martes, 8 de septiembre de 2020

DESAMPARO

Solo una estrella acompaña a la luna esta noche. 
Solo una opaca tela de nubes deja entrever su luz. 
Solo una débil capa me separa de este mundo y el otro.
Solo una idea  en mi cabeza se posa«».

No importa cuánto intente distraerme,
o cuánto intente dejar de pensarte;
llega un momento en la noche que me recuerda a ti, 
y mi mirada se enturbia;
y mi animismo decae. 

El frío que se acentúa en mi cuerpo es hiriente;
duele tanto como saberme sin ti. 
Es más fuerte esta sensación que yo...
Es mas fuerte tu ausencia que mi voluntad de vivir.


Malayerba

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domingo, 6 de septiembre de 2020

MEDIA LUNA

Hace rato que no fumo con las estrellas.
He estado cabizbajo todo este tiempo.
Al son de where is the love, una de las mejores canciones creada por los hombres, 
converso con la luna.

Le cuento la falta que me hace una musa, 
una ninfa, 
una mujer.
Que extraño sus caricias.
Sus besos.
Su mirada.

Compasiva conmigo se deja ver.
Ahuyenta las nubes que la cubren y me cobija con un tenue manto de luz.
Le pregunto si podré escribir el poema más hermoso del mundo sin mi compañera a mi lado. 

Me dice que sea paciente;
que siga mejorando, 
que siga escribiendo, 
que no me detenga;
que el tiempo lo hará posible.
Yo, no sé si creerle realmente.
A veces temo que son solo fantasías. 

Le digo que no quiero renunciar a lo más bonito de este mundo;
que no quiero renunciar a ti, así que vuelve.

La luna se despide dejándome un par de estrellas para que me acompañen la velada, 
y se vuelve a cobijar con espesos nubarrones. 

Quiero ser mejor;
no quiero romper la promesa,
y sea contigo o no, quiero escribir el poema más hermoso de este mundo.
No, mentira,
te necesito de vuelta,
porque el poema será para ti.


Malayerba

https://youtu.be/LpNHkC4QC3A

sábado, 5 de septiembre de 2020

RICOTA

Uno ve dos tetas y qué fácil se enreda.
¿Pero cómo no enredar mis ojos a esos pechos que me llaman obligado a que los devore, a través de la transparencia de su blusa? 

Joder, y qué culo,
¡por Dios santo! ¡Señor trasero!
Palmear eso no puede concebirse entre los precios del hombre. 
Para manosear activa y lascivamente ese cuerpo, media vida sería quizá un pago aceptable. 
Y para chupar esos labios, aaaah,
para esos malditos labios de doncella de los infiernos,
tendría que entregar la otra media vida restante, y seguro quedaría debiendo. 
La carne que proteje su sonrisa es como tener delante el más delicioso manjar. 

Pura tentación;
el pecado hecho carne y huesos, sumado a una belleza indiscutible de mujer. 
A penas ayer era una niña, 
ahora ya es toda una hembra,
y mi verga palpitante la quiere sentir. 

Ella me desea;
en sus ojos lo noto;
en su sonrisa coqueta hay lujuria, 
y su voz me conmueve, 
aunque no sé si en realidad quiere sexo salvaje o solo espera que la compra le salga barata, 
en todo caso solo tengo claro que hay que aprovechar cuando se pueda, 
que esta vida no puede irse sin gozar.

—¡Eh, Nathalia!, se te quedó esto —le grito mientras la alcanzo.
Me sonríe;
me mira pícara;
me dice gracias; 
me guiña un ojo... 


jueves, 3 de septiembre de 2020

POETA DEL CHIQUERO CAP VII: Un juego suculento

—Oigan, no me gusta este lugar, parece maldito. 
—¡¡Malditas las ganas que le traigo a ese culazo, mi amor!! —le dije—
Y sin más, con la destreza del mañoso, le bajé hasta el suelo lo que tenía por pantalón y la penetré violentamente y sin saliva para que no perdiera el horizonte, justo cuando algún mísero demonio la hacía suya.
La chica se revolcaba poseída por el ente maligno; 
echaba espuma,
se retorcía los brazos y la cabeza;
y yo, que retorcido también andaba, 
le agarré de las tetas hasta enterrarle las uñas, 
y bien clavado cual cerdo sobre su marrana,
no me desprendí, aun cuando se revolcaba como si fuese un toro mecánico.

El otro que nos había acompañado no sabía qué hacer;
si jalarse la verga al ser testigo de la faena, 
o sacar la cruz, soltarse un rezo y echar unas gotas de agua bendita (consagrada por el mismísimo papa mientras era un santo y hablaba con Dios, cosa de un pasado remoto, y antes de que la lujuria le ganara y violara a setenta y nueve niños en dos meses, ganándose el récord de ese año en el vaticano, y obvio bajo la bendición del mismo Dios).
Siguiendo la lógica, me pegó un grito diciendo que me bajara de la poseída, 
y luego me indicó que la sujetara fuertemente.

Mirando la situación no vi de otra más que usar la técnica del cordero.
La enlacé del cuello y tirando la soga hacia arriba por una doble viga, le di una buena templada.
Quedó medio flotando, pero era mejor que agarrarla con las manos desnudas y correr el riesgo de ser golpeado.

Antes de que muriera por la asfixia, 
le rociamos agua bendita y le ayudé a rezar al remedo de exorcista. 
El demonio pareció que se fue, y la niña quedó librada, 
pero ya se estaba poniendo morada la desdichada,
y para desgracia de la pobre, 
el nudo se apretó y tardé mucho más en soltarla. 
Pero al final se pudo, y la chica se salvó. 

De esta manera, fuimos desvirgados los tres:
el tipo echando su primer exorcismo;
la niña sufriendo su primer exorcismo;
y yo, culiando a una poseída por primera vez, je, je, je. 

¿Que cómo llegamos a esta situación?, se preguntará el lector. 
Puede aquél que ya conforme con lo contado, dejar hasta aquí y buscar otro buen texto para leer. 
Pero si gusta saciar la curiosidad, permítame ponerlo en sintonía. 

Dahianne, Román, y yo, nos conocimos por ahí, sin pensarlo ni beberlo.
Aquel día que nos topamos por vez primera, llovía devastadoramente, 
y en el rincón de algún edificio de la gran ciudad donde nos refugiamos por casualidad, les ofrecí un poco de yerba, 
el tipo sacó una botella de alcohol al 60 %, 
y la chica como no tenía nada que ofrecer, se dignó a complacernos con buena compañía. 
Desde ahí seguimos frecuentándonos un par de veces más.

Un día, Román nos habló de posesiones y otras cosas sobre las que él estudiaba.
Dahianne, se emocionó con la charla, y ansiosa por experimentar nuevas sensaciones en su arrebatada vida de niña rebelde, propuso jugar a la güija.
Yo, que andaba algo aburrido, acepté la propuesta, 
y Román, que no estaba a gusto con la idea, 
aceptó de buena gana luego de bebernos la tercera botella de Whisky.

Preparamos la jugada para la noche de ese mismo sábado que era tan oscura que no nos mirábamos las caras sino era por las luces de la linterna.
Al amanecer del domingo, estábamos dormidos a pierna suelta en medio de un olor a vicio y cerveza. 
No pasó nada, pero el miércoles, nos informaron que la niña miraba cosas raras.
No siendo más, la oportunidad se dio, 
y cuando supimos qué ente  poseía a la chiquilla, 
hicimos los preparativos para el  siguiente sábado, 
día de  evacuar el mal, que como habrá leído ya el lector, en la primera parte, se explica  claramente lo sucedido. 

Por desgracia, luego del incidente, 
Dahianne no quiso volver a vernos;
Román recibió de castigo su expulsión de la escuela espiritual y se abrió del parche;
y yo, yo quedé ahí, 
otra vez solo, 
valiendo verga, 
y contando estas cosas al papel como si alguien las fuera a leer, 
como si a alguien le llegasen a importar,
pero en caso de que sí, pues, espero que se lo haya gozado como yo al recordar esos viejos tiempos.


Malayerba

miércoles, 2 de septiembre de 2020

POETA DEL CHIQUERO CAP VI: Emilio

Después de verlo ahí en medio de la miseria,
tenía dos opciones; 
o le demostraba que el sistema lo quería pobre y que él era un desgraciado,
o simplemente el reírme con él.

No pensé dos veces como era de esperarse,
y le pedí algo de cuero, pero no tenía,
entonces le quitamos el papel a una chocolatina que habíamos comido y armamos el cigarro,
fumamos un buen rato y salimos a caminar por la ciudad.
Felices y sonrientes anduvimos,
disfrutando de este presente que era tan nuestro, tan propio, y a la luz sus once años, tan inocente.

Emilio le dije, mira esa gente, ¿qué piensas de ellos?
—No sé, solo son gente.
—Así es —sonreí—, solo son gente y nada más. Nunca permitas que alguien de ese tumulto, te haga sentir mal,
son estúpidos la mayoría de ellos, no saben lo que quieren realmente, ni siquiera saben lo que son, y no tienen idea de a dónde van,
están perdidos.
—¿Y tú si sabes eso? —me interrogó.
Lo miré —no, la verdad no sé ni qué digo le dije, y nos echamos a reír.

Una vez hubimos llenado la barriga con unas grandes y tozudas empanadas acompañadas de un buen café,
lo escolté a su guarida.
Estaba en un viejo edificio abandonado,
ahí tenía solo una hamaca donde dormía,
unos trozos de cartón cubrían los orificios,
y varios garabatos adornaban la pared.
En uno de los dibujos se vislumbraba a una señora de grandes cabellos alborotados,
un tipo señalando el mar,
y en su otro brazo, cargaba a un infante que al parecer sería una niña,
—¿Tú familia? Le pregunté.
—No, me respondió— fueron los primeros que acuchillé, su hija me aruñó la cara.
Y entonces miré el resto de la pared y habían varias personas en diversas situaciones:
bailando, jugando, en auto, sonriendo.

—¿Y a todos ellos también los has herido?
—No, solo unos cuantos. El resto son cosas que me gustaría hacer.
Entiendo, lo harás.
—Sí claro.

Años después me lo topé en la calle,
me reconoció él,
yo no.
Iba de la mano con una pequeña,
iba feliz y ella cantando.

—Qué linda nena —dije sonriendo.
—Y también sabrosa me respondió riendo.
Lo miré algo perdido —¿tuya? —inquirí
Sí me dijo— es la sexta. 
Ya veo —manifesté y proseguí mi camino. 

Al son de mis pasos seguí andando y ya entrada la noche terminé en un rincón olvidado de la gran metrópoli,
y debajo del puente aquél, noté una pequeña fogata;
me dirigí hacia allí con la esperanza de calmar el frío mortuorio de la ciudad. 

Una vez llegué, un hombre salió a mi encuentro,
era Emilio que al verme, me saludó alegre, 
me alargó un trozo de carne ensartado en un palo que degusté plácidamente. 
Le pedí repetir, y me estiró un sabroso filete envuelto en un trozo de hueso.
—Una carne exquisita, debo admitir, y una vez dejé bien chupado el hueso, indagué por mera curiosidad.
—¿A qué te dedicas ahor..? 
—Wow wow, espera, ya casi está —me interrumpió— mmm, huele delicioso, ¿no te parece? —dijo sonriendo.
—Habrá que probar —respondí.
Y de entre las brasas sacó envuelta en unas hojas de alguna especie de plátano, una pequeña cabeza.
Lo miré expectante,
la puso en una vieja lata y luego con un cuchillo rebanó un trozo de mejilla y me la sirvió.
La comí de golpe, se veía demasiado exquisita para contenerme.
Aaaah qué sabor, simplemente, riquísima.
Al terminar, encendí un cigarro y le alargué uno a Emilio.

—¿Cómo empezó esto de comer gente? —indagué. Y entonces me contó:
—Un día estaba buscando hongos a lado de la Torre del Caño, y había una señora con su hijo, lo estaba regañando, creo, —¡si no te comportas, te regalo a ese señor! —gritó y me miró a mí— yo me quedé en silencio, pero el chiquillo empezó a hacer una pataleta y ella cogiéndolo de un brazo lo trajo hacia mí, —tome —dijo, mientras me entregaba al pequeño y me guiñaba el ojo, luego se marchó por el sendero—, yo no entendí muy bien, pero lo agarré fuerte aunque se puso a llorar. 
De pronto el viento sopló con fuerza y una rama cayó golpeándole la cabeza, le hizo perder el equilibrio y se fue derecho hacia el despeñadero.
Entonces me quedé ahí con el chiquillo que se había quedado sin habla.
Ya estaba tarde y no había comido nada en todo el día, entonces saqué el cuchillo y le corté el cuello, encendí una fogata y lo asé, total me lo había dado, ¿no?
Yo asentí, tenía razón, no había nada que añadir.
—¿Y luego? pregunté.
—Luego las cosas se fueron dando, pero luego de que me hice con una niña, estas me parecieron más exquisitas, así que cuando puedo agarro alguna y me la zampo, je, je.
Ooookkaay, ja, ja, ja.

Lié un cigarro de marihuana y lo fumamos gustosamente,
al rato se apagó el fuego y me dispuse a regresar a casa.
Emilio —le dije, mientras le ponía la mano en el hombro— eres un maldito.
Y de un tajo le enterré el cuchillo en el cuello y lo deslicé por el ruedo.
Lo limpié en sus ropas y lo dejé ahí.
No estaba bien matar niños sin verdadera justa razón le susurré al espíritu que abandonaba su cuerpo— y me retiré del lugar.


Malayerba

lunes, 31 de agosto de 2020

SEGUNDO LIBRO

En esta ocasión tengo el gusto de presentaros mi primer poemario, bajo el marco de una historia basada en la vida real.





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sábado, 29 de agosto de 2020

WHEN YOU´RE CLOSE TO ME

Escucho la misma canción;
la misma fina melodía. 
Debería darme por vencido, 
pero el corazón me dice que no huya.

Me pregunto a quién engaño.
Mi pecho está cerrado
y solo tú puedes abrirlo,
solo tú puedes erradicar esta tristeza.
Solo tú tienes el poder de dibujarme una sonrisa,
y hacer de mi vida algo maravilloso.

Aaaah, me cuesta aceptar que algunas personas solo llegan para mostrar algo,
mas no para quedarse.
Pero soy terco, 
soy un pobre salvaje necio que necesita de tu luz,
que se muere de a poco...
Que me muero sin ti.


Malayerba

https://youtu.be/1J_ErDUqspk


viernes, 28 de agosto de 2020

MEDICINA

Me pregunto dónde andará.
Me pregunto si se acuerda de mí.
Me pregunto si me dedica algún pensamiento,
como los cientos que yo le ofrezco.

Que aunque trate de negarlo,
me duele no saber nada de ella.
Me hace falta escuchar su voz,
sentir su piel,
oler su cuerpo.
Besar su boca y acariciar su alma.

No me siento completo sin ella.
Trato de olvidarla, pero mi corazón es terco; 
se resigna a perder.
Y yo ya me di por vencido, pero mi alma la reclama.
Y así no se puede...
así no se puede.

Aunque siendo franco, 
solo soy un egoísta que necesita su medicina.
Porque la verdad era que yo la hacía reír,
pero era ella quien me curaba con su risa.


Malayerba

https://youtu.be/obbkGFQ_Clw

jueves, 27 de agosto de 2020

VALIENDO VERGA

Hay un montón de gente ahí afuera a la que le vale verga todo. 
Y hay otro montón de esperpentos, que no saben si valer verga o conservar la esperanza de ser mejores. 

En todo caso, me hallo mirando una película de terror, donde al parecer el único terror, es el terrible porno que le meten al asunto. 
No excita, no emociona, solo muestra una situación de explotación sexual en la lejana Tailandia, 
y la erección de mi entrepierna se deserecta con pena al ver como llora la chiquilla. 
No obstante, un poco más tarde, mi polla recupera el vigor al notar la transformación de la tonta en una puta muy experta. 

Pero la gracia asoma, cuando de pronto una piquiña en mi cuerpo echa a saltar, y me convierto en una dichosa víctima del placer de rascarse. 
Pocos saben cuan maravilloso es el acto de hundir la uña en la piel y arrastrarla  hasta sacar sangre, mientras la cara se retuerce de gusto. 
Una rascada en la zona perfecta es como sentir un orgasmo predilecto. 
Bueno, quizá no tanto, pero que la satisfacción es fenomenal, lo es. 

Y habrán quienes no saben, otros bien sabido lo tendrán,
pero el día en el que se rasquen bien sabroso el culo, o alguna otra cosa,
madre mía, experimentarán el bienestar de sentir algo riquísimo.

Ah, la película, sí, una completa mierda, un terror que da pesar.
Y yo, igual, pero a quien le importa de todos modos. 







domingo, 23 de agosto de 2020

EL SE RINDIÓ

No es bonito llorar, aunque a veces no hay alternativa.
Y qué mejor que ahogar la tristeza con un par de lágrimas.
Qué mejor que beber del trago amargo de la soledad para matar el alma.

Mas aún con el corazón achicado, 
y su espíritu contando los pasos hacia el abismo,
el hombre proclama que mejorar el mundo le ha quedado grande;
que ha perdido la esperanza;
que ha decidido tirar la toalla.
Pero que su caso no debe repetirse, 
porque la solución está en sus semejantes;
en aquellos que tienen la facultad de ser conscientes de sus actos y hacia su prójimo, 
que en el momento en el que cada uno despierte, el mundo entrará en una vibración más amena. 

Que las guerras no van a terminar, pero ya no podrán matar.
Que el hambre seguirá existiendo, pero ningún estómago dormirá sin cenar.
Que el dinero no dejará de existir, pero será inservible, porque la moneda de cambio será el amor para dar y recibir. 
Que el futuro puede mejorar solo si el ser humano se vuelve consciente. 
Pero que hasta que eso llegue, todo seguirá peor. 

Aquel hombre después vivir sin anhelos, un día empezó a soñar, y sus sueños le mostraron solo desgracias que se resistían a cumplirse. 
Desgracias a las que una vez llegadas, entregó su ser ya vencido, 
y con el alma hecha pedazos al perder la esperanza, 
dio un último paso al vacío y se unió a los fracasados que se rindieron al ver que no había posibilidad de sacar a los hombres de su estupidez. 

Ese hombre fui yo un día;
en alguna otra vida obré como un mediocre, 
y en esta que ahora tengo, sigo el mismo camino.
Ojalá y pudiera ser mejor... 
ojalá y no me rinda antes del amanecer, para tener la posibilidad de ser mejor.