor no hablemos que me excito
y ella no está aquí para desfogar esta pasión... por ahora.
En fin, no lo sé, a lo mejor y tiene razón y mi percepción sea la errada,
tal vez la compañía sea lo más importante, quién sabe,
debe serlo,
mira que he vuelto a escribir con lo que me queda de corazón, y eso no pasaba,
creí que no volvería a pasar.
Yo solo era un tipo solitario en busca de unos labios,
y los suyos tienen la facilidad de convertirse en mi vicio.
Yo solo era un triste poeta en busca de la musa correcta,
y ella es por mucho lo que más se le parece;
quien sabe,
algo me dice que quizá ya la había encontrado en otra vida...pero no llegué a amarla lo suficiente.
Esta vez no pienso cometer el mismo error,
esta vez quiero recordar su sonrisa antes de que llegue mi final,
que venir de nuevo a esta tierra no se convierta en otra tragedia sin más...
Malaya
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