Pero sí dame amor, todo el que tengas,
lo quiero todo, hasta la médula.
Sabes, a veces no sé qué pensar en lo que a ti respecta y solo me río ante lo que mucho que ignoro,
Sabes, a veces no sé qué pensar en lo que a ti respecta y solo me río ante lo que mucho que ignoro,
lo mucho que desconozco,
y lo poco que lo disfruto al no saciar mi curiosidad.
Pero igual, tú solo escribe, dime que soy todo lo que deseas en tu vida, que yo me lo creo.
Pero igual, tú solo escribe, dime que soy todo lo que deseas en tu vida, que yo me lo creo.
A la larga, quizá este escrito como la vida no tenga mucha coherencia, sentido o algún hilo conductor, así que no le busques el lado y solo déjate llevar;
quizá al final no todo se trate de llegar al agujero en la galaxia,
sino tan solo de conseguir llegar hasta el ocaso y fundirnos en el horizonte.
sino tan solo de conseguir llegar hasta el ocaso y fundirnos en el horizonte.
En fin, es aquí cuando no sé cómo explicarle a mis queridos lectores, que me encuentro en una fase de desconocimiento;
que no me distingo,
que sin querer me he visto envuelto en algo que hace años no sentía.
Porque me hablas y se me acelera el corazón.
Te veo y se me acelera el corazón.
Me pierdo en tus ojos y se me nubla la razón,
y quiero gritarle al mundo y a todo pulmón tantas cosas que por ahora no me atrevo, y no es porque no tenga agallas, sino porque no está bien pasar el límite de lo ridículo, aunque estoy a un pelo de superarlo y dar testimonio de que el amor te convierte en un imbécil, en un tonto, pero al final, feliz, y qué importa lo demás si eres feliz, ¿mmm? qué importa... bueno tal vez importa un poquito... o solo un poco.... bueno, quizá mucho; de acuerdo, siendo sinceros, creo te daría pena, te daría vergüenza que te vean convertida en la mujer más amada de este planeta o que este remedo de poeta te presuma cual diosa del Olimpo (aunque eres más que eso, pero ja, ja, solo me imagino tus cachetes sonrojados mientras la gente nos mira, te mira, me mira y se pregunten, ¿cómo le hizo? Y yo responda que tampoco sé, porque al final no sé qué carajos tienes, y me emputa no saber lo que me hace quererte, me encabrona no poder comprender cómo es que tienes la llave de mi corazón sin que todavía te hayas dado cuenta).
Porque me hablas y se me acelera el corazón.
Te veo y se me acelera el corazón.
Me pierdo en tus ojos y se me nubla la razón,
y quiero gritarle al mundo y a todo pulmón tantas cosas que por ahora no me atrevo, y no es porque no tenga agallas, sino porque no está bien pasar el límite de lo ridículo, aunque estoy a un pelo de superarlo y dar testimonio de que el amor te convierte en un imbécil, en un tonto, pero al final, feliz, y qué importa lo demás si eres feliz, ¿mmm? qué importa... bueno tal vez importa un poquito... o solo un poco.... bueno, quizá mucho; de acuerdo, siendo sinceros, creo te daría pena, te daría vergüenza que te vean convertida en la mujer más amada de este planeta o que este remedo de poeta te presuma cual diosa del Olimpo (aunque eres más que eso, pero ja, ja, solo me imagino tus cachetes sonrojados mientras la gente nos mira, te mira, me mira y se pregunten, ¿cómo le hizo? Y yo responda que tampoco sé, porque al final no sé qué carajos tienes, y me emputa no saber lo que me hace quererte, me encabrona no poder comprender cómo es que tienes la llave de mi corazón sin que todavía te hayas dado cuenta).
Malayerba
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