jueves, 29 de agosto de 2024

De los viejos hambrientos

El otro día me preguntaron que hace cuánto no había llorado. No supe dar respuesta. No recuerdo la última vez que lo hice ni por qué.

Quisiera ser fría como vos, me dijo alguien un día con los ojos tristes porque le habían hecho daño a su corazón. Yo le dije que no era frío, que solo no valía desperdiciar lágrimas en vano y había que chillar sólo si era netamente necesario.

Tengo un corazón y también sentimientos que se conmueven cuando encuentran esperanza en el acto bien hecho, como ese de ayudar al que en realidad lo necesita, no como esos viejos hijueputas que tienen dinero y, aún así, van a cobrar la ayuda a los adultos mayores de poco más de veinte dólares que brinda el gobierno. Por gente malparida los tengo, qué necesidad de tener unos pesos más que no les hace falta. Deberían morirse mañana mismo, avariciosos hijos de perra; es que hasta se ponen serios tirando a bravos, como quien dice, tienen que darme y punto. Desgraciados, menos mal no durarán mucho estorbando esta tierra. 

El saber del corazón crece con autonomía en medio la porquería de la que hemos lleno un mundo tan hermoso como el que nos ha tocado en esta vida. No hay reglas ni guías que se adapten al sentimiento para liberarlo del sufrimiento. Por ende, está permitido echar un poco de llanto cada tanto, sea por razones justas o completamente absurdas.
Hay que llorar si es necesario y hay que sonreír cada que sea posible.

No sé qué imagen tenga la gente de mí, pero a veces pienso que me toman por una piedra andante, esa a la que pueden gritar, escupir y hasta golpear y, aún así, se mantiene impasible e inamovible frente a los estúpidos, que son todos los que se cruzan por mi frente a diario.

Al final, mi dulce corazón ha optado por seguir ese aprendizaje, mandar a la mierda todo lo que no me es provechoso.


Malayerba

viernes, 23 de agosto de 2024

Del descanso inusitado


He salido de mi cuerpo y ha sido todo tan hermoso, mas llamarlo viaje astral es quizá mucho exagerar. No obstante, si se trata de ser sueño lúcido, le he sacado todo el jugo por lo que me siento satisfecho de haber roto cada barrera impuesta. De haber fluido como se me dio la gana y no perder el efecto tan delicioso que implica volverse un dios creador de mundos...

Recosté en un lecho mi cuerpo esta tarde, acaba de almorzar y me sentí agotado, debía descansar por obligatoriedad. Serían por ahí la una de la tarde, quizá un poco más, y le di a mi cuerpo un descanso pasajero. Pero la posición era incómoda y al ver que del profundo sueño una fuerza desconocida me arrastraba, acomodé mi piernas y me entregué al placer que brinda la somnolencia.

Fue entonces cuando el reportaje de la tele que se encontraba más allá se empezó a escuchar lejano y mi cabeza empezó a girar en péndulo por el occipital. Muy raro todo aquello, pensé, pero gustoso a la vez. Me dejé llevar y cuando logré adquirir consecuencia de la violación de las leyes físicas que rigen este mundo, intuí que debía salir.

Me sentía cada vez más enrarecido por el movimiento, como si me tuviesen en una hamaca y alguien me empujase con fuerza, no podía tolerarlo así que emputado por haberme interrumpido el descanso merecido, me levanté cabreado. Me levanté y el techo estaba en mi cara. Regresé la cabeza y estaba en la cama. Aquí algo pasa, me dije. —Eto ta potente, loco —me dijo la consciencia— pará y andá como Lázaro tocado por la mano del bendito —agregó y yo obedecí con naturalidad.

Y me levanté y me fui, y el techo atravesó mi cara, y regresé y estaba de pie en el suelo, y entonces fui hacia adelante; corrí emocionado y una pared obstaculizaba el trayecto, más como guía interno la voz volvió sin pereza, —hacele, mk, como los pollos al maíz, sin mente. Y, como era de esperarse, me fui de jeta sin pereza. 
Y atravesé la pared, más allá una puerta y supe que había pasado de nivel. Ya no había poder que gobernase mi alma sustancial.

Sonriendo crucé la puerta de frío metal sin vacilar, salí al exterior. Salí y vi todo existiendo en el mundo tan puro en su esencia. Mi jardín siendo todavía más hermoso y caí en su seno, pero quería volar, había que volar y tenía que hacerlo; ya no había duda, si quería volar solo tenía que volar sin pena, y eso hice, pegué el salto porque había que coger impulso, y el impulso falló, aún había algún resquicio de duda en mi interior. No obstante, hube de disipar cada gramo de debilidad de mi ser y entonces lo intenté de nuevo, esta vez el éxito fue rotundo.

Me elevé como un globo lleno del más puro helio a un ritmo perfecto para disfrutar de la subida. Una vez arriba ¡alea jacta está!, la suerte estaba echada y era yo el dueño de los cielos. Volé como el condenado pájaro que ha roto la jaula que le apresaba y se cagaba en los muertos de los inmorales seres que dicen gobernar este mundo. Recorrí el paisaje, crucé ríos y montañas, mas en algún punto la voz me dijo que era suficiente y había que regresar.

Así pues, di la vuelta con la cara adornada por la sonrisa del que se siente satisfecho, pero que tranquilamente puede aguantar más sin que le pese. Y al regresar divisé un río medio seco atravesado por un puente colgante cubierto de musgo y enredaderas de un largor considerable. Más allá, un jardín de la más fina belleza, pero aún más emocionante que aquello, era una cabaña de una extensión apacible con enormes ventanales y aberturas que le daban un frescor sumamente exquisito.

Procedí a aterrizar con premura para poder sentir en mis pies el tacto del acolchado musgo verde esmeralda del colgante. Una vez hube atravesado el puente, caminé deleitándome con las frutas que había en el trayecto, las flores primaverales y el cálido sol que no abrasaba sino que cobijaba dulcemente.

Ingresé en la casa que ya no era de la que había salido al inicio, pero la cual de alguna manera pertenecía. Y entonces la vi, en una cocina de varios metros cúbicos porque espacioso era todo en el interior y agradablemente decorado.

La vi con una mano en la sartén y la otra meneando el guiso, olía delicioso, pero era más placentero era ver sus rizos sobre el escote de su blanca espalda y su descaderado jean que dejaba entrever parte de su tanga rojiza de encaje más arriba de lo normal, y no hubo mejor cosa que hacer en el momento, que echarle mano y complacer al espíritu.

La abracé y la besé como presintiendo que aquél bello momento no podía durar tanto como debería. Y, en efecto, así fue, porque instantes después su cuerpo se fue endureciendo hasta convertirse en una suave y fría escultura de mármol.

Aceptando el asunto en cuestión, dirigí mis pasos a una salida que daba al jardín y ahí en una colcha, ignorando las palabras de otras gentes que empezaban a asomar, me eché a dormir, forma esta de volver en mí mismo; sentí el mareo nuevamente, ese vaivén lento y acompasado, y entonces abrí los ojos y había vuelto donde empecé el viaje. 


domingo, 11 de agosto de 2024

Meditación de domingo ll


El humo como representación inequívoca de la evolución en la consciencia humana; señal de que hubo algo y que también puede haber si se echan unos soplos a las brasas que se niegan a morir.

Y entonces soplaron como es debido, dicen que ese día la llama estaba fuerte y la luz era conocimiento; el fuego, amor. Nos dimos cuenta que éramos más poderosos frente a los otros animales, ganamos la carrera y el humano dejó a los demás regados como mierda de pato JAJAJAJA.

Ridículo es el poder abrumador de la unión y la fe, creer en algo porque en el interno sabemos que es necesario lograr aquello para el futuro nuestro. Evolucionamos y ya no hubo marcha atrás, porque en la infinita cadena del universo solo se puede ir pa adelante, no hay lógica ni sentido en intentar averiguar si en la inmensa estupidez del vacío antes de universo hubo alguien o algo que creo lo demás.

¿De dónde pues salió la energía? ¿De dónde putas, chingada madre? La necesidad de saber me puede más, qué corta existencia y no la gozamos como deberíamos.

Somos un punto muerto en el universo, —que ahí pase lo que sea y que se jodan —
dicen los superiores— tienen el poder de cambiar las cosas en todo su esplendor, y lo que único que se les antoja es vivirla cagando, siempre obrando a lo pendejo, la estupidez se ha convertido en su dios, y se ha metido en sus almas —añadieron. Preferimos matar gente que ayudarlos. Al final, todo el que se tuerce solo necesita ayuda, una mano que no tema morir por salvar su alma.

Salvar el alma es fundamental en el avance de la consciencia universal y hay que aprender de lo que sucede, no es más.
Pero pasan los años y hemos normalizado la corrupción y esa que si es abeja, se aprovecha de la estupidez y la arman gorda.

Dejar morir de hambre a niños totalmente indefensos, solo para vivir con más dinero que no necesitan, acumularlo para morirse un día y no llevarse ni mierda. Sin saber siquiera que en algunos de esos que a penas llegan, podría estar el mismísimo Jesucristo por una millonésima vez en este mundo, pero que a cada tanto lo matamos, unos por ignorancia, otros por maldad.

Pero chimba ha de haber sido ese puto Chucho, el «Chucho Cuadra» que es que le decían en la calle, porque a todos se la encajaba, JAJAJAJA, cagada el man, pero dicen que ese puta hablaba mucha mierda, que bebía harto y andaba arrimado a cada rato con las prostis más paila, y tenía razón, era el hijo del mismísimo Dios, ¿cómo no se iba a descarriar el marica?, tanto poder y tanto placer para cogerse a más veinte sucias y no agarrar ninguna ETS, ¿qué buen estudiante de la vida no haría lo mismo con tanto?

Envidiable su vida, cómo si no, pero lo colgaron a los 33 porque se descarrió ya mucho, que andaba pelando con demonios y los metía en unos pobres marranos y al barranco, bien gamín el hijo de su puta madre, esa, la pinche María, embarazada a los 12, ¡JUEPUTA DIOS MALPARIDO PEDÓFILO CULERO!, y en paloma todavía el puta desgraciado, en vez de venir, no sé, en un perro grande siquiera y que ella sintiera algo de placer, ¿pero una puta Paloma? Y la china ahí toda aburrida, ¿y ya? ¿eso es todo? es que preguntaba.

Nueve años después ya tenemos a un chino bien rebelde que se escapaba de su casa para ir a templo a hacérselo mamar de esos que se decían así mismo, «eruditos», y les gustaba, «fuiste humillado por el Chucho Cuadra», decían y se reían, y el otro respondía, y lo peor es que me encantó. Bien maricones todos.
¿Cómo no iba a salir alguien así? Si una paloma viola a una niña que solo quería que le arrimaran la puntica y ni eso. Preñada y ni lo sintió la pobre. Terrible.

Hasta allá llegamos desde que conseguimos la primera chispa, un fuego y todo se salió de control, llegamos al nivel de crear un Dios todo poderoso del que no tenemos información completa, y que lo mejor que se le ocurre es echarse a una mocosa, ¡me cago en la puta! ¡Joder!, qué estaría consumiendo el autor para inventarse tanta amada, jajajaja, y 20 años después:

—Hola, ¿qué, Chucho? Vení a encajarla, y el puta sabía la regañada en la casa sino llegaba temprano, y aún así se quedaba a beber con los muchachos, a hablar mierda y a fumarse de la que está de moda; que «el amor lo es todo», cuentan que promulgaba; vengan hermanos y amémonos, que es que decía, y que les metía la mano, maricón ese hijueputa, le entraba a todo sin asco. Que amar es bien chimba, es que decía el puta. Y se amaban y armaban tremendos desvergues, y luego ya a los días, arrepentido es que lo miraban chillando por allá en un piedra de algún huerto, jajaja, mucho degenerado ese ese gei.

Pero lo más es que hacía milagros y cuando revivió a un muerto confirmaron que ese puta era el propio hijo de Dios o el único reconocido. Y entonces creyeron, y otros se asustaron, porque ahora había alguien con poder y estaba con esos mugrosos, esa sociedad de mierda, donde matan, roban, y aniquilan con hambre a gente que solo quiere vivir bien como debería ser, porque en este mundo hay recursos de sobra que alcanza pa todos, sí alcanza si nadie roba.

Y lo colgaron por puro egoísmo, amarrado a unos palos, adiós Chuchito, es que le chillaban las prostis, porque ese sí lo sabía mover, claro, desde mocoso repartiendo verga al mecho cómo no iba a saber. Y el pobre José, de arrimado ahí no más en el rancho, humillado el desgraciao, que es que iba todo contento a donde la María a echársela primero y no, tenía que aparecer el puto Dios violador y abusador de niños y agarrarla antes; seguro por eso cada vez pedía más, dejad que los niños vengan a mí, es que decía el goloso puerco.

Echamos una chispa, encendimos un fuego; unos milenios después creamos una historia ni la malparida que ha trascendido los siglos, y ahora nos asustamos porque la inteligencia artificial ya está a unos cuántos años para gobernarnos a lo terminator, sin hablar mierda.
La inteligencia nos persigue, pero la estupidez nos lleva de la mano y es más rápida.

Con todo aquello tan divertido que hacemos para entretenernos, qué putas va a importar cómo se creó el universo, si acá creamos una bien buena historia cada cierto tiempo.


Malaya, dedicado al que por desgracia haya llegado hasta aquí leyendo los pensamientos de un ser a punto de vomitar el trago.


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Dos locos

En el camino de la sin razón que otorga perderse en el mundo propio, y al cual toman por loco los que no se atreven a viajar por paraísos prohibidos, Manuel Alejandro de la Dolorosa Gutiérrez, pasa sus días navegando en mundos fantasmas que un día tiñeron de color sus días.

Hace más de siete años ya que eligió perderse para encontrarse así mismo aunque el precio era costoso, entregar la cordura a cambio de la felicidad era costoso. Pero era preferible aquello a tener que abrir los ojos cada mañana y darse cuenta que ella no estaba, que se había ido y su aroma disminuía con el pasar de los días.

No se puede recriminar a quien inocentemente ha amado tanto y tan poco a la vez, no se puede juzgar a quien sin saberlo descubrió un amor bonito que duró lo que un día de sol en el invierno. No se puede, el amor no conoce de reglas, dogmas ni principios. Solo llega y se va dejando caos a su alrededor.

Entre las canciones que entonaba al que llamasen el loco Manu, había un estribillo que escuché un día que fumaba un cigarro arrimado a un árbol en la orilla del lago y el cual invadió mi ser de manera dolorosa.

«Son sentimientos encontrados, tormenta en el desierto,
mustio sufrimiento que me ahoga,
y me desangra sin tu amor».

A penas oí el estribillo, eché una lágrima al viento, sufría incluso en su locura, había dolor en su canto, demasiado dolor para tener que soportarlo, pero algo me decía que así debían ser las cosas y elegir la salida fácil no era el modo correcto.

—Todo es absurdo —oí de pronto una voz que me hablaba.

—Lo es —le dije, mientras daba una calada.

—Algún día va a terminar, solo debemos aguantar —me dijo mirándome amorosamente.

—Eso me temo —apresuré a responder.

—¡Terminarás como yo muy pronto y entonces seremos dos! —Gritó con alegría y se fue bailando y cantando.

Un rato después terminé el cigarro y entonces me fui detrás cantando y bailando... la única manera de revertir tanto dolor es convertirlo en alegría, y entonces fuimos dos, dos locos aburridos de la vida...


Malayerba


Meditación de domingo


Comenzó a las 5:02, quizás antes. Es decir cinco o diez minutos después de quemarla.

Mientras caminaba y pasaba por sus bordos, la montaña vomitó a un hombre de sombrero, botas y machete. Perla sintióle el espíritu feo y arremetió con ladridos tenebrosos (pa el que escucha), fuertes y violentos.

No, Perla, hija mía, no oses poner tus finos dientes sobre tan inmundo ser, te podría dar diarrea y que feo sería, le dije a ella.

Y uté triple hijueputa feo, tese quiero ahí que si no se mueve, no lo mata. Fresco. Perla, tranquila, no vale la pena, dejadlo sano, no ves que podría usar su oxidado machete y matarnos a ambos, porque me voy detrás de ti si algo te pasa, pequeña mía.

El hombre procedió a alejarse cauteloso, y Perla obedeciome al instante alejándose por su lado.

Metros más acá mientras el bajaba, y yo subía, me dijo buenas tardes, hasta luego, yo le dije, buenas tardes viejo pecuecúo, deje de andar a estas horas se va se matá, disfrazado de un buenas tardes y una enorme sonrisa, a la que las células imitadoras en el otro hizo que respondiese con una igual.

¿Seré el único que anda puteando a la gente en su mente a cada rato? No es por maldad, es que todos son unos hijueputas y da gusto putearlos, ja, ja, ja...

A los 20 minutos ya estaba disfrutando potente los beneficios de la sagrada planta.

Creo que ya va siendo hora de confesaros algo y es que, nunca le he dicho no a la legalización de la marihuana. Siempre siendo un procer de la defensa de los beneficios de la yerba.

Uno no tiene derecho a morirse sin haber al menos por una vez, probado la ganjah. Es simplemente algo muy absurdo, negarse a sentir la magia de la pacha mama. ¿Que el poder del universo se sienta en tu interior no te provoca ganas de ver como es de verdad tu realidad?

Ay que ser muy marica, porque haber venido a este mundo a experimentar lo que es vivir, y no probar la yerba es ser harto desperdicio de vida.

...Una hora después; la extraño, necesito saber de ella, la voy a llamar...



Malayerba


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jueves, 8 de agosto de 2024

Charlas con los bajeros

En el amplio campo, cinco perros se revuelcan, se levantan y echan a correr como si hubiese una gallina a la que echarle muela, pero no, solo juegan y se dejan llevar.

Así quiero fluir yo por el ancho universo, conocer mundos más allá de la razón y la verdad, donde la lógica pierda su esencia y los sueños se puedan tocar estirando la mano.

Juego con las sombras en las noches más oscuras puesto que ahí es donde mejor las percibo. Entro en conversación con los seres del bajo astral y los oigo renegar de su existencia tan innoble, pero a la vez tan maravillosa. Me cuentan sus perturbadas anécdotas y la forma en la que obtuvieron su magia...yo me quedo fascinado al saber que para alcanzar el mayor conocimiento hay que pagar tan duras penas. 


Yerbita


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