jueves, 19 de septiembre de 2024

Duele el alma

Un dolor se anida en mi pecho y es un dolor ya muy conocido, pero de esporádica aparición. La última vez creo hará un par de años, quizá unos cuatro o cinco.

Similar situación, en ese entonces era Jonás el afectado, noble ser que amaneció conmigo en un lugar lejano, cuidándome de las malas energías. Había sufrido un atropello y su cuerpo estaba muy estropeado, no tenía remedio, había que dormirlo...No estuve allí para verlo, había que estudiar.

Bruno pasó por algo similar, aunque con un tumor de añadido, destripado por algún vehículo seguramente, mi primer amigo, y se me notificó dos o tres semanas después de lo ocurrido. Andaba estudiando.

Cielo se marchó entremedio y para entonces el dolor me consumió, ya nada había por hacer, debía morir yo también, pero me he quedado aquí como si sirviera de algo, hay estudiar y prepararse, dicen.

Ahora se va Layla y entonces ya son cuatro que andan regados en algún lugar del universo, y me quedo pensando en quién seguirá y pa cuándo mi turno.

Me dicen que soy frío, que no tengo sentimientos. ¿Qué se podría esperar? Los únicos seres que me han tocado el alma se han muerto y me dejan con el corazón entristecido. Bajo esta mirada seria y estas risas escandalosas se esconde un abismo de dolor y vacío que soy mi yo profundo del que nunca he podido escapar...


Yerbita

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