Mi color predilecto es un difuminado entre el celeste y el púrpura de los cielos tardíos,
pero el que ha elegido mi alma es el oscuro de la compañía que brinda la soledad.
Soy otro triste payaso imaginando personas con las que pueda hablar,
al fin que no hay nadie más aquí y me esté volviendo loco,
al fin que vivo imaginando cosas hasta cumplir la meta:
desvariar y disgregar la realidad,
confundirme con todo lo demás sin recordar que existo,
y de que nunca quise nacer,
y de que soy demasiado cobarde para fenecer.
Soy un ser amorfo que camina con su perra y sueña con el infierno, aunque anoche he soñado con ella,
lo más bonito de algún cielo,
perfecta como una noche llena de estrellas,
bella, incluso más que la luna llena.
Anoche soñé con ella y fui feliz,
joder, ojalá no hubiese despertado jamás,
quiero morir soñando que durmiendo no basta,
quiero quedarme en un sueño y no volver a casa,
allá es mejor,
sí, allá es mejor...
Por: Yerbita
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